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Introducción
Una tendencia general de estos últimos años es la de reproducir modelos pedagógicos y estilos de trabajo, siendo esto la causa principal de que exista en muchas instituciones educativas una limitada búsqueda de procedimientos por parte de los docentes para enseñar; y un poco desarrollo de la creatividad en los estudiantes, predominando lo reproductivo.
Es una tarea de los docentes desarrollar creatividad en sus estudiantes. Para ello debe apoyarse de todo lo que le resulte útil para de esta forma transmitir conocimientos y a la vez educar. La creatividad es inherente al desarrollo de la personalidad de cada individuo.
Esta, se comienza a desarrollar desde los primeros grados de la educación básica y continúa hasta en la educación superior y se incrementa a través del número de vivencias que tiene el individuo y en la medida en la que el docente a través de su actividad pueda potenciar un pensamiento creador.
Diferentes autores como Vygotsky (1987), Mitjans (1995); Chibás Ortiz (1993); Torrance (1995); Prieto, López, Bermejo, Renzulli & Castejón (2002); Arias (2008); Cupertino, De Rezende & Nisencwajg (2008); Cohen (2012); Ríos Figueroa (2015, 2016); entre otros, han aportado elementos que sirven de sustento teórico a innumerables investigaciones en el campo de la creatividad.
Mitjans (1995), plantea que la creatividad es la “expresión de la personalidad en su función reguladora, como configuración de expresiones personológicas que, mediatizadas o no por la acción intencional del sujeto juegan un papel esencial en la determinación del comportamiento creativo”. (p. 105)
Existe un consenso entre los estudiosos del tema en que la creatividad "no constituye una habilidad más, sino un complejo proceso de la subjetividad humana que tiene en su base un conjunto de recursos psicológicos que se configuran de forma específica y regulan el comportamiento creativo del sujeto".(Mitjans, 1995, p. 18)
Sternberg & Lubart (1996), afirman que la creatividad se compone de seis elementos fundamentales: aptitudes intelectuales, conocimientos, personalidad, motivación, contexto y estilos de pensamiento. A este último elemento Núñez, et al. (2006), lo denominan estilos de aprendizaje.
En el desarrollo de la creatividad es indispensable la influencia del medio social, es decir lo que rodea al estudiante y que hace aporte en el desarrollo de su personalidad; es esto lo que lo capacita para brindar soluciones novedosas en el producto que desee crear.
En relación con lo anterior, Novaes, citado por Chibás Ortiz (1993), plantea que "las influencias sociales y múltiples condicionamientos educativos y culturales que rodean todo el proceso”. (p. 2)
Por su parte, Vygotsky (1987), considera que la creatividad es una función psicológica superior relacionada con la imaginación y la actividad sensorio-motora, mediada por la cultura, que favorece el procesamiento complejo de la realidad.
Desde la década de 1990, del siglo XX, los sistemas educativos a nivel internacional con el apoyo de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, comenzaron a asumir la dimensión creativa en los procesos formativos de las instituciones de educación superior, con nuevos métodos de enseñanza, debido al encargo social de las universidades para la generación de conocimientos y de creación intelectual.
En el presente artículo es de interés analizar la importancia del desarrollo de la creatividad en estudiantes de educación superior, por la necesidad de formar egresados de calidad, que puedan enfrentarse a la actividad laboral y a la vida, y utilicen herramientas que les permita transformar su entorno social y cultural.
Desarrollo
Por mucho tiempo se consideró a la creatividad como un don que solo poseían ciertas personas. Hoy muchas investigaciones han demostrado que la creatividad es una herramienta a la que todos tienen acceso y que podrá alcanzar mayor o menor nivel en dependencia de los métodos que se utilicen para su desarrollo, pues puede desarrollarse si se aprovechan las facultades personales y se complementa el trabajo educativo de la escuela desde los primeros grados y hasta el nivel superior; se utilizan nuevos métodos de solución para potenciar un pensamiento creativo; se intenta una y otra vez la solución que aparentemente no se alcanza y se escuchan y analizan las críticas a las soluciones dadas inicialmente.
Al respecto Arias Gallego (2018), considera que “las personas creativas no necesariamente son muy inteligentes, pero sí tienen un nivel de inteligencia promedio”.
Los conocimientos que adquieren los individuos deben aplicarse para la adquisición de nuevos contenidos y en la solución creadora de situaciones de las diferentes materias y/o de la vida práctica. Lo anterior puede ser explicado a través del pensamiento creativo (Delval, 1984).
Smirnov, Leontiev, Rubisntein & Tieplov (1960), son del criterio que toda actividad creadora lleva implícito resolver problemas. De esta forma pensamiento y creatividad son categorías psicológicas íntimamente ligadas.
Ríos Figueroa (2015, 2016), plantea que es necesario que en la educación superior se tenga en cuenta la necesidad de un cambio educativo para formar egresados identificados con su momento histórico y que reconozcan la necesidad de ser profesionales competentes con un pensamiento creativo.
Para el desarrollo del pensamiento creativo se observan dos tendencias fundamentales. La primera orientada a garantizar el interés por la incorporación de los logros científicos a la vida en general, para lo cual es necesario que el individuo tenga cualidades tales como la concentración, la aplicación de la habilidad para concentrar la atención en lo fundamental, autodisciplina, iniciativas, motivaciones cívicas y responsabilidad.
La segunda, a la adquisición de aptitudes de forma tal que el hombre pueda generalizar, de modo integral, las nuevas situaciones y transformar las relaciones; además, para ello, el individuo debe utilizar las leyes objetivas, autoeducarse y disponerse a asimilar los conocimientos necesarios de la sociedad.
Pero para desarrollar un pensamiento creativo en los estudiantes no solo deben utilizarse técnicas atractivas o ingeniosas. Esto implica incidir sobre varios aspectos del pensamiento. Las cuatro características más importantes del pensamiento creativo (Torrance, 1995) son: fluidez, flexibilidad, originalidad y elaboración.
La primera característica se refiere a la capacidad de generar una cantidad considerable de ideas o respuestas a planteamientos establecidos. En este caso se busca que el alumno pueda utilizar el pensamiento divergente, con estilos de aprendizajes que le permita solucionar problemas con vías alternativas a la lógica; de manera que ofrezca resultados aceptables y tenga más de una opción a su problema; ya que no siempre la primera respuesta es la mejor y se está acostumbrado a quedarse con la primera idea que se ocurre, sin ponerse a pensar si realmente será la mejor. Kolb (1999), citado por Arias (2014), refiere que un estilo de aprendizaje divergente lleva intrínseco características como imaginación, emotividad, observación y generación de ideas; lo cual se haya relacionado con rasgos que describen a una persona creativa.
La segunda, considera manejar nuestras alternativas en diferentes campos o categorías de respuesta. Es buscar en todas las direcciones una visión más amplia, o diferente a la que siempre se ha visto, invitando siempre con cautela a los estudiantes a ir a otra categoría de respuesta que brinden alternativas diferentes y así seleccionar la más atractiva.
En tercer lugar, se encuentra la originalidad, que es el aspecto más característico de la creatividad y que implica pensar en ideas que nunca a nadie se le han ocurrido o visualizar los problemas de manera diferente; lo que trae como consecuencia poder encontrar respuestas innovadoras a los problemas.
Una característica importante en el pensamiento creativo es la elaboración, ya que a partir de su utilización es como ha avanzado la industria, la ciencia y las artes. Consiste en añadir elementos o detalles a ideas que ya existen, modificando alguno de sus atributos. Existen otras características del pensamiento creativo, pero los estudiosos del tema consideran que estas cuatro son las que más lo identifican.
Los sujetos que tienen un pensamiento creativo son ante todo objetivos, pues tienen claro de donde partir y hacia donde ir, solo en sus criterios, con tenacidad y audacia para mantener la línea seleccionada, aunque no todos lo comprendan. En eso los ayuda su dinamismo y agudeza para que su originalidad e imaginación salgan adelante con flexibilidad en su actuación. Esto es posible por su profunda motivación y curiosidad insaciable, porque, además, son capaces de concentrarse en lo esencial; establecer relaciones entre los fenómenos y valorarlos de forma sistémica, a partir de la determinación de sus contradicciones fundamentales; tienen en cuenta lo ya argumentado y logran descubrir lo nuevo, vinculando lo lógico y lo intuitivo con un pensamiento esencial independiente.
La vía principal para que un docente estimule el pensamiento creativo en sus clases, es siendo él mismo creativo. Por tal motivo, tiene que diseñar actividades en las que se les dé oportunidad a los estudiantes de que aporten sus ideas alrededor de una situación, pero no exclusivamente, relacionadas con la temática a tratar, ya que aprender creativamente es la forma más natural de aprender; esta produce mayor satisfacción y libertad de expresión. Es por ello que es un objetivo de la educación el desarrollo de la creatividad de los estudiantes en los diferentes niveles de enseñanza.
El docente debe pedir a sus estudiantes que investiguen; crear preguntas que lleven a la reflexión; utilizar en clases situaciones problémicas que promuevan en el aula un ambiente dinámico de retroalimentación continua, con un punto de partida, objetivos a lograr y una adecuada motivación.
Llegados a este punto es necesario destacar que se debe preparar a los estudiantes de este nivel educativo para que puedan utilizar la tecnología, investigar e innovar.
Otro elemento a tener en cuenta es lo planteado por Arias (2008), quien es del criterio que la creatividad presenta cuatro etapas básicas:
La preparación, donde para resolver un problema se debe trabajar para obtener información y experiencia sobre el tema, ya que mientras más información y práctica se tenga mayor posibilidad se tendrá para llegar a una solución eficaz.
La incubación, es un período un poco largo, donde la persona que solucione el problema, asume un rol pasivo para recuperarse del cansancio de la etapa anterior; aunque no deje de realizar procesamientos cognitivos.
La iluminación, es un proceso de reorganización cognitiva, que permite encontrar soluciones a problemas, donde los elementos que lo conforman son percibidos en sus nexos y relaciones como una totalidad.
El refinamiento es una última etapa que consiste en perfeccionar las operaciones y resultados
El pensamiento creativo se expresa desde un nivel inferior a otro superior, pero nunca será inferior o máximo. Mitjans (1995); establece los siguientes niveles de desarrollo:
Recreación, el sujeto se representa mentalmente, de manera autónoma, un conocimiento existente pero desconocido para él; tiene algo en mente, pero no lo descubre aún ni lo exterioriza.
Descubrimiento, el individuo descubre en su mente problemas que requieren una acción para su solución, pero no es capaz exteriorizarlo y expresa sus ideas con fluidez.
Expresión, el sujeto exterioriza de manera independiente conocimientos o existentes y desconocidos.
Producción, el individuo extrae de la naturaleza conocimientos a partir del pensamiento combinatorio. Produce algo novedoso para la la comunidad.
Invención, el individuo genera un nuevo conocimiento con novedad y aplicabilidad en la práctica.
Innovación, el sujeto aporta conocimientos con beneficio económico o social y que constituye un cambio en el diseño o la tecnología de producción.
Racionalización, es la solución correcta de un problema, que se califica como nueva y útil y que su aplicación aporta un beneficio económico o social.
Emergente, se alcanza cuando se rebasan los límites de lo tradicional y estandarizado.
Finalmente, se brindan sugerencias (Chibás Ortiz, 1992) para el desarrollo del pensamiento creativo (abarcan condiciones necesarias, pero no suficientes).
Fomentar la libertad en los intentos por encontrar nuevas formas de realización de las tareas. Permitir las diferentes aproximaciones a la solución de un problema, previendo al estudiante de recursos; más que controlarlo o limitarlo.
Establecer un clima de apertura, reforzar las ideas inusuales y favorecer el pensamiento creativo y el pensamiento crítico.
Construir un sentimiento de autocontrol sobre que es lo que se debe hacer y cómo hacerlo mejor.
Apoyar el aprendizaje y la aplicación de soluciones creativas a problemas técnicos o prácticos específicos.
Proporcionar una adecuada porción de tiempo para la utilización de la tarea o problema encomendado.
Contribuir a un clima de confianza y comunicación, donde los estudiantes adquieran confianza en sí, en lo que hace y se les provea de una adecuada retroalimentación.
Fomentar el reto individual al plantearse el problema, la búsqueda o planteamiento de nuevos problemas y otras formas de solucionarlos.
Respeto a las necesidades de trabajo en un grupo o individual.
Tolerancia ante la complejidad y el desorden, al menos por un período de tiempo.
Crear un clima de respeto y aceptación entre los individuos.
Entender que en una misma tarea o situación puede tener diferentes significados para diferentes individuos.
Conclusiones
El desarrollo de la creatividad constituye uno de los desafíos que enfrenta la educación superior al darle cumplimento al encargo social que tiene al formar egresados aptos para la producción e innovación en su contexto.
Los docentes universitarios tienen un importante papel en el desarrollo del pensamiento creativo en sus estudiantes a partir de métodos de enseñanzas que permitan utilizar los conocimientos para dar respuesta a problemas sociales, científicos y tecnológicos.
