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Introducción
Los procesos de actualización de los métodos y sistemas de enseñanza, acorde con las nuevas necesidades de profesionales en la sociedad, constituyen las motivaciones para el ascenso en calidad y efectividad de los resultados en la gestión formativa de la Educación Superior; la cual tiene su génesis en la formulación del modelo del profesional y la estrategia educativa a seguir, acorde con el programa académico de la carrera.
En ocasiones no es suficiente un diseño curricular o una planificación global para monitorear el avance del educando; el profesional en formación requiere de una asesoría particular, ajustada a los objetivos, habilidades y competencias de su modelo y a tono con las regulaciones de la institución académica donde cursa estudios.
Lo anterior está dirigido a la labor que desempeña el profesor - tutor en la conducción del proceso formativo; donde, independientemente de su responsabilidad como instructor educativo, constituye el asesor de las tareas centradas en el estudiante, las cuales no deben estar desalineadas a las obligaciones formales, ni puede ser visto ello como una sobre carga en horas y actividades para el docente. La práctica social ha mostrado que la insuficiente importancia dada a la temática, sumado a los errores de diseño y planificación de las actividades, tiempo y recursos, son redundantes de planes tutoriales formales e inoperantes.
Esta filosofía planteada puede ser mirada de manera positiva por los docentes, si constituye una herramienta que optimice tiempo, métodos y formas de trabajo, además del itinerario de actuación que brinda para el seguimiento del estudiantado en cada etapa de su formación, pues independientemente de implicarse en el ejercicio de la actividad laboral, se sentirá comprometido en la construcción de una personalidad diferente, con la familia, la Universidad y la sociedad; ajustado a un perfil, campo y escenario de actuación profesional.
El presente trabajo está orientado al tratamiento de la tutoría en el proceso de formación de profesionales, aportando los elementos metodológicos para la conformación de un plan de acción tutorial para las carreras universitarias; las consideraciones a tratar están concentradas particularmente en la Escuela Administración de Empresas de la Universidad Metropolitana del Ecuador. Los aspectos a tratar en esta propuesta versan sobre los postulados de la tutoría en los estudios superiores y la necesidad de observar un proceso en este contexto; los paradigmas de trabajo referentes desde la Universidad objeto de estudio y las anotaciones realizadas por los investigadores para alcanzar mejores resultados en la gestión del aprendizaje en las carreras objeto de estudio.
Desarrollo
La asesoría académica, independientemente de la función que cumple el profesor desde la asignatura que imparte, es necesario desarrollarla desde los primeros años de estudios en la Educación Superior. El estudiante que inicia en el nuevo camino de la formación profesional, proveniente de la enseñanza técnico - profesional, estudios preuniversitarios o es reincorporado, precisa de orientaciones acordes con el programa de carrera que cursa, requiere de una visión totalizadora del proceso y de un monitoreo de sus resultados, los cuales parten de un diagnóstico para corroborar su estado inicial y luego continúa con un seguimiento de sus resultados parciales y finales en cada período, cuidando de variables clave como permanencia del profesional, rendimiento académico y eficacia del proceso de formación.
Lo anterior obliga a que los docentes designados para esta labor de tutoría, sean profesionales altamente calificados tanto en el ámbito científico, académico y/o pedagógico, generando aportes creativos desde la rama técnica de la especialidad y también en el ámbito educativo y sociocultural. Santiago (2012), declara que la tutoría es una actividad especializada y debe ser llevada a cabo por un tutor formado para ello, el cual tiene la función de apoyar y acompañar al tutorado en el transcurso de su vida escolar.
En su reflexión destaca la importancia que tiene esta labor, por cuanto la existencia de la figura del tutor, como el acto de asesorar no son estrictamente nuevas, el concepto de tutor se ha utilizado a lo largo de la historia y en distintos ámbitos y su función ha estado íntimamente relacionada con el significado del concepto, lo que conviene revisar, para destacar el sentido del mismo en sus diferentes acepciones y encontrar en éste, los elementos o características que lo conforman; ello resulta muy útil para entender con mayor claridad, el papel de la acción tutorial, llevada a cabo actualmente en las instituciones de Educación Superior.
Muy a tono con estas observaciones está la influencia de los principios y valores que debe recibir el estudiante en su etapa de estudio; aquí radica una parte importante de la labor docente, la atención a los modos de actuación, los principios ético - profesionales que se inculcan en la carrera y que van demostrados desde la eficacia del desarrollo del contenido que se imparte hasta en las relaciones comunicacionales de la dimensión extracurricular e informal, cuidando siempre el cumplimiento del objetivo del perfil, campo y escenario de actuación del profesional, con la misión de entregar a la sociedad un graduado acorde con las necesidades que demandan las empresas e instituciones del territorio.
Para Rodríguez Espinar, et al. (2012), la tutoría universitaria se entiende como una acción de intervención formativa destinada al seguimiento académico de los estudiantes, desarrollada por profesores como una actividad docente más, si bien con el apoyo, coordinación y recursos técnicos facilitados por el profesorado especializado o personal técnico.
Por otro lado, cabe destacar que la tutoría es el proceso que posee carácter continuo y permanente en la relación que se manifiesta entre tutor y estudiante, con una responsabilidad compartida por ambos. Así en esta relación se cristaliza la función orientadora del rol de educador profesional (Collazo Delgado, et al., 2001).
Tomando en cuenta estudios realizados por investigadores de universidades mexicanas, según Badillo Guzmán (2007), se acude al análisis de los efectos que puede tener la atención personalizada que se brinda al estudiante a través de la tutoría, constituyendo un recurso de gran valor pues contribuye a los resultados siguientes:
La adaptación del estudiante al ambiente escolar.
El fortalecimiento de sus habilidades de estudio y de trabajo mediante el apoyo en los aspectos cognitivos y afectivos del aprendizaje.
El desarrollo de su capacidad crítica y creadora.
El impulso a su evolución social y personal.
El abatimiento de los índices de reprobación y rezago escolar.
La disminución de las tasas de abandono de los estudios.
La mejora de la eficiencia terminal.
De esta manera, la acción tutorial, enmarcada en un modelo de formación holística (con presencia de habilidades generales, competencias profesionales y valores ético - morales, enfocado a la formación de un profesional integral) se orienta a las dimensiones de la intervención, que incluye aquellas áreas relacionadas con el desarrollo personal del estudiante universitario y que de acuerdo con Rodríguez Espinar, et al. (2012), son:
Dimensión intelectual cognitiva, que incluye el desarrollo de aspectos que potencien la capacidad de enfrentarse a situaciones problemáticas y a su resolución, a la adecuada toma de decisiones, la rentabilización de los aprendizajes, el aprender a aprender.
Dimensión afectivo - emotiva, para potenciar el dominio de las habilidades sociales, el autoconocimiento, la elaboración de un autoconcepto positivo.
Dimensión social, orientada a conseguir la integración en un grupo y la participación activa en el mismo en un contexto de cooperación.
Dimensión profesional, en función de contribuir a tomar conciencia de su propio itinerario curricular, a la elección de un proyecto profesional y el acceso a la profesión.
La atención a estas dimensiones, según los investigadores, presenta diferencias importantes en función de la tradición de cada país; y se agrega, además, en función de las perspectivas de formación profesional y académica de cada institución universitaria. En este sentido, se proyectan tres niveles de intervención diferentes en la acción tutorial:
La tutoría de materia, que se ocupa de orientar al estudiante sobre temas relativos a los contenidos disciplinares que el profesor expone o presenta en clases o sobre temas relativos a trabajos relacionados con las asignaturas.
La tutoría de carrera o de itinerario académico, concerniente al seguimiento del estudiante a lo largo de los estudios universitarios, en cuestiones generales relativas a los itinerarios curriculares, a la adaptación a la vida universitaria, rendimiento y graduación. (Romo, 2011)
La tutoría de asesoramiento personal, que corresponde a una atención especializada para el tratamiento o la intervención ante determinadas circunstancias personales de algunos estudiantes y que es responsabilidad de profesores expertos en la intervención psicopedagógica, lo cual puede estar dirigido al uso de servicios especializados de la propia universidad, a través de la derivación que pueda hacer el tutor académico o el tutor de carrera.
Bajo las premisas antes expuestas, la labor de tutoría en la Educación Superior tiene como finalidad una incidencia positiva en los proyectos de nuevo ingreso de los estudiantes, desde su recibimiento y conducción; posteriormente en el progreso y adaptación de la nueva etapa de vida y formación, por lo que resulta pertinente aplicar herramientas que conduzcan al acompañamiento del proceso.
La filosofía de trabajo no debe ser mirada solamente en el sentido de efectivo para el estudiante, la gestión del guía debe constituir un mecanismo de trabajo donde el docente no sienta que es una carga más; por el contrario, independientemente de estar diseñada desde un procedimiento institucional y planificada como estrategia a seguir a nivel de carrera, el enfoque se presenta desde la mirada global o general del proceso, a nivel de Institución y/o Facultad, donde las etapas de inicio, desarrollo y evaluación de los cursos académicos deben mostrar momentos o subetapas que evidencien los estados de satisfacción y evaluación parcial y final de los resultados mostrados por la comunidad.
Cada área o departamento de la academia debe tener una implicación en la tutoría (asociada al concepto acompañamiento o conducción del educando): desde el área administrativa corresponden los aspectos informativos y de comunicación de los procesos regulatorios para el desarrollo de las actividades formativas; la organización de los escenarios docentes, investigativos, de prácticas pre-profesionales y/o actividades de bienestar estudiantil; a esta concepción se deben unir los mecanismos de retroalimentación para la atención a insatisfacciones o no conformidades del proceso, lo que no quiere decir que los tutores de carreras no estén enlazados a ello.
Por otro lado, están las áreas o procesos de apoyo, donde se incluyen cafeterías, comedores, áreas de recreo y el sistema de seguridad de la institución, al cual le corresponde una cuota en la comunicación y orientación de las actividades que persigue la institución y donde el estudiante es objeto y sujeto de desarrollo. Luego, la más importante está ubicada en la carrera, donde descansa la academia y los procesos sustantivos clave en la formación universitaria; área central de los aspectos abordados con anterioridad.
De esta forma, siendo el estudiante el centro de los procesos de transformación y desarrollo, la tutoría debe tener una mirada transversal en la Educación Superior. Apoyado en el criterio de Rojas, Cáceres & Domínguez Urdanivia (2016), “debe ser elaborado (el plan de acción tutorial) a partir de un análisis reflexivo en relación a las características del contexto educativo institucional, así como las líneas prioritarias. Debe ser flexible, sujeto a un proceso constante de mejora y perfeccionamiento, como instrumento que orienta las acciones de tutoría, su implementación requiere de un fundamento pedagógico, que se concreta en el modelo educativo y que permita orientar, dar coherencia, pertinencia y consistencia a la actividad de tutoría”.
La Universidad Metropolitana del Ecuador (UMET), como parte del perfeccionamiento del Proceso de Formación de Profesionales, centra su atención en la labor de tutoría, entendida como el acompañamiento y apoyo docente de carácter individual o grupal, constituyendo elemento integrador de la Educación Superior y a la vez, componente fundamental en el proceso de formación de los estudiantes. En este sentido, desde su misión, visión y estatutos, se ha propuesto llevar a cabo una educación inclusiva desde la gestión de sus propios procesos donde destaca, como elemento importante y mediador, la figura del tutor.
En correspondencia con lo anterior, la Escuela Administración de Empresas, de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, incluye entre sus prioridades el trabajo la tutoría de acompañamiento, en el marco de las metas a alcanzar por la institución, con la intensión de lograr propuestas de mejora en el proceso de formación de profesionales, para lo cual propone como objetivo: contribuir con el desarrollo educativo de los estudiantes a partir del sistema de actividades curriculares y extracurriculares que tributan a la formación de valores ético -profesionales, la atención individualizada de dificultades en el orden personal y grupal, así como necesidades académicas, que tributen a la formación integral del egresado.
El egresado de esta especialidad se forma con la misión de gerenciar organizaciones empresariales de diversas formas y tipos de propiedad; sus competencias están dirigidas a la administración de todas las áreas de la empresa, considerando las metas de resultado de productividad y rentabilidad.
A tono con la situación socioeconómica de la región y el país, el graduado se conduce al análisis teórico -práctico tomando como base la aplicación de las técnicas estadísticas y microeconométricas sobre las condiciones con que operan las empresas, la calificación de los recursos humanos, las disponibilidades de recursos y los niveles de ganancia en contribución al desarrollo de la organización, así como los niveles de aportación al balance nacional y financiero territorial y nacional.
Entre las principales metas a alcanzar está la intervención en el fortalecimiento de las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) en las cuales se sostiene más del 60% del empleo del país. En la región de Guayas se encuentran ubicadas 135 365 empresas, de diversos sectores de producción y servicios, las cuales responden en su mayoría a la producción y comercialización de alimentos, informática, hotelería, servicios profesionales, entre otras; éstas organizaciones demandan de competencias asociadas a la gestión estratégica, negocios, mercadotecnia, calidad, procesos, gestión financiera, y otras específicas del perfil; importantes para su posicionamiento en el mercado, su contribución con el desarrollo económico y bienestar social, y su aporte al Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Para garantizar una formación competente, donde la generación de conocimientos, habilidades, capacidades, valores y cualidades, deben ser integrados y expresados en la actividad práctica del profesional, se hace necesario atender desde la composición de la carrera, los siguientes problemas educativos:
Dificultades en el proceso de gestión del autoaprendizaje.
El aprovechamiento académico potenciando el método de estudio independiente.
El empleo del sistema bibliográfico que potencie el desarrollo del autoaprendizaje en los estudiantes.
El empleo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) como prioridad en el proceso de formación profesional, logrando un uso adecuado de las diferentes fuentes de conocimiento.
El acercamiento a la semestralización en la organización docente, considerando una orientación adecuada a los estudiantes sobre la malla curricular de la carrera.
La sistematización del trabajo en equipo, como parte de las técnicas a potenciar que responde a los contenidos de gestión estratégica.
El nivel de motivación en la realización de actividades de carácter científico.
La aplicabilidad y viabilidad de un plan de acción tutorial debe involucrar a los dos grupos de actores más importantes en la labor de tutoría de carrera: profesores y estudiantes; aunque no deja de intervenir el personal administrativo, seguridad, mantenimiento y servicios, por formar parte del conglomerado de recursos y escenarios donde actúa el profesional en formación.
En profesores, se centra la calidad del desempeño profesional; la influencia formativa que logra en sus estudiantes; la relación con el instructor de la institución o la empresa y con otros docentes y directivos de la universidad; el desarrollo de actividades metodológicas en los niveles organizativos de dirección que luego son traducidas al nivel del estudiante; la satisfacción de las necesidades de superación en lo individual y en el contexto y la efectividad en el proceso de dirección de la superación del personal docente.
Por otro lado, la dimensión estudiante se conduce a la calidad de su aprendizaje y nivel de motivación profesional que posee en función de la carrera, el grado en que se manifiesta la relación con los profesores en lo relacionado a la influencia que reciben en lo educativo, la calidad de la preparación profesional que reciben para enfrentar y resolver ejercicios de la práctica empresarial, industrial y de servicios, y su relación escuela -organización durante el desarrollo del proceso de formación profesional.
La aplicabilidad también está sujeta a las etapas por la cual debe transitar el estudiante en la cohorte universitaria a tono con lo declarado en el Manual de procedimientos de tutorías de la UMET. (Colectivo de Autores, 2016), (figura 1).
Se pretende desarrollar una etapa inicial:
Desarrollo Personal, con los estudiantes de nuevo ingreso en la Escuela Administración de Empresas, con la intención de presentar los fines de estudios en las carreras, el alcance del perfil y campo de acción, a tono con las necesidades que se demandan de las empresas de la región Guayas, donde se encuentra ubicada la Sede de la UMET; Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales.
Este proceso debe ir alineado con el sistema de admisiones de la Universidad, a razón de que los estudiantes posibles matrículas respondan a un registro o base de datos disponible por la dirección de la carrera y los docentes que llevarán a cabo la labor de desarrollo personal (como primera etapa).
En esta etapa es válida la aplicación de cuestionarios, importantes en la caracterización de la personalidad de los estudiantes, en lo cual se incluyen sus aspiraciones, necesidades, dificultades en el plano personal, afectivo, social, así como sus motivaciones y conocimientos sobre lo que estudia la carrera. Ello puede ser conducente a entrevistas y mesas redondas, una vez conformado el grupo.
Posteriores estudios, desde el plano académico se pueden incitar, como son los diagnósticos de conocimientos, en función de medir contenidos de enseñanzas precedentes.
La Etapa de Desarrollo Académico se presenta como parte de la dinámica de la tutoría, aquí el grupo de docentes monitorea el avance académico del alumnado: se miden los hábitos de estudios, la independencia cognoscitiva y los resultados docentes alcanzados hasta la fecha. Ello no implicaría que la etapa anterior no esté presente, por el contrario; la riqueza del proceso está en ajustar los métodos y técnicas del aprendizaje, a las necesidades individuales y grupales de los educandos, a lo cual no deja de observarse su situación familiar y personal.
Los resultados docentes previo a las evaluaciones finales tienen que ser un reflejo del éxito en cada parte del período académico y ello debe ser motivo de preocupación de profesores y estudiantes.
Por último, la Etapa de Desarrollo profesional, independientemente de no olvidar la intensión académica y la competencia a formar por cada materia impartida, se considera debe estar a alineada a los procesos de vinculación y práctica pre-profesional que se desarrollan en la carrera. Aquí se considera pertinente que cada estudiante se identifique con su modo de actuación profesional, en lo que influirá su vinculación laboral, la posibilidad de empleo una vez graduado, las inclinaciones hacia alguna de las ramas propias de la gestión empresarial, dígase la industria manufacturera o de servicios, comunicaciones, gestión estratégica, mercadotecnia y otros; para lo cual es lógica la idea de orientar su atención hacia líneas o temáticas de investigación en la que conducirá su ejercicio final.
El plan de acción tutorial de la Escuela Administración de Empresas
La elaboración del plan de acción tutorial, parte de los resultados y evidencias existentes en el trabajo de tutorías correspondientes a los períodos precedentes, tomando en consideración los niveles de retención de la carrera, los instrumentos de diagnóstico empleados, así como información precedente de Admisiones y Bienestar Estudiantil en relación a los estudiantes discapacitados y aquellos que han presentado problemas de rendimiento académico. De igual manera la percepción de los profesores como resultado de su actividad docente resulta de vital importancia en la identificación de las necesidades.
Como resultado de labor conjunta de los profesores de la carrera se identifican las siguientes acciones de orientación y tutoría presentadas en la tabla 1.
Tabla 1 Acciones de orientación y tutoría.
| Responsable | Destinatarios | Objetivos | Acciones |
|---|---|---|---|
| Director(a) de la escuela. | Estudiantes Escuela Administración de Empresas | Orientar a los estudiantes de nuevo ingreso de la Carrera Administración de Empresas y continuantes de la Carrera Gestión Empresarial. | Recibimiento de los estudiantes de la carrera (de conjunto con el sistema de admisiones de la UMET - Sede Guayaquil). |
| Debates y mesas redondas con los estudiantes sobre los objetivos de formación, perfil y campo de acción del profesional. | |||
| Aplicación de instrumentos de captación de información sobre las necesidades en el plano individual y grupal, relacionadas con la formación de un profesional integral. | |||
| Tutores asignados | Estudiantes Escuela Administración de Empresas | Asesorar a los estudiantes que presentan problemas de bajo rendimiento académico. | Aplicación de guías académicas en las materias del período. |
| Sesiones y reuniones individuales durante el período académico con el profesor y/o tutor de acompañamiento. | |||
| Sesiones de tutorías entre iguales con alumnos de alto rendimiento académico. | |||
| Desarrollo de actividades de integración asociadas a bienestar estudiantil y científicas. | |||
| Tutores asignados | Estudiantes discapacitados y con problemas de salud de la Escuela Administración de Empresas | Monitorear el rendimiento académico de los estudiantes discapacitados y con problemas de salud. | Sesiones de tutoría individual. |
| Control periódico de los resultados académicos de los estudiantes. | |||
| Charlas motivacionales y actividades de integración con el resto de los estudiantes de la carrera. | |||
| Director y profesores de la escuela. | Estudiantes de alto rendimiento académico | Fomentar la investigación científico estudiantil | Encuentros de motivación profesional, debates de casos de estudio y situaciones empresariales (apoyo de audiovisuales). |
| Conferencias en temas avanzados de gestión, estrategias, competitividad, calidad. | |||
| Desarrollar eventos estudiantiles de carácter científico, alineado a las temáticas de investigación de la carrera. | |||
| Divulgación de la labor del grupo científico estudiantil de la carrera. |
A continuación, se describen en la tabla 2, las etapas previstas en el plan de acción tutorial de la escuela.
Tabla 2 Etapas del plan de acción tutorial de la Escuela Administración de Empresas.
| Etapa | Inicio | Final | Resultados esperados |
|---|---|---|---|
| Diagnóstico de necesidades | Octubre 2018 | Noviembre 2018 | Identificación de las necesidades educativas de la carrera para el período académico. |
| Identificación de los estudiantes discapacitados y con problemas de salud. | |||
| Identificación de estudiantes con altos probabilidades de presentar problemas de bajo rendimiento académico. | |||
| Organización, planificación e implementación | Noviembre 2018 | Febrero 2019 | Reuniones individuales y grupales con los profesores tutores asignados. |
| Charlas de divulgación de los proyectos de investigación y vinculación de la carrera. | |||
| Eventos de carácter científico estudiantil. | |||
| Informes y evidencias del plan de acción tutorial. | |||
| Seguimiento y evaluación | Febrero 2019 | Marzo 2019 | Informe final del proceso de tutorías. |
| Identificación de las principales fortalezas y debilidades en la organización, planificación y ejecución del plan de acción tutorial. | |||
| Plan de mejoras para el próximo periodo. |
Conclusiones
Los nuevos modelos y programas de formación profesional exigen de los actores involucrados en la gestión, el empleo de métodos novedosos y eficaces en el ejercicio del aprendizaje, cada vez más adaptados al perfil y al campo de acción del graduado. En este marco, la labor de tutoría está encaminada a favorecer la gestión del aprendizaje de los estudiantes e incrementar su participación en los procesos académicos, investigativos y de vinculación que ocurren en el ámbito universitario.
La visión de la labor de tutoría de la Escuela Administración de Empresas de la UMET tiene como premisa el continuo intercambio de información entre los diferentes actores del proceso tutorial, desde el personal de admisiones, administrativos, bienestar estudiantil y los docentes del proceso, que fluye de manera transversal en los procesos sustantivos de las carreras.
La perspectiva de gestión en este contexto intenciona un sistema de trabajo que incita al involucramiento de toda la Universidad; en este caso, a las particularidades del área del conocimiento de la gestión empresarial, permitiendo atender las necesidades en el orden individual y grupal de los educandos, en las diferentes etapas de desarrollo profesional.
