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Conrado

On-line version ISSN 1990-8644

Conrado vol.18 no.88 Cienfuegos Sept.-Oct. 2022  Epub Oct 27, 2022

 

Artículo Original

La labor extensionista del estudiante: experiencia desde la autogestión

The student's extension work: experience from self-management

0000-0003-3232-9372Yudit Rovira Álvarez1  *  , 0000-0002-4369-5477Aylén Rojas Valdés1  , 0000-0001-9416-6543Manuel Vento Ruizcalderon1  , 0000-0002-9458-2755Osmani Álvarez Bencomo1 

1Universidad de Pinar del Río "Hermanos Saíz Montes de Oca". Cuba

RESUMEN

El artículo aborda resultados parciales de una investigación acerca del proceso de autogestión de la labor extensionista de los estudiantes. El objetivo general estuvo dirigido a fundamentar una metodología para la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes, para lo cual se presentaron los resultados correspondientes a sus dos primeras tareas investigativas. El método general del estudio fue el dialéctico-materialista, junto a otros teóricos como el histórico-lógico y empíricos como el análisis de documentos, la entrevista y la encuesta. La sistematización teórica en el contexto internacional y en Cuba, así como su caracterización en la Universidad de Pinar del Río, posibilitaron determinar, como resultados, un conjunto de regularidades acerca del proceso objeto de estudio.

Palabras-clave: Autogestión; Extensión universitaria; Estudiantes; Universidad; Labor extensionista

ABSTRACT

The article addresses partial results of an investigation about the self-management process of the extension work of the students. The general objective was aimed at establishing a methodology for the self-management of the extension work of the students, for which the results corresponding to their first two research tasks were presented. The general method of the study was the dialectical-materialist, along with other theorists such as the historical-logical and empirical ones such as the analysis of documents, the interview and the survey. The theoretical systematization in the international context and in Cuba, as well as its characterization at the University of Pinar del Río, made it possible to determine, as results, a set of regularities about the process under study.

Key words: Self-management; University extension; Students; University; Extension work

Introducción

La actual coyuntura internacional, en la veintena del siglo XXI, marcada por una crisis de salud, ha puesto de manifiesto la imperativa necesidad de actualización de la Educación Superior y su sistema de procesos. Una de las aristas a tener en cuenta, y que está en la mira de los investigadores, lo constituye el papel protagónico del estudiante universitario fundamentalmente relacionado con su accionar relacionado con la sociedad a la que se debe, es decir, la autogestión de su labor extensionista.

Transformar la realidad social es uno de los retos que deben enfrentar las Instituciones de Educación superior (IES) hoy, comprometerse con su entorno, a partir de la asunción de una relación bidireccional y proponer e implementar iniciativas que respondan al desarrollo social de las comunidades, para ello el papel del estudiante es imprescindible.

Una visión realista, en una circunstancia de tal complejidad, lleva a la búsqueda de un mayor perfeccionamiento e integración de los procesos sustantivos universitarios: docencia, investigación y extensión que tengan en cuenta la magnitud de las transformaciones necesarias para que la situación actual sirva de experiencia de la que se salga más fortalecidos.

La universidad posee una influencia significativa en la sociedad en que se desarrolla, porque forma parte de ella misma, lo que está muy evidenciado en su constante actuación por el mejoramiento de todos los aspectos de la vida. Como institución cultural desempeña un papel sustancial en afianzar la cultura e identidad locales y nacionales, en elevar el nivel cultural de sus miembros, encargo que solo se logra a partir de la interrelación de sus tres procesos.

La responsabilidad de la universidad con el estudiante que se forma en ella, está centrada en su preparación, pero todo en su incidencia en la sociedad, para encarar la realidad y dar respuesta, desde su profesión, a los problemas y conflictos que se manifiesten en su ámbito laboral y social. Ante estas condicionantes se impone la asunción de enfoques que garanticen un profesional acorde a los imperativos de su tiempo.

En circunstancias como las que vive la humanidad, la extensión universitaria, específicamente, tiene mucho que aportar y el estudiante, como centro de su quehacer, ocupa el protagonismo, como líder, promotor, generador de espacios y acciones que contribuyen a transformar la situación compleja, sobre todo por las posibilidades que como jóvenes poseen para interactuar con procesos tecnológicos.

Frente a los numerosos desafíos de una sociedad tecnológica impone, hay que sacar a la luz el protagonismo estudiantil y las posibilidades que poseen los estudiantes, sus potencialidades, para una enseñanza más autogestionada. Bajo estas premisas la autogestión de la labor extensionista se convierte en una respuesta pertinente a las nuevas exigencias en la medida que favorece la creatividad, la innovación y el contacto directo con el entorno social.

Sobre los conceptos proceso, gestión y autogestión

“Del latín procesus o procedere, proceso es el conjunto de fases sucesivas de un fenómeno en un lapso de tiempo, es la marcha hacia un fin determinado, las fases sucesivas de un fenómeno” (RAE, 2014)

Un proceso implica una transformación de un estado inicial a un estado final, al logro del desarrollo integral de las potencialidades de los sujetos implicados, a partir de su propio accionar con autonomía y determinación.

Vera & Moreno (2020) consideran de forma acertada que “toda institución de educación superior tiene como propósito fundamental el logro educativo al igual que la autonomía del estudiante que también es un fin mismo dentro la filosofía formativa de la universidad” (p.69).

Tales perspectivas resultan coincidentes con los criterios asumidos por Álvarez & Breijo (2020) quienes enuncian premisas distintivas de la gestión específicamente relacionadas con la extensión universitaria:

  • la sucesión de actividades racionales

  • Que encadenan y coordinan/organizan y conducen

  • Que poseen la capacidad de generar las condiciones

  • Poseen eficiencia y eficacia (optimización de los procesos)

  • Para lograr un propósito (esencial)/consecución de objetivos y metas/garantizar el cumplimiento del proyecto educativo

  • Tienen relación adecuada entre la estructura, las estrategias, liderazgos y capacidades de los recursos humanos disponibles

  • Precisan la necesidad de alinear recursos: humanos, económicos y financieros

  • Tienen al gestor como actor en la realización de los procesos y cumplimiento de los objetivos que se proponen (p.10).

Los procesos de autogestión, por su parte, son construcciones que requieren de los sujetos comportamientos nuevos, con distintos niveles de continuidad con la experiencia previa.

González, Becerra & Olmos (2018) acerca de la promoción de la autogestión a través de objetos de aprendizaje adaptativos en alumnos de Educación Superior, expresan que:

El uso de las tecnologías de la información y de comunicación (TIC) en el ámbito educativo han marcado la diferencia entre la forma en que el estudiante acede al conocimiento y organiza sus procesos de aprendizaje. Es innegable que las prácticas educativas han sido trasformadas a partir de la introducción de las herramientas tecnológicas al favorecer los procesos de aprendizaje sea de manera formal e informal. Entre algunas de las bondades que ha generado el avance tecnológico en el terreno educativo encontramos el permitir difundir y concretar los modelos centrados en los estudiantes, es decir, el proceso gira en torno al aprendizaje del estudiante, al cambiar significativamente los papeles de estudiantes y docentes (p.17).

Los citados autores consideran que en la actualidad

“el estudiante requiere un rol activo mediante la búsqueda y apropiación de información de diversas fuentes (como pueden ser de internet, bibliotecas digitales, revistas especializadas, blogs, etc.), esto demanda en el alumno habilidades para que identifique, acceda, analice e incorpore la información en pro de su aprendizaje” (p.26)

Desde estos criterios la autogestión puede ver vista como la actuación directa de cada persona inmersa en un proceso, que crea los escenarios para el desarrollo de estrategias que propicien una mayor interacción social en función del desarrollo en todas sus dimensiones.

Una interesante consideración sobre autogestión la enuncian Carenzo, et al. (2019) cuando la denominan:

Prácticas autogestionadas de formación para la gestión colectiva del trabajo (…) con el ánimo de evitar clasificar estas experiencias a partir de nociones predefinidas como autogestión o cooperativas que portan una carga valorativa previa. Lejos de proponer un concepto teórico alternativo, esta categoría descriptiva tiene la intención de señalar el carácter fragmentario, contradictorio, heterogéneo, múltiple y sobre todo en permanente construcción. (p.151)

Tal perspectiva amplía el protagonismo a los estudiantes, el profesor universitario es un mediador que apoya la formación más autogestionada del estudiante.

Núñez, et al. (2017) aportan una interesante perspectiva de autogestión, través de sus experiencias de formación en extensión universitaria una manera de hacer

“que los estudiantes incorporen herramientas para el trabajo en la comunidad y diversas estrategias para la autogestión de sus propios conocimientos a partir de la construcción de un vínculo con los actores sociales con los que trabajan” (p.236).

Riquelme & Pérez (2018) acerca de la importancia de la autogestión consideran su importancia dentro de la educación “como el motor principal en el proceso formativo de todas las personas, en el cual se adquieren aprendizajes que permitirían lograr la inclusión y la participación ciudadana” (p.3).

Cuando se hace un análisis tendencial de la autogestión, se manifiesta que son muchos los significados que encierra el término dado por los escenarios en los que se desarrolla, pero en todos existe una recurrencia, y es la capacidad del ser humano -como ente individual o como parte de un grupo- para ser protagonista, manejar por él mismo la acción o proceso que desarrolle.

La autogestión pretende el empoderamiento de los individuos para que cumplan objetivos por sí mismos incluye varios aspectos de la organización, como la preparación personal para asumir competencias y el liderazgo y los equipos o grupos de trabajo.

La autogestión, según Hernández (2016)

Es un proceso mediante el cual se desarrolla la capacidad individual o de un grupo para identificar los intereses o necesidades básicas que lo son propios y que a través de una organización permita defenderlos expresándolos con efectividad en la práctica cotidiana, basándose en una conducción autónoma y en una coordinación con los intereses y acciones de otros grupos. (p.28)

Este concepto, en criterio de la autora, que lleva implícita la planificación, democracia participativa y desarrollo sustentable.

los retos a los que se enfrenta actualmente la sociedad exige en este caso de la educación superior y de la universidad como institución educativa, la elaboración de estrategias científicas que desde sus tres procesos y sobre todo desde la extensión universitaria tengan un sustento profundo en la autogestión que permita dimensionar los niveles de actuación de la comunidad universitaria, y dinamizar la capacidad de interpretación y transformación de su contexto sociocultural, en una relación de bidireccionalidad.

El vínculo universidad-sociedad, es el resultado de un proceso bidireccional, dinámico y dialéctico de interacción social, en el que la universidad propaga los resultados de la docencia, la investigación como parte de la cultura en sentido general, recibiendo de la sociedad aportes para su incorporación, sistematización científica y retroalimentación de los procesos de docencia e investigación e integrando los tres procesos en uno solo, en una totalidad sistémica y holística, que garantice el cumplimento de la misión social de la universidad, contribuyendo a la solución de problemas y al desarrollo sostenible de su entorno.

Una medida del grado de cumplimiento del encargo social de la universidad se expresa en su vínculo con la sociedad,

"pero no en todo vínculo, sino aquel cuyo fin es la promoción de la cultura; es decir, es aquel en el que se establece la relación, entre la cultura y la elevación del nivel cultural de la sociedad en general a través de la función extensionista” (González & González, 2019, p.13).

Desde estos postulados, hoy se trabaja por darle el lugar que le corresponde a la extensión universitaria, propiciar que se convierta -en teoría y acción- en una función totalizadora, presente en cada uno de los procesos y eslabones estructurales de la proyección social de la universidad, en deber ser de toda la comunidad universitaria, lo que significa reconocer sus contribución al desarrollo profesional, personal, social, físico y de expresión artísticas, así como su imbricación con el resto de los procesos universitarios, que articulados de manera coherente garanticen cumplir el encargo social de las universidades.

Es por ello que se ratifica que los procesos de interacción universidad-sociedad son el centro y la razón de ser de la gestión de la extensión, lo cual presupone el desarrollo de una sinergia permanente con el fin de garantizar la pertinencia de las instituciones de educación superior y su contribución al desarrollo de la sociedad. Ante estas consideraciones es preciso validar el papel de la autogestión como una premisa a considerar en función de una gestión de la extensión universitaria efectiva y eficiente, que permita un mayor protagonismo e implicación de la universidad con su entorno y viceversa, de manera que se logre un verdadero ejercicio de participación en el desarrollo desde todas sus dimensiones.

Las políticas para el ejercicio de la autogestión de la extensión universitaria no pueden ser estáticas y la vinculación de la gestión de las universidades con las necesidades del entorno enriquecen y retroalimentan las acciones extensionistas, siempre que se orienten hacia el logro de un fin común y sean asumidas por toda la comunidad universitaria con el propósito de generar un mayor compromiso e impacto en el entorno comunitario.

Es importante destacar el rol y participación de los futuros egresados en estas actividades de autogestión extensionista y que conciben entre sus finalidades, el estudiante como el principal agente de cambio y por tanto protagonista del proceso extensionista, aspecto significativo para llevar a cabo las acciones. Dichos educandos constituyen los máximos beneficiarios y los que han de tener el lugar cimero en el desarrollo de propuestas de autogestión de la extensión universitaria de tal manera que tribute a su formación integral.

Hernández (2016) asume el proceso de autogestión de la labor extensionista de los estudiantes como:

La acción individual y colectiva de integrar procesos de aprendizajes de los estudiantes con el objetivo de asegurar el tránsito por las diferentes etapas de diagnóstico, planificación, ejecución y control de las formas de organización de la extensión universitaria teniendo como sustento la promoción cultural, que permita el desarrollo de las potencialidades y las capacidades creativas y de autorrealización del estudiante, en cuanto a persona, ciudadano, y futuro profesional, en función del perfil de su profesión y de su formación cultural integral en las dimensiones cognitiva, afectiva, física, ética, estética, tecnológica y política. (p.56)

Desde esta mirada el proceso de autogestión de la labor extensionista constituye una herramienta eficaz que exalta la utilización de los mejores valores del individuo y de los grupos, situándolos en mejor posición para enfrentar y resolver sus problemas comunes.

Rojas (2018) fortalece el enfoque de autogestión a partir de lo que denomina en sus estudios labor extensionista de los estudiantes universitarios

En el contexto cubano, esto significa potenciar la formulación de programas y proyectos que tengan en cuenta condiciones, realidades y necesidades específicas para diagnosticar, planificar y ejecutar acciones de formación, que se dinamicen en el territorio.

Autogestión de la labor extensionista del estudiante y la promoción de la cultura de su profesión

El actual contexto, ha puesto en evidencia la necesidad, una vez más, de la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes universitarios desde todos los espacios y debido a exigencias, marcadas por una crisis de salud global en el que la universidad demanda de sus estudiantes la interacción con el entorno.

El estudiante universitario está llamado desde la autogestión de la labor extensionista, íntimamente ligada a su profesión a realizar una importante contribución a la sociedad en las condiciones actuales.

En Cuba, particularmente en la Universidad de Pinar del Río, un grupo importante de investigadores ha asumido diversas concepciones pedagógicas, que reconocen al estudiante como protagónico de la vida universitaria, promotor de la cultura de su profesión, líder extensionista, formador de otros actores y multiplicador de acciones formativas en diferentes espacios.

Desde este enfoque, se constatan experiencias que vinculan a los estudiantes universitarios con la promoción de lectura, que fortalecen su función social y que en estos momentos cobran una significación especial.

Rojas (2018) concibe la formación del estudiante universitario para la labor extensionista como un proceso formativo fundamentado pedagógicamente, que deviene en un proceso de profesionalización, materializado en las formas organizativas de la extensión y estructurado en etapas, en estrecha relación con la promoción de la cultura de la profesión.

De lo que se trata es de desarrollar la profesionalización a través del proceso que se estudia. Además, que el estudiante esté en capacidad de conocer, controlar y transformar creadoramente su propia persona y su medio, y pueda realizar aprendizajes, a partir del dominio de las habilidades, estrategias y motivaciones.

“El promotor deviene como potencial multiplicador (…) donde se potencia el desarrollo personal-social-profesional en la relación estudiante -estudiante en función de los requerimientos que el contexto social le exige al proceso formativo del futuro profesional” (Rojas, 2018, p.54).

Por lo que se aboga por rescatar el protagonismo del estudiante promotor, en tanto se prepara para transformar el medio donde se desenvuelve de manera integral, donde cuestiones de índole personal, profesional y social coexisten. Todo lo cual permite el estrechamiento de la relación universidad -sociedad, específicamente la responsabilidad social universitaria (Rojas, et al., 2020, p.54).

En necesario que el estudiante como componente esencial del proceso entienda y concientice que sus resultados dependen fundamentalmente de él mismo lo que demanda una mayor autonomía en la efectividad del aprendizaje, mayor independencia y en este sentido su competencia lectora es esencial. (Rovira & López, 2017, p.92)

Para Vento & Ordaz (2019)

la comunidad universitaria actúa como beneficiaria y multiplicadora de todas las acciones que se realicen, involucra a otros trabajadores y estudiantes que se forma y multiplican en estos saberes, de tal manera que cada una de las acciones que se realizan constituyen, de acuerdo con los postulados que se presentan, acciones formativas, desde la dualidad fundamentada como función y proceso que forma parte de uno mayor, que es la extensión universitaria, pero que posee su propia identidad” (p.912).

Tal perspectiva de los autores quedó plenamente argumentada en sus estudios posteriores al expresar que existe una necesidad de “desarrollar en los estudiantes promotores conocimientos, habilidades, actitudes” (Vento & Ordaz, 2020, p.110).

En las carreras de la Universidad de Pinar del Río (UPR) la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes presenta insuficiencias que se manifiestan en escasos conocimientos acerca de su rol, falta de protagonismo en actividades, acciones y tareas, así como escasa sistematicidad en las acciones, lo que limita su contribución al desarrollo sociocultural en la comunidad intra y extrauniversitaria.

El problema científico estuvo dado en: ¿Cómo contribuir a la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes de la UPR?

El objeto de estudio se centra en el proceso de autogestión de la labor extensionista de los estudiantes

Se definió como objetivo general: Diseñar una metodología para la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes de la UPR.

Como situación problémica se manifiesta que los estudiantes de la Universidad de Pinar del Río (UPR) presentan limitaciones en el proceso de autogestión de la labor extensionista, lo que se manifiesta en su rol pasivo y asistematicidad en el desarrollo de acciones extensionistas concebidas desde la cultura de la profesión, así como en el desconocimiento de las herramientas teórico-metodológicas que avalan el proceso extensionista, lo que atenta contra su formación cultural integral y futuro desempeño profesional y social.

Materiales y métodos

La investigación se realizó en la Universidad de Pinar del Río. El método teórico fundamental para la tarea resultó el Histórico-lógico para la determinación de los antecedentes y tendencias del proceso de autogestión de la labor extensionista de los estudiantes universitarios, así como para comprender los nexos e interrelaciones que han existido en todo el proceso.

Para las indagaciones empíricas, se utilizaron los siguientes métodos empíricos:

  • El Análisis documental con el objetivo de analizar los documentos oficiales emitidos por el Ministerio de Educación Superior (MES) sobre el proceso de extensión universitaria y su gestión en las universidades, así como los emitidos a nivel de facultad en la Universidad de Pinar del Río.

  • La Encuesta a profesores y especialistas que posibilitaron la búsqueda de información necesaria acerca de los procesos que se investigaron, así como la parametrización de la variable.

  • La Entrevista aplicada a jefes de departamentos, colectivos de año y profesores principales de año académico asó como a directivos de la UPR para conocer sus criterios

  • La Observación aplicada a las diferentes actividades extensionistas, los elementos característicos de su autogestión, así como la calidad, el grado de aceptación, el empleo de los recursos, la participación, entre otros elementos y su nivel de integración con los proyectos educativos de las brigadas estudiantiles

Los métodos estadísticos fueron utilizados para describir el comportamiento del objeto, tanto en la constatación del problema.

La población estuvo integrada por 1200 estudiantes, por 89 profesores y 10 directivos de 3 carreras (Licenciatura en Gestión Sociocultural para el Desarrollo, Licenciatura en Contabilidad y Finanzas e Ingeniería en Telecomunicaciones y Electrónica) de la UPR. Como parte de las tareas de investigación desarrolladas, se realizó el diagnóstico de la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes de la UPR.

La aplicación de los diferentes métodos de investigación, permitieron obtener una caracterización válida desde el punto de vista científico.

Para el Análisis de documentos se tomaron como principales:

  • Programa Nacional de Extensión Universitaria (MES)

  • Programa de Extensión Universitaria de la UPR

  • Planes de Trabajo, Estrategias extensionistas y de años académicos, Planes metodológicos, proyectos extensionistas, los planes de trabajo, los planes de superación de los departamentos docentes, los planes de resultado de los profesores y jefes de departamentos, los planes de trabajo individuales de los profesores y jefes de departamentos, evaluaciones anuales de los profesores y los proyectos educativos de cada una de las Brigadas estudiantiles.

Principales irregularidades encontradas:

  • No existe una derivación gradual de los objetivos del programa nacional hasta la estrategia extensionista de los años académicos y menos aún en la estrategia educativa de los años académicos.

  • Las acciones extensionistas reflejadas en los documentos (estrategia extensionista de los departamentos, y proyecto educativo, no contemplan acciones encaminadas a promover la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes, se manifiestan desarticuladas, sin coherencia y aisladas, lo que no permite una evaluación coherente del proceso.

  • En los proyectos educativos de las brigadas estudiantiles las acciones de extensión se limitan a la participación en actos, galas, matutinos.

  • En las actas de las reuniones de los departamentos docentes, las orientaciones que van dirigidas a los años académicos en cuanto al seguimiento y evaluación de los proyectos educativos, no a la autogestión de la labor extensionista.

  • En las evaluaciones de los profesores no existen indicadores para evaluar el proceso extensionista, se evalúan acciones extensionistas solamente encaminadas a la participación en actos, juegos, galas.

  • En los proyectos educativos revisados de las brigadas estudiantiles, las acciones extensionistas planificadas se limitan a la participación en actividades político- culturales y escasamente aparecen acciones relacionadas con el tema.

  • No se tienen en cuenta las necesidades, intereses y motivaciones de estudiantes al planificar las actividades en los proyectos educativos o extensionistas que en su generalidad son gestionadas por los PPAA, la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes universitarios todos los estudiantes son casi nula, cuando deben ser los principales protagonistas.

  • En la planeación estratégica de los departamentos docentes al dejar de ser la extensión universitaria un área de resultado clave, las acciones extensionistas se dispersan en varias áreas y evalúan el impacto del Trabajo Socialmente Útil, el trabajo en las residencias estudiantiles, participación en eventos, festivales y resultados de los proyectos extensionistas.

  • En los planes de superación revisados de los departamentos docentes de muestra, solo aparecen acciones de superación para profesores en temas de extensión universitaria en dos, en el resto no se tiene en cuenta y no parecen en los planes de resultados individuales, ni en las evaluaciones de los mismos, su control y seguimiento.

Resultados de las entrevistas aplicadas a Jefes de Departamentos

El 100% de los jefes de departamentos, reconocen la importancia que juega la extensión universitaria como proceso formativo.

El 76% de los jefes de departamentos asocian al proceso extensionista principalmente a las actividades de festivales de artistas aficionados, juegos deportivos, actividades artísticas y extramuros.

El 63% (12) de los encuestados plantean que conocen los mecanismos existentes de gestión de la extensión universitaria implementados por la universidad, aunque manifiestan dificultades en la planificación debido a la diversidad y las orientaciones dispersas que reciben para gestionar el proceso.

De los 19 jefes de departamentos encuestados solo 12 (63 %) manifiestan que no poseen el conocimiento y dominio necesario para gestionar el proceso en el departamento docente, lo mismo ocurre en el año académico.

Un 3% de los encuestados manifiestan que reciben orientaciones para la gestión del proceso de extensión universitaria desde la facultad, el 100% de colectivo de extensión universitaria (donde participa el vicedecano de extensión universitaria), el resto de las áreas solo reciben orientación sobre el proceso cuando se evalúan los objetivos y para acreditación de otros procesos de la universidad.

El 100% de los jefes de departamentos plantean que no definen indicadores para evaluar la clase, como el espacio fundamental para promover cultura.

El 100% de los encuestados refieren que, las orientaciones van a dirigidas a fortalecer el proceso formativo didácticamente, en ocasiones al proceso investigativo y nunca al proceso extensionista.

El 81 % de los encuestados reconocen la importancia de implementar la gestión del proceso en el departamento docente a través de los mecanismos creados por el MES y la universidad, solo el 21% lo planifica y reconocen la falta de control y seguimiento a la actividad, a su juicio, por no ser prioridad evaluada a nivel de universidad.

Se constató que la inestabilidad de los cuadros en este nivel ha afectado la gestión del proceso extensionista y su proyección.

El 93% refiere que en el plan de capacitación de los cuadros las acciones encaminadas a la gestión del proceso extensionista son insuficientes.

En los temas de tratados en los consejos de dirección a nivel de facultad, referidos a la evaluación del proceso extensionista, se realiza en los periodos de los festivales de artistas aficionados, en los juegos deportivos y con lo referente a la residencia estudiantil.

En el cuestionario aplicado a los vicedecanos, no existe consenso respecto a cómo gestionan el proceso, destacándose un 23,1% que lo gestiona según el programa de extensión de su facultad, el resto lo realiza a través de los objetivos propuestos para el año, demostrándose que no hay uniformidad en la gestión.

Dos vicerrectores plantean que no se le da la misma prioridad en la gestión de la extensión como proceso sustantivo, con respecto al de docencia e investigación.

El 100% de los encuestados plantean que sólo se tienen en cuenta y se trata temas extensionistas en sus facultades en relación con los festivales de artistas aficionados y el deporte. Estos resultados muestran que existe un grupo de actividades y procesos de extensión sin gestionar o sin declarar que se gestionan, así como actividades que no son reconocidas que forman parte del proceso.

El 80% manifiesta que no se encuentran capacitados para gestionar el proceso de extensión universitaria, debido a que desconocen los referentes teóricos metodológicos que lo sustenta.

Entrevistas realizadas a profesores de los departamentos docentes:

Referido a su nivel de preparación para promover la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes universitarios, el 80 % la califican de mala. El 100% apuntan al proyecto educativo como la herramienta por excelencia para el desarrollo de acciones sobre el tema.

El 80% refieren la necesidad de potenciar el desarrollo de la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes universitarios con respecto a los restantes procesos universitarios; se precisa la necesidad de particularizar en el papel de los profesores principales de año académico.

El 80% expresan papel de la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes universitarios para potenciar la gestión de la extensión en, mientras que el restante 20% lo califican de innecesario.

El 90% de los profesores plantean que no han recibido preparación en temas de relacionados con la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes universitarios.

El 20% que los profesores refieren desconocimiento acerca de cuáles son sus tareas para el desarrollo de la labor extensionista de los estudiantes universitarios, aunque el 100 % reconoce su importancia.

El 80% de los encuestados reconocen la importancia de la labor extensionista de los estudiantes universitarios y su autogestión sin embargo su participación mayormente está dada en destacan asistir a actividades convocadas por otros, como las cátedras honoríficas, en los juegos universitarios, actos políticos y en los festivales de artistas aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

La Observación (a 15 actividades de extensión efectuadas en las facultades) permitió constatar entre los principales elementos los siguientes:

Insuficiente planificación de iniciativas de autogestión de la labor extensionista de los estudiantes universitarios que respondan a las diferentes formas organizativas propias, dígase programas, proyectos, actividades, acciones y tareas. Las actividades observadas siguen respondiendo a la cultura artística literaria, así como a la prevención social, desarrolladas como orientación del proyecto educativo.

Las actividades son programadas y organizadas, en su mayoría, por las facultades, o por la Vicerrectoría de Extensión universitaria y los estudiantes y profesores son mayoritariamente espectadores pasivos de las mismas.

Las actividades que se programan desde la autogestión estudiantil responden a cierto formalismo, en ocasiones su brevedad y poca calidad, resultan desmotivantes.

Poca participación de los profesores en las iniciativas de gestión de la extensión del departamento, así como falta de orientación y preparación de los profesores para el desarrollo del proceso de gestión de la extensión en ese nivel.

Conclusiones

La autogestión para la labor extensionista del estudiante se ha desarrollado, en el contexto internacional, a la par de la evolución histórica de la extensión universitaria que evidencia vacíos teóricos que no permiten dar respuesta a situaciones vinculadas con la enseñanza universitaria.

El estado inicial de la autogestión para la labor extensionista del estudiante en la UPR, sede “Hermanos Saiz Montes de Oca”, se reduce a la ejecución de acciones espontáneas, asistemáticas y con escasa preparación por parte de estudiantes, profesores y directivos; desconocimiento científico del tema; limitada planificación e insuficiente abordaje de temas estrechamente relacionados con la cultura de la profesión, aunque se constata una elevada motivación por su formación en este ámbito.

De manera general se evidencian insuficiencias de un proceso de autogestión direccionado a diagnosticar, planificar, ejecutar y controlar las diferentes formas organizativas de la extensión universitaria (proyectos, actividades, acciones, tareas) en la brigada estudiantil.

Las relaciones entre facultad, departamento, año académico y brigada estudiantil presentan cierto grado de desarticulación, falta de preparación de los cuadros y profesores respecto al tema, así como desarticulación de medios y formas de gestión para la labor extensionista, no así para promover la autogestión.

Se constata una inadecuada aplicación y compresión Programa Nacional de Extensión Universitaria y del Modelo de gestión de la extensión universitaria, así como de una concepción sistémica como proceso universitario y deficiente vinculación con los procesos de formación e investigación.

Insuficiente reconocimiento de las potencialidades del proceso de autogestión de la labor extensionista de los estudiantes universitarios para contribuir a la formación cultural integral.

La caracterización de la autogestión de la labor extensionista de los estudiantes universitarios de la UPR permitió determinar que este proceso se desarrolla de manera fragmentada, asistémica, y desarticulada.

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Recibido: 12 de Septiembre de 2022; Aprobado: 23 de Octubre de 2022

*Autor para correspondencia. E-mail: judy@upr.edu.cu

Los autores declaran no tener conflictos de intereses.

Los autores participaron en el diseño y redacción del trabajo, y análisis de los documentos.

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