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Introducción
El debate científico acerca de la motivación en el aprendizaje ha llevado a formular diferentes teorías en las que, no solo se define qué se debe comprender por motivación, sino también se cuestiona qué factores e influencias ejerce la motivación en el aprendizaje. Aunque los psicólogos, sociólogos y pedagogos han aportado a la comprensión de este tema desde uno u otro aspecto, se coincide en que la motivación es determinante en toda actividad humana y juega un importante papel en la formación y desarrollo de la personalidad.
Y es que existe consenso en que la motivación es resultado de los aspectos internos y externos del individuo: los primeros facilitan la realización de las tareas, potencian la autodeterminación de seguir una meta, los externos funcionan como refuerzos. Esta dualidad hace de este un proceso complejo; pero, mucho más en el ámbito educativo las diferentes orientaciones motivacionales que adopta el sujeto van a tener consecuencia directa en el aprendizaje, asumiendo resultados diferentes y relevantes en el proceso.
Desde este referente la motivación es ante todo un proceso intrínseco, propio de la persona, ocurre por la interacción del individuo con el objeto de su interés o necesidad y se expresa en las sensaciones, emociones, sentimientos e ideas que incitan a la acción. Por tanto, se refiere a un estado interno de excitación de la conducta provocado por una necesidad y que produce una respuesta activa que dirige la acción hacia la satisfacción del requerimiento instigador.
Este análisis que se presenta en un estudio anterior a este (Alvarado, 2017) se sustenta en las aportaciones de la teoría de las necesidades, dejaron planteada que las necesidades que generan motivaciones en el desempeño estudiantil son de tres tipos: la necesidad del logro, de poder y de afiliación, las cuales son aprendidas y adquiridas a lo largo de la vida como resultado de las experiencias de cada persona:
La necesidad de logro, se reconoce como un impulso que estimula a las personas para que persigan, alcancen sus metas y puedan ascender por el camino del éxito. Por tanto, se identifica en las personas que poseen una alta necesidad de responsabilidad individual, metas desafiantes y retroalimentación del desempeño y se presentan como un deseo de consecución, superación, de rendir lo mejor y de evitar el fracaso.
En edades tempranas este tipo de motivación es posible y se observa en niños a los que se les ha ido orientando determinado tipo de actividad o aquellos que por selección se inclinan ante determinadas acciones, en cualquier caso, la clase de educación física puede apoyarse en este tipo de motivación para potenciar o trabajar las necesidades de los estudiantes. En las edades comprendidas entre 4 y 5 años lo usual es que el estudiante no sepa porque actividad inclinarse, pero esto no tiene que convertirse en eslogan y mucho menos el docente tenga que asumirlo como un hecho, estimular al estudiante a alcanzar metas pequeñas puede ser un camino para seguir en el futuro.
La necesidad de afiliación se presenta en personas con impulsos por establecer relaciones sociales, que gustan de ser elogiadas por sus acciones acertadas y colaborativas en el ambiente laboral o escolar. Las personas con alta necesidad de afiliación tienden a trabajar en equipo con amigos o personas conocidas, buscan en un proyecto o meta la comodidad con su equipo de trabajo y no tanto el desarrollo de la capacidad técnica e intelectual; pero, tienen dificultad para las tareas complejas.
En el caso de los estudiantes desinhibidos el número de respuestas es mayor, este tipo de niño tiende a ser activo y no sentir vergüenza ante la realización de ejercicios o actividades de forma general, este tipo de estudiante deben ser potencializados y generalmente son los que tienden a realizar de mejor manera las acciones del docente.
Las motivaciones por necesidad de poder, describe a personas que buscan influir en los demás. Gustan de asumir el control en las situaciones que se les presenten, es decir, son individuos que buscan ocupar puestos gerenciales o bien ser los líderes de equipo en el ámbito escolar.
Este tipo de motivación pudiera considerarse la menos vista en la edad de los estudiantes que se analizan en este estudio, sin embargo, no se descarta por formar parte de las posibles formas en que un individuo puede reaccionar, en cualquier caso, el docente debe estar alerta y utilizar las bondades de la situación en busca de los mejores resultados.
Para las instituciones educativas es fundamental conocer el nivel de motivación hacia el logro que tienen los estudiantes; como punto de partida para diseñar estrategias y acciones que favorezcan el desarrollo y empleo de esta cualidad.
La investigación de López Fuentes & Sánchez Hernandez (2016), indica que, en el ámbito educativo, obtienen mejores resultados aquellos que presentan un nivel más elevado de motivación hacia el logro. Se sustenta así la idea al señalar que una alta motivación de logro, relacionada con las actitudes intelectuales o aptitudes personales suele ser un excelente predictor del rendimiento; por eso es necesario incluir en el proceso de enseñanza aprendizaje, acciones para estimular el desarrollo de la motivación. En este mismo propósito, reconocen que el entrenamiento de la motivación orientada al logro, estimula la atención y provoca un aumento en el aprendizaje, al punto de confirmar que los estudiantes con bajo rendimiento, incrementan sus resultados al recibir entrenamiento en motivación hacia el logro.
Al respecto, se comprobó que las personas con elevada motivación de logro atribuyen sus éxitos, capacidades y fracasos a la falta de esfuerzo personal, lo que los hace replantear sus metas y estrategias para conseguir lo que se proponen. Po eso, a persona con motivaciones de logro aprenden rápido, aprovechan las oportunidades para desarrollar tareas únicas y desafiantes, pues tienen confianza en sí mismos y asumen la responsabilidad con disposición.
Sin embargo, aun cuando se asume que la relación entre la motivación y el aprendizaje se expresa en el aprovechamiento escolar y del tiempo que para cumplimentar las tareas se tenga, y que para lograrlo es necesario atender a cinco factores: las habilidades del estudiante para aprender, la cantidad y calidad de la enseñanza, el ambiente de clases y la estimulación que reciba el estudiante.
Del Cura Bilbao & Sandín Vázquez (2021), amplían este particular cuando enfatiza en el alcance de la motivación a la actividad social, sobre todo cuando indica que, bajo este término, se hace referencia a los motivos como “hechos, creencias, experiencias personales y/o estímulos que dan lugar a que la persona, de manera voluntaria, llega a interesarse por ayudar a la sociedad, siendo ésta impulsada por una conducta pro social y altruista”. (p. 1)
Estos argumentos sustentan el consenso en que la motivación de logros de aprendizaje, debe centrar la atención de pedagogos y didactas; sobre todo, porque pudiera ésta ser una vía para resolver este problema, aun cuando existe consenso que la naturaleza multifactorial que este tiene, está generando una diversidad de opiniones respecto de su origen, a su clasificación, a la forma de medirlos y la forma de aplicarlos.
En efecto, Bibilon, et al. (2019), declaran que, con independencia del grupo etario, la motivación es un factor psicológico muy importante y que siempre resultará importante desarrollar estudios que confirmen y amplíen el análisis, al tiempo que pueda sentar las bases para elaborar propuestas metodológicas.
En efecto, aunque nadie pone en dudas que un estudiante motivado es capaz de aprender a pesar de las adversidades, la reflexión metodológica advierte que los resultados que se alcancen dependen en mucho de los recursos o estrategias que utilizan los docentes en este propósito. Se explica así que, aun cuando esta es una problemática heredada del siglo XX, desde inicio del XXI, crece el interés por comprender las dinámicas entre motivación y aprendizaje, sobre todo si se tienen en cuenta que en los últimos años el vertiginoso avance del conocimiento y la tecnología está dejando una mayor relevancia en la educación, al plantear que se deberá asegurar el aprendizaje a lo largo de la vida.
La discusión acerca del tema ha dado lugar a diferentes perspectivas de análisis en las que se persigue encontrar una solución pedagógica y didáctica viable. Durante los últimos años, responder a esta exigencia devino en el cambio de los enfoques conductistas, cognitivistas de enseñanza-aprendizaje, por otros que enfatizan en el carácter constructivista, crítico y socio crítico, que han sustentado el cambio metodológico en el que se pretende guiar y facilitar a los estudiantes la apropiación y desarrollo de las herramientas para que puedan aprender y seguir aprendiendo con una valoración positiva y trascendental para la vida.
A partir del modelo constructivista de escuela y del estudio de las voces y propuestas de investigadores ecuatorianos que ponen atención en el análisis de la motivación con el aprendizaje y con el rendimiento escolar, se planteó como objetivos: explicar la naturaleza de esta relación a partir de un estudio del contexto y determinar las pautas a seguir como respuesta a las demandas educativas del proceso de enseñanza aprendizaje en la enseñanza inicial.
Materiales y métodos
En este apartado y atendiendo al tipo de investigación de campo abordada por el autor en tanto se llevó a cabo la recolección de datos principalmente cualitativos encaminado a comprender, observar e interactuar en la medida de las circunstancias con los docentes y estudiantes involucrados en la investigación. Utilizando un diseño de investigación mixto ya que la interpretación de los resultados se hace indistintamente a partir de su propio alcance descriptivos en ocasiones haciendo uso de análisis cualitativos y apelando a la subjetividad que ello demanda y en otras utilizando los paquetes estadísticos como es el caso del SPSS.
Dentro de los métodos utilizados en la investigación acción realizada por parte del autor se encuentran los métodos del nivel teórico, así como los del nivel empírico, dentro de los primeros se asume la sistematización de resultados, con el objetivo de tener un referente sobre las teorías que giran alrededor de la problemática en este caso la poca motivación de los estudiantes, sus causas y desaciertos de acuerdo al criterio de investigaciones que marcan los antecedentes de este estudio y otra para fundamentar las principales variables de la investigación relacionados a la motivación y su impacto en el aprendizaje de los estudiantes, el método histórico lógico a su vez permitió profundizar en los antecedentes del problema y escudriñar en autores no solo internacionales sino de la región que con anterioridad estudiaran la temática, el método inductivo-deductivo con el que se logra analizar las fuentes y llegar a conclusiones objetivas, el análisis y la síntesis que permite examinar no solo en la bibliografía sino los resultados de orden empírico y concretar los aspectos en lo que se debe profundizar.
Los métodos empírico-basados en la observación y experimentación del autor fueron variados, primero el estudio de diagnóstico que demando de una lista de cotejos en las que se evaluaron potencialidades y necesidades del estudiante desde el punto de vista físico, biológico como aptitudinal, la observación a clases poniendo énfasis en los aciertos y desaciertos de la clase para luego analizar los por menores y llegar a conclusiones de las verdaderas carencias, la encuesta a estudiantes con el objetivo de profundizar sobre las verdaderas opiniones que de la clase poseen y más allá de su mero comentario interesaban las ideas de cómo le gustaría que fuera en un escenario para todos nuevos como resultaron las clases online, por último y no menos importante las entrevistas de carácter grupal y no estructuradas de manera que la conversación pudiera servir de hilo conductor a las preferencias que de la encuesta se vislumbraron.
En este propio sentido los materiales utilizados descansan sobre la base de las variables, dimensiones e indicadores que guían la investigación, en relación a la motivación los instrumentos buscan detallar si el estudiante encuentra sus motivaciones a partir de los logros, entiéndase el alto sentido de la responsabilidad del estudiante o sus afiliaciones relacionada con sus gustos ante el elogio o las motivaciones de poder mas identificadas por las influencias que gusta ejercer sobre los demás, mientras el aprendizaje se encamina a reconocer si es visto como un recurso cognitivo asociado al procesamiento de la información o a los recursos metacognitivos relacionado a la planificación, regulación, evaluación o el apoyo más vinculados al desarrollo socioafectivo de la propia actividad.
Resultados y discusión
El estudio se realiza en la Academia Naval Almirante Illingworth a 96 estudiantes de la educación inicial matriculados en las clases del docente que participa como parte del estudio de campo. Del diagnóstico inicial se obtiene que el 100% de los estudiantes están aptos para el ejercicio físico, de ellos el 15% dada su talla y peso tienen aptitudes para el futbol juego que se practica en el colegio y en el cual se exhiben resultados, de igual manera 20 estudiantes manifiestan interés por la natación. En la observación realizada como parte de este estudio solo un 10% de los estudiantes ponían interés y énfasis en el calentamiento, actividad esencial para el buen aprovechamiento de ejercicios posteriores y ausencia de accidentes. Este desinterés agendado como una de las primeras falencias detectadas se agudizaba en la medida que transcurría la clase, el hecho de estar solos en casas para unos, en otros sudarse sin finalidad, así como no encontrar motivos adecuados para hacer el ejercicio, fueron algunas de las razones que en las encuestas fueron declaradas, en cualquier instancia la desmotivación se reflejaba como la principal situación de la clase en los estudiantes.
Sin embargo, las entrevistas grupales fueron dando posibles soluciones a la situación, primero los estudiantes mostraron interés en conocer para que se realizaban cada uno de los ejercicios, se sintieron aludidos ante determinadas explicaciones del profesor sobre afecciones en las articulaciones por incorrecta técnica al momento de hacer el calentamiento.
Al hilo de estos resultados, atendiendo a los posicionamientos que ante esta situación se presentan y desde una evaluación detallada de los aspectos que son susceptibles, para estimular la motivación del estudiante por el aprendizaje, se impone una reflexión acerca de los aspectos que deberán considerarse claves para promover resolver los problemas que se enfrentan a partir de las aulas virtuales.
Como resultado de la sistematización de los análisis y el estudio de campo se propone cuatro ideas que se presentan aquí como pautas metodológicas para el cambio en las concepciones con que se asumen el binomio motivación y aprendizaje.
Según Reeve (2013), la motivación intrínseca “se basa en una serie de necesidades psicológicas definidas, incluyendo la causación personal, la efectividad y la curiosidad” (p. 131). Es, por lo tanto, algo que se tiene lugar de manera interna, por tanto, no necesita de la activación o influencia de un estímulo externo y se origina a partir de la gratificación que se desprende del propio cumplimiento de la conducta misma.
En otras palabras, la motivación intrínseca es aquella que emana de las necesidades internas y la satisfacción espontánea que la actividad proporciona; con la conducta motivada extrínsecamente la motivación surge de incentivos y consecuencias que se hacen contingentes al comportamiento observado.
De ahí que cuando un estudiante cuenta con la motivación intrínseca desarrolla las actividades por iniciativa propia, se implica en el conocimiento de la tarea, gestiona la información de forma significativa, realiza cambios conceptuales, tiende a ser creativo durante la ejecución, persiste en sus objetivos a pesar del fracaso; disfruta e incluso se entusiasma con lo que está haciendo, buscando oportunidades adicionales para seguir con la tarea, teniendo un alto rendimiento.
Por contra, la motivación extrínseca hace referencia a que los estímulos que el individuo recibe del exterior, y pueden presentarse como recompensas o reconocimiento y premios, entre otras. Estas, cuando son acogidas de manera significativa y positiva, dirige la atención, promueve expectativa, y crea nuevos motivos por la actividad.
En este orden hay que comprender que la motivación intrínseca cuenta con mayor ventaja que la motivación extrínseca para lograr un aprendizaje exitoso, sin embargo, ambas son necesarias aun cuando la motivación intrínseca, prescinde de todas las cosas externas, esta puede ser autosuficiente, lo que no significa que se desconozca el papel fundamental que juegan los estímulos externos, sobre todo, en el área socio emocional de la personalidad.
Teniendo en cuenta estas ideas el profesor de educación física debe partir de las ideas que mueven al estudiante, a partir de necesidades o potencialidades que se diagnostiquen del estudiante, en este caso el interés por un deporte determinado o la necesidad de un ejercicio pueden convertirse en puntos de partidas para que no solo se practique sino se profundice sobre los mismos, el interés del estudiante no puede quedar en el mero juego, sino debe partir de cómo se realiza la actividad, las técnicas necesarias para una correcta realización y en ello se estará contribuyendo a su desarrollo no solo físico sino también intelectual.
Es preciso identificar la motivación como uno de los pilares en que se sustentan las competencias socioemocionales; pues, junto a la empatía la autorregulación personal, las habilidades sociales y el conocimiento de sí mismo. Esta consideración explica que las acciones de educación emocional incluyan la motivación como la fuerza del optimismo, un aspecto fundamental en la autorregulación de los impulsos, la autoestima, la inhibición de pensamientos negativos.
En este sentido acerca el proceso de aprendizaje, puede generar en el estudiante pensamientos, sentimientos y emociones, que terminan por generar motivación y una actitud por el aprendizaje. Por tanto, es preciso estimular pensamientos, sentimientos y actitudes positivas y significativas para el propio aprendizaje. Sin embargo, estas serán más sostenibles si, sobre todo, fortalecer la autoestima, las creencias, los valores y los principios éticos y morales del individuo.
De este modo se deberán priorizar los mecanismos para trabajar estos procesos de aprendizaje, la autoestima, habilidades para la vida. En general, hasta hace poco estos quedaban en manos de disciplinas y espacios muy específicos de atención; pero, han ganado espacio en el proceso educativo de carácter vivencial y reflexivo que puede, sin distinción, utilizarse en todos los niveles educativos con el objetivo de maximizar su impacto en el proceso de formación y desarrollo del estudiante a nivel individual y grupal, esta se identifica como una contribución fundamental al desarrollo humano, la salud mental y de mejoramiento de la calidad de vida.
Por ello este punto resulta aspecto relevante para el docente de educación física, sin duda la autoestima de cada estudiante debe influir en su desarrollo y trabajar en ello dependerá de la metodología seguida por cada profesor, una vez diagnosticado el estudiante y ofrecidas las tareas por las que debe trabajar, deberá controlar que cada quién realice sus actividades desarrollando las habilidades necesarias y mostrándolas no solo como mera reproducción sino desde la ejemplificación de como ello comienza a formar parte de su modo de vida.
Comprender que el aprendizaje autónomo implica asumir la responsabilidad y que el control interno del proceso lo establece el propio sujeto que aprende, implica asumir que un estudiante autónomo es capaz de dirigir por sí mismo las actividades de enseñanza. El estudiante autónomo es aquel que es capaz de tomar iniciativas; manejar con destrezas diferentes fuentes de información; comprende y saber contrastar las informaciones y textos, se plantea y resuelve problemas, pero sobre todo se interesa y anhela conocer y profundizar en temas nuevos para transferir, extrapolar y aplicar los conocimientos a situaciones nuevas. Sin embargo, es necesario comprender que para lograr estos propósitos se precisa que los estudiantes reciban una guía apropiada.
En este sentido, los profesores deben fomentar que los estudiantes asuman su papel como aprendices autónomos y, en particular, deberán favorecer la comunicación interactiva, a partir de situaciones pedagógicas que fomenten la cooperación y donde los estudiantes comprendan su propio papel y asuman responsabilidad del mismo. Pero, lo más importante es que, bajo esta concepción, se crean las oportunidades para que el estudiante se convierta en el protagonista de su propio aprendizaje.
Es indispensable en este sentido que el estudiante sienta que la clase de educación física es el espacio para intercambiar dudas sobre la actividad o ejercicios encomendados, en la clase se viene a modelar lo aprendido y por lo tanto el profesor debe corregir los ejercicio, técnicas o secuencias de pasos que de manera autónoma el estudiante debe ir aprendiendo, el profesor debe asumir que su clase no es organizada para decir que se debe hacer sino para debatir y enriquecer los hallazgos de los estudiantes.
Si bien las motivaciones intrínsecas son de mucha utilidad en el aprendizaje; pues, incitan a las personas explorar, interactuar con otros y adaptarse a su entorno estas pueden estimularse al promover la curiosidad, el desarrollo de nuevas y complejas tareas o ponen a prueba y pueden llegar a mejorar su entorno. Las investigaciones internacionales desarrolladas por Ghaziani, et al. (2017), sistematizadas por Serna, et al. (2018), reafirman la idea de que la estimulación debe entenderse como una serie de influencias manifestadas en actividades concretas que se articulan, estructuran y provocan una reacción (interna y externa) que favorece un cambio en la apropiación de la experiencia social. Por tanto, se asocia con la intencionalidad de una o varias influencias orientadas a movilizar a la persona en función de mejorar su situación de desarrollo actual.
Desde esta consideración bajo el término estimulación, se precisa la utilización de un conjunto de técnicas que pretenden incitar, de manera deliberada, la apropiación de conocimientos, la formación de hábitos, habilidades y valores necesarios para actuar y desarrollar niveles superiores de autodeterminación al organizar el sistema de aprendizaje, tomando en cuenta las condiciones, componentes y fines de la enseñanza. En este punto, Alfonso García (2018), insiste en que, en cualquier caso, lo primero, es la determinación de las demandas y posibilidades del contexto, y en un segundo lugar se deberá secuenciar las ayudas y apoyo para aprender. Luego, los profesores universitarios deberán logra articular los objetivos de las asignaturas que imparten con los objetivos personales de los estudiantes, pero, al mismo tiempo deberá lograr un clima agradable mientras enseñan de manera que los estudiantes puedan encontrar diversión mientras aprenden, pensando en los beneficios y cómo van a utilizarlos.
Al respecto, Vazquez Reina (2010), permite relacionar una lista de recomendaciones para la acción docente con repercusiones motivacionales; entre ellas se encuentran: presentar información nueva y sorprendente, plantear problemas e interrogantes; crear situaciones que permitan visualizar la relevancia de los ejercicios, sobre todo, indicar la funcionalidad de los ejercicios, su diversidad para alcanzar los resultados que se proponen.
Es importante que, en las actividades, los profesores logren activar los conocimientos previos de sus estudiantes, se aseguren de usar un discurso jerarquizado y coherente en el que se utilicen ilustraciones y ejemplificaciones.
Además, deberán plantear metas parciales; ceder el protagonismo a los estudiantes, permitir que intervengan con espontaneidad y señalar respuestas incluso en las que no sean aceptadas todas las respuestas e ideas, aun cuando no se correspondan con sus posiciones; pues siempre puede encontrarse un aspecto positivo.
Es preciso, asegurar que se relacione el contenido de enseñanza-aprendizaje con el mundo real, dedicar tiempo para ayudar a mejorar las relaciones interpersonales, para revertir positivamente la motivación de cara a superar y seguir las indicaciones del docente.
A esta lista, se agrega la necesidad de diversificar los estímulos asociados a la orientación del proceso, el planteamiento de proyectos, actividades que promuevan las prácticas independientes, dejar planteada el camino al éxito, promover ejercicios en trabajo grupal, cooperativo, con actividades lúdicas en las que se utilizan las tecnologías; sobre todo, la introducción de videos sobre todo de lo que ellos mismos hacen; al tiempo que se evitan demasiadas evaluaciones.
En este mismo orden se deberá promover las actividades de aprendizaje individual, permitiendo que los estudiantes trabajen, solos o en un pequeño grupo, conforme a sus ritmos y condiciones; pero, de los que se trata es de ofrecer oportunidades para atender las necesidades e intereses de cada estudiante y se logre potenciar las capacidades necesarias para aprender a lo largo de la vida.
Por estas razones, es necesario, también desplegar iniciativas hacia el manejo de temas de mayor complejidad, pues esta es una vía para mantener la motivación y lograr el cumplimiento de los objetivos para la cual todo profesor deberá guiar al estudiante, actuando como motivación de logro. Al mismo tiempo, hay que mantener el entusiasmo en el aprendizaje al referir cada vez más el significado y sentido de la actividad que se realiza, y su valor personal y profesional futuro que estos poseen de manera que los estudiantes puedan visualizar el éxito en su actividad futura cuando aprenden bien el contenido.
En este marco es puntual que los profesores refuercen la motivación por el aprendizaje a partir de los resultados que el estudiante alcance a lo largo del proceso y no solo al final. Es ineludible provocar la reflexión acerca de lo que han hecho para obtener los resultados y socializar los avances en el grupo de clase.
En resumen , las relaciones entre el desarrollo de la motivación y el aprendizaje pasan en primera instancia por la concepción que tengan los profesores al diseñar y desarrollar las actividades de enseñanza, resulta entonces una prioridad, al asumir una postura renovadora ante este tema, que se identifique la importancia que tiene otorgar relevancia a la estimulación de la autoestima, la autoconfianza, el sentimiento de posibilidades para ayudar a otros; la búsqueda de nuevos conocimientos como algo positivo y satisfactorio.
Se trata entonces de atender a dos condiciones básicas, la intencionalidad y la contextualización del proceso de enseñanza-aprendizaje. La primera responde a armonizar el deseo y disposición de los estudiantes, por algún aspecto del aprendizaje y los objetivos que se plantean para el proceso; la segunda se enuncia a partir de las particularidades en que tiene lugar el proceso y las condiciones socio-histórica que le sirven de marco, pues estas últimas servirán de pretexto para el vínculo de los contenidos con la vida, facilitando la comprensión de la relevancia del saber que se aprende y sobre todo el compromiso que se asume con la sociedad cuando se posee conocimientos y habilidades para buscar, encontrar y solucionar problemas que afectan a las personas y a los grupos en los que se comparte la vida cotidiana.
La estimulación de la motivación debe inducirse en el proceso de enseñanza-aprendizaje; pero esto sucede cuando se logra anclar motivos personales y colectivos, cundo se aprende con otros bajo el presupuesto de que es necesario para uno y para todos pero sobre todo cuando lo que se aprende sirve de base para implicarse con otros en la comprensión y transformación del mundo.
Pero, el estudio desarrollado hasta aquí también marcó la apertura a una mejor manera de entender las propuestas didácticas que se diseñen para la práctica en el Ecuador. Por un lado, queda planteada la necesidad de profundizar como estimular la motivación de los estudiantes por el aprendizaje y, aunque no pueden ofrecerse recetas únicas, es impostergable que los profesores ajusten sus decisiones didácticas. En este caso, deben atenderse: en una primera fase del proceso se deberá estimular al estudiante a plantearse las expectativas ante lo objetivos del aprendizaje para luego, auto-observarse, durante la ejecución de los ejercicios, hasta formarse un juico sobre sí mismo, que le permita determinar el modo de como logran los resultados y valoren el estado de satisfacción acerca de los resultados logrados.
Aun así, queda sobre la mesa de discusión, los estudios comparativos desde los que se pueda relacionar directamente, la contribución de la motivación al aprendizaje, pero atendiendo a la especificidad epistemológica de las asignaturas. Esta debería ser, con mucho, el interés que centre estudios que acerca del tema desarrollen los profesores de otras áreas en el Ecuador en los próximos años.
Conclusiones
De acuerdo con el análisis realizado se confirmó que una alta motivación por el aprendizaje se refleja tanto en el rendimiento como en la satisfacción de los estudiantes pero al mismo tiempo es preciso considerar otros factores que influyen en este proceso tales como: el desarrollo de habilidades para el estudio; la estimulación que el profesor realice en clases; la complejidad y relevancia de la actividad que se proponga y la metodología que se utilice en el tratamiento del contenido de la asignatura, la utilización de recursos y medios, sobre todo tecnológicos y del desarrollo socioemocional del estudiante, su autoestima, autonomía y proyección de futuro.
De acuerdo con esta posición las pautas metodológicas aquí planteadas fundamentan el cambio que deberá asumirse en el proceso de enseñanza aprendizaje en la clase de educación física que se desarrollen en la enseñanza inicial ecuatoriana, sobre todo en la postura crítica y optimista que debe asumir el profesor y en la comprensión de la responsabilidad que tiene para elevar la motivación y el aprendizaje.
