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Conrado

Print version ISSN 2519-7320On-line version ISSN 1990-8644

Conrado vol.19 no.94 Cienfuegos Sept.-Oct. 2023  Epub Oct 10, 2023

 

Artículo Original

Convergencia y divergencia entre inteligencia emocional y rendimiento académico en el contexto universitario

Convergence and divergence between emotional intelligence and academic performance in the university context

Raquel Yovana Tello Flores1  * 
http://orcid.org/0000-0001-8060-2017

Lindon Vela Meléndez1 
http://orcid.org/0000-0002-9644-7151

Mario Víctor Sabogal Aquino1 

María del Pilar Fernández Celis1 
http://orcid.org/0000-0002-0248-5852

Alex Teófilo Grajeda Montalvo2 
http://orcid.org/0000-0001-5972-2639

1Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Lambayeque, Perú

2Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú

RESUMEN

El estudio tiene como objetivo analizar convergencia y divergencia entre inteligencia emocional y rendimiento académico en el contexto universitario, considerando que se trata de dos categorías símiles, pero con singulares características. Se ha empleado el método prisma en base a la data de documentos científicos, fue elaborada en base a datos recopilados de Scopus, PubMed y Web of Science, considerando fundamentalmente artículos originales y revisiones de literatura; para el acceso a los documentos relevantes se elaboraron protocolos avanzados de búsqueda de acuerdo a las características de cada base de datos usando álgebra booleana y otros argumentos. El análisis de 1011 artículos científicos, los mismos que luego de aplicar criterios de inclusión y exclusión fueron cribados y considerados para la lectura analítica 78 documentos. Se concluye que la relación entre las categorías es convergente y divergente considerando la autonomía de cada una. La inteligencia emocional, en su relación con el rendimiento académico, es observada no solo como categoría mayor, sino que están vinculadas a: auto realización, autoconcepto, adaptabilidad, autogestión, motivación, autoestima, gestión de emociones, ansiedad y depresión, resiliencia. El hallazgo significativo se sustenta en la propuesta del concepto del rendimiento académico, el mismo que conduce al desarrollo espiritual y cognitivo del individuo.

Palabras clave: Inteligencia emocional; Rendimiento académico; Convergencia y divergencia

ABSTRACT

The study aims to analyze convergence and divergence between emotional intelligence and academic performance in the university context, considering that they are two similar categories, but each one with unique characteristics. The prism method has been used, based on the data of scientific documents. It was elaborated based on data collected from Scopus, PubMed and Web of Science, fundamentally considering original articles and literature reviews; for access to relevant documents, advanced search protocols were developed according to the characteristics of each database using Boolean algebra and other arguments. The analysis of 1011 scientific articles, the same ones that after applying inclusion and exclusion criteria were screened and considered for analytical reading of 78 documents. It is concluded that the relationship between the categories is convergent and divergent considering the autonomy of each one. Emotional intelligence, in its relationship with academic performance, is observed not only as a major category, but is also linked to: self-realization, self-concept, adaptability, self-management, motivation, self-esteem, emotion management, anxiety, depression, and resilience. The significant finding is based on the proposal of the concept of academic performance, which leads to the spiritual and cognitive development of the individual.

Keywords: Emotional intelligence; Academic performance; Convergence and divergence

Introducción

El desarrollo humano, desde el espacio que brinda la universidad, es muy interesante sobre todo porque el proceso de aprendizaje conduce a valorar retos mayores y de mucha trascendencia en la vida del ser humano. Por ello, resulta imperativo plantear la discriminación conceptual y operacional que existe entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico, toda vez que son categorías que, dado un momento, pueden converger o divergir al mismo tiempo, solo con el propósito de caracterizar el rol del individuo y sus propias capacidades dentro de la caracterización del desarrollo académico.

Hoy en día existe consenso en reconocer a la educación como un elemento clave para seguir la senda del desarrollo humano, pero los países tienen diferentes niveles de esfuerzo y efectividad para promoverla en una dimensión acorde a su importancia declarada. Esta situación disímil, en su impulso, se refleja en los resultados de las mediciones que se realizan con este objetivo, se considera de importancia el desarrollo científico relacionado con la inteligencia emocional (IE) y sus aportes en el nivel básico y aplicado que se reflejen en la mejora de los logros académicos de los alumnos en los diferentes niveles y modalidades.

El estudio de carácter cualitativo con predominio del razonamiento deductivo focaliza cuatro ideas centrales: la existencia de elementos en torno al rendimiento académico y su naturaleza dentro del individuo, al mismo tiempo se valora la investigación cuantitativa y cualitativa de ambas categorías mediante el método prisma. También se manifiesta una aproximación al rendimiento académico como objeto de estudio convergente y divergente a inteligencia emocional, del mismo modo se plantea el concepto de rendimiento académico en función del uso categorial muy símil al de inteligencia emocional sin retirar razonablemente la concomitancia entre ellas.

El estudio, a partir de la valoración de la literatura existe, considera que ambas categorías son sustanciales que permiten describir el desarrollo humano desde dos categorías que no se contraponen pero que al mismo tiempo la interdependencia tiene énfasis en el desarrollo espiritual sin desmedro de lo cognitivo. Ambas categorías caracterizan al ser humano dentro de sus potenciales útiles para una circunstancia o para la toma de decisiones, al mismo tiempo que la inteligencia emocional puede verse como una herramienta o conjunto de habilidades, el rendimiento académico es la consecuencia de ello. La inteligencia emocional no soslaya la condición humana, dado que es una categoría común al individuo, mientras que el rendimiento académico caracteriza el desempeño a nivel de logro de competencias en cualquier ámbito. Finalmente, la inteligencia emocional está vinculada al ejercicio de la racionalidad humana como categoría inherente, tanto como el rendimiento académico desde la perspectiva como resultado de otro proceso.

Materiales y métodos

El estudio de muchas categorías relacionadas con el proceso de aprendizaje y de cierto modo con el rendimiento académico pasa por comprender que las ciencias, en torno a las prácticas educativas, convergen y divergen significativamente aportando o negando el rol del docente y de los estudiantes universitarios. De modo general y dentro de los sistemas educativos existen muchas perspectivas que orientan el desempeño docente, en este contexto, la visión tradicional de la escuela valoraba a las personas inteligentes, esta visión ha ido perdiendo fuerza en el siglo XXI, ya otros factores han entrado en escena, entre ellos la inteligencia emocional.

Tradicionalmente, el rendimiento académico estaba asociado a la capacidad intelectual que permitía logros académicos. Desde que tendencia de la formación por competencias con el Proyecto Alfa Tuning América Latina, se considera deseable que los perfiles de los profesionales universitarios se definan a través de competencias, para satisfacer los requerimientos de la sociedad y el mercado. Ambas categorías se han desarrollado de acuerdo al interés de los investigadores y las tendencias que una genera sobre la otra, por ejemplo, pensar que una persona ha desarrollado suficientemente su inteligencia emocional puede demostrar que su rendimiento académico es óptimo, aunque no necesariamente lo sea, mientras que un estudiante universitario con buen rendimiento académico genere un estado emocional satisfactorio, por ello es que el estudio define el sentido de la convergencia y divergencia tanto como una antítesis o una relación utópica que permite caracterizar a cada una como una categoría asociada y al mismo tiempo interdependiente. Ver en Tabla 1.

Tabla 1 - Relaciones convergentes y divergentes entre inteligencia emocional y rendimiento académico 

Inteligencia emocional Rendimiento académico
Sujeto: docente-alumno Caracteriza Caracteriza
Objetivo Denota habilidad para manejar situaciones con éxito. Denota el resultado que no necesariamente ha de ser consecuencia del desarrollo de la inteligentemente emocional.
Objeto Categoría común al desarrollo humano. Categoría asociada al tipo de estudio o desarrollo de capacidades.
Marco conceptual Definida como capacidad dentro de la racionalidad humana. Definido como resultado de un proceso en el cual convergen otras categorías.

Es evidente que ambas categorías, dentro de su interdependencia, convergen y divergen significativamente porque se trata de una manifestación humana dentro de un contexto como la universidad y sus propias características. Por otro lado, la convergencia de conceptos es absoluta y relativa al mismo tiempo por lo mismo que depende de cómo produce y se entiende el desarrollo de capacidades previas al rendimiento académico. En esta misma vertiente, por ejemplo, el concepto sobre IE, se deriva de un constructo compuesto que a su vez se deriva de dos términos (del latín, intellegentĭa) relacionado con la capacidad de las personas para pensar, entender, razonar, asimilar, elaborar y emplear la lógica y emociones, del latín emotĭo, que significa 'movimiento o impulso', 'aquello que te mueve hacia'. Aparentemente, existiría una especie de contradicción en la naturaleza de ambos conceptos, el uno desde la racionalidad y el otro desde la visceralidad, pero la fusión impulsa una fuerza que influye, desequilibrando de manera positiva las relaciones, un estado personal e interpersonal.

El sentido concomitante entre las categorías siempre ha sido una constante con el pasar del tiempo, puesto que el aprendizaje y sus interpretaciones al respecto se ha asociado a la cognición; sin embargo, los aportes para comprender el proceso de aprendizaje es necesario describir otros aportes, en este caso, hacia 1990, Peter Salovey y John Mayer acuñaron el término de “inteligencia emocional” (IE) precisando su uso como Inteligencia Interpersonal e Intrapersonal (Mera, 2017, p. 9). Por aquel entonces fue revolucionario comprender alguna otra forma de inteligencia que se asocie al desarrollo humano, pero al asociarlo al rendimiento académico surgen dicotomías categoriales que merecen la discusión, porque el rendimiento académico (RA) es un “constructo susceptible de adoptar valores cuantitativos y cualitativos, a través de los cuales existe una aproximación a la evidencia y dimensión del perfil de habilidades, conocimientos, actitudes y valores desarrollados por el alumno en el proceso de enseñanza aprendizaje” (Edel Navarro, 2003, pp. 13-14), algo que no es disímil de cualquier razonamiento; es decir, los elementos categoriales de Edel bien son propios de cualquier actividad cognitiva y por ende la implicancia de lo “académico”. Ante ello es pertinente cuestionarse si la inteligencia emocional precede al rendimiento académico o debe dejarse evidencia que el rendimiento académico, como producto exitoso, genera o permite el cultivo de la inteligencia emocional.

Existen varias investigaciones relacionadas con el estado del arte del fenómeno donde se observa la relevancia de la IE como recurso personal relacionado con los resultados de salud (Martins et al., 2010), al bienestar (Sánchez-Álvarez et al., 2016) e incluso al desempeño de actividades (Miao et al., 2017). Por otro lado, se han identificado estudios de revisión enfocadas en el análisis del rol de la IE en el RA (Perera & DiGiacomo, 2013).

Las investigaciones planteadas por (Del Rosal et al., 2018) permitieron demostrar la existencia de diferencias estadísticamente significativas en las variables/categorías nivel de claridad y reparación emocional según género y nivel de inteligencia emocional y grado de estudios en el que se encuentran matriculados los estudiantes de pedagogía. También encontraron una relación positiva con significancia estadística entre las variables inteligencia emocional de los maestros en formación inicial y el rendimiento académico universitario. Es evidente que ambos constructos se han desarrollado notoriamente mediante una simbiosis muy propia, opuesto que, el análisis de ambas categorías es, en realidad, el estudio del comportamiento humano y sus propios procesos. Por otro lado, se considera que la inteligencia emocional ejer e influencia en el rendimiento académico y; por tanto, existe una relación dialéctica porque supone que el individuo debería privilegiarse de las condiciones emocionales, ahí surgen cuestionamientos que abren debates, por ejemplo, ¿puede establecerse alguna relación cuando el individuo no ha desarrollado la inteligencia emocional? Como antecedente para el rendimiento académico es ideal; sin embargo, esta generalización no necesariamente es absoluta. El establecimiento de las relaciones categoriales reviste mucha importancia porque se puede juzgar que el rendimiento académico necesita, obligatoriamente, de la inteligencia emocional; por lo tanto, es evidente que las condiciones para el “buen rendimiento” serían una enorme desventaja para el docente, puesto que no sabría, realmente, sobre si todos los estudiantes ofrecen las mismas condiciones emocionales.

En torno al concepto de rendimiento académico

La relación explícita entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico como aporte a la tarea educativa. El abordaje de la relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico y el predominio de los diseños metodológicos responden, definitivamente al aporte del enfoque cuantitativo; sin embargo, es necesario comprender el aporte de las ciencias y su arraigo en lo científico. Todos los artículos científicos y sus coincidencias se definen por el rigor del método que permite explicar las relaciones entre dos variables clásicas, que hasta el momento no resuelven el problema del aprendizaje, pero al mismo tiempo se puede hablar del rendimiento académico de los estudiantes cuando “Hume (citado por Packer) abogó por una investigación experimental de los pensamientos, los sentimientos y el comportamiento humano más que por una teoría de sofá” (Packer, 2013, p. 202). Habría que recordar que Hume fue influenciado por Descartes, (2004) con el reconocimiento de la razón desde el “pienso, luego existo”. La existencia humana no necesariamente es la manifestación del rendimiento académico como la caracterización del comportamiento cognitivo, se trata de existir con todo lo que Hume plantea, no obstante, (Locke, 2020) sus propias convicciones afirma que “existe una relación entre la cuestión epistemológica de cómo es posible el conocimiento y la pregunta ética de cómo debemos actuar e intentar vivir” (Packer, 2013, p. 202). Desde las implicancias de la epistemología es posible cuestionarse: ¿en qué medida la inteligencia emocional responde a la epistemología para relacionarse con rendimiento académico? Cuando Descartes, (2004) existe como fuerte influencia, había dejado el legado de la hegemonía del pensamiento sobre la existencia. A todo esto, cuando se habla del rendimiento académico es explícito en la existencia de individuos que transitan con sus ideales y que por ello se los juzgue con otra variable para sostener que la inteligencia emocional influye en el rendimiento académico. “Kant no publicó durante 11 años para después dar a conocer 800 páginas de su Crítica a la razón pura (1781)” [El análisis histórico y vigente define que la ausencia de Kant caracteriza] “las creencias en el poder del razonamiento valiente…”(Packer, 2013, pp. 205-206). Fue definitivo para el mundo, porque se trataba de exponer las ideas constreñidas en el silencio kantiano. Acorde a lo sentenciado indistintamente se debe considerar que el rendimiento académico es una categoría muy amplia para situarla como la manifestación humana que representa la narrativa y desmedro humano cuando se intenta relacionarla con la inteligencia emocional como producto antes que la manifestación de lo razonable. A todo esto, ¿cómo se debería entender el rendimiento académico si los sistemas educativos no son consistentes?

El predominio del enfoque cuantitativo y su arraigo kantiano representa una visión absoluta del conocimiento sobre el objeto de estudio que no necesariamente tiene el mismo comportamiento como lo es el objeto de estudios de la física. Por medio de una analogía puede ser funcional explicar la relación entre inteligencia emocional y rendimiento académico, asumiendo que el rendimiento académico es un producto homogéneo cuyo origen es exactamente heterogéneo debido que se trata de individuos de quienes no se puede conocer todo.

La relación entre la inteligencia emocional y rendimiento académico tiene elementos exante y expost que permiten juzgar el rol de la epistemología para considerar que los estudios cuantitativos son absolutos cuando el problema no está resuelto, quiere decir, que la relación entre ambas categorías no es absoluta; sin embargo, el “pensar y luego existir” de Descartes es contundente porque el pensamiento es una categoría disímil a inteligencia emocional, pese a que, otras categorías están muy asociadas a ello.

La preeminencia del positivismo se manifiesta en lo siguiente: 39 estudios cuantitativos transversales, ocho longitudinales, cinco de revisión documental, cuatro estudios correlacionales, tres de regresión múltiple, dos de efectos aleatorios, tres de regresión lineal, dos estudios mixtos, un cuantitativo, uno cuasiexperimental, uno de clases latentes, uno experimental o uno de metaanálisis.

Resulta más que evidente el sentido de la convergencia y la divergencia entre ambas categorías porque se privilegian de la autonomía cuando no se explica que el rendimiento académico poco o nada se relaciona con la inteligencia emocional, porque ambas generan sinergias potenciales para caracterizar el comportamiento humano, de ahí que la antítesis de esta última y cómo es que desde lo práctico que puede ser el desarrollo humano el rendimiento académico trasciende positivamente, aunque el individuo no haya desarrollado la inteligencia emocional.

La investigación, una cuestión de análisis categorial

Como se puede observar en los resultados de la revisión, el diseño de investigación predominantes es el corte trasversal o transeccional, propio de los estudios no experimentales. Este tipo de investigaciones necesitan de la identificación de las unidades de análisis accesibles a la aplicación de instrumentos como encuestas o escalas de percepciones que luego son categorizadas como datos ordinales o nominales para su tratamiento estadístico, autores como (Antonio-Agirre et al., 2019; Estrada et al., 2021; Goh & Kim, 2021; Jan & Anwar, 2019; MaMartínez-Martínez et al., 2020; Rodríguez, 2020; Tariq et al., 2020; Toscano-Hermoso et al., 2020) han determinado el comportamiento de las investigaciones con tendencia cuantitativa con el fin de demostrar las relaciones entre las variables. Otro de los diseños utilizados son los estudios longitudinales, incorporando así la dinámica del tiempo en este análisis aun cuando es un diseño que tiene menor presencia es destacable, ya que aporta nuevas formas de explorar el fenómeno, es el caso de (Lessard & Juvonen, 2019; Maccann et al., 2020; Singh et al., 2020; Tam et al., 2021; Ursache et al., 2020). Con menos participación se encuentran otros diseños cuantitativos tales como regresiones simples, regresiones múltiples, correlacionales, análisis de clases latentes y metaanálisis. No obstante, y en menos producción es importante destacar algunos estudios cualitativos, básicamente revisiones sistemáticas de literatura tales como los de (Lessard & Juvonen, 2019; Singh et al., 2020; Ursache et al., 2020). La tendencia de los estudios cuantitativos posee marcado ejercicio experimental para demostrar las relaciones entre las variables; sin embargo, los procesos de aprendizaje proveen controversiales resultados, porque mientras más se profundiza la experimentación menos se puede discutir la naturaleza del rendimiento académico. El análisis, por juntura, de ambas variables/categorías, sin embargo, responden, mayoritariamente, a experiencias europeas, con lo cual se puede atisbar que el contexto puede acentuar las diferencias, aun cuando no se pueda definir, tangencialmente, el rendimiento académico como variable dependiente cuando se valora las excepciones.

El rendimiento académico como objeto de estudio

La naturaleza del objeto de estudio para el positivismo y desde las condiciones creadas por Kant es compleja en tanto que las características no son iguales entre cada individuo. La perspectiva del rendimiento académico es solo un mecanismo para describir a las personas en su afán de sobresalir entre la multitud o millones de estudiantes universitarios a quienes se los puede identificar como personas con rendimiento académico: alto, medio, bajo, muy alto, muy bajo, regular, suficiente, deficiente, excelente, etc. y todos los atributos cuantitativos que sirvieron para ello; sin embargo, cada individuo es muy distinto en su condición humana y se corresponde solo con el medio en el cual se ha desarrollado. Existen muchos argumentos que pueden negar cualquier calificativo por cuanto cada estudiante es “individualidad” que le corresponde exclusivamente ciertos atributos con los cuales se describe su rendimiento académico, aunque no del todo lo fuera. En la relación de las variables de inteligencia emocional y el rendimiento académico los investigadores incorporan, de manera específica, diversas dimensiones de la inteligencia emocional en la búsqueda de una explicación más precisa de la relación, por ello que en la revisión realizada en el presente estudio se observa una variedad de categorías que subyacen de la inteligencia emocional. Las categorías más destacadas que han emergido en la revisión son las siguientes: autorrealización, autoconcepto, adaptabilidad, autogestión, motivación, autoestima, emocionalidad, gestión de emociones, ansiedad y depresión, resiliencia, liderazgo, inteligencia emocional percibida entre otros. Véase la Figura 1.

Fig. 1 - Categorías de la inteligencia emocional asociadas al rendimiento académico 

Hacia el concepto de rendimiento académico

Las categorías del lado derecho: autoconcepto, adaptabilidad, inteligencia emocional percibida, autogestión, sociabilidad, manejo del estrés, crecimiento espiritual, ansiedad y depresión, gestión de emociones es el resultado nominal que registra la relación. Algunas deducciones, a priori, pueden generar múltiples perspectivas e interpretaciones a los hallazgos con el fin de caracterizar el rendimiento académico asumiendo otra perspectiva, aunque por analogía, la psicología tiene fuerte incidencia en la percepción. De este modo, puede plantearse una secuencia categorial que ayude a plantear el concepto de rendimiento académico sin desmedro de las condiciones en las que se ha creado y analizado por mucho tiempo. Desde el razonamiento deductivo se puede considerar que rendimiento académico es la autopredisposición que permite la gestión de emociones en torno a la adaptabilidad, sociabilidad, manejo de conductas, con el fin de alcanzar el crecimiento espiritual y desarrollo cognitivo.

El análisis de la literatura es importante en la medida que las variables se cohesionan suficientemente para generar conceptos, considerando que un concepto no es, exactamente, la libertad del creador que represente solo condiciones arbitrarias; es todo un ejercicio que no admite categorías implícitas o ideas subyacentes, puesto que se trata del objeto de estudio.

Importantes estudios dan cuenta de que el compromiso emocional de los estudiantes se constituye en un importante predictor del rendimiento académico (Estrada et al., 2021; Martínez-Martínez et al., 2020; Perera & DiGiacomo, 2013). En la misma línea de análisis existen aportes sobre la relación directa y positiva de la gestión de las emociones y la emocionalidad con el rendimiento académico, tales como los estudios de (Goh & Kim, 2021; Maccann et al., 2020; Ursache et al., 2020). Estas ideas que asocian ambas variables corroboran que el rendimiento académico es el producto y una constante que se define desde la gestión de las emociones, con el fin de caracterizar el crecimiento espiritual de los estudiantes.

Dentro de estas relaciones, existen categorías como la autorregulación, el autocontrol y la autogestión son buenos predictores del rendimiento académico, por ejemplo, el autocontrol predice el rendimiento académico en todos los niveles de la enseñanza (Goh & Kim, 2021; La; Moghadari-Koosha et al., 2020). Uno de los primeros hallazgos es que el rendimiento académico, además de ser la predisposición es la caracterización de un conjunto de habilidades orientadas a la evolución de la espiritualidad antes que el dominio del conocimiento mismo porque la autorregulación, el autocontrol y la autogestión define, en sí misma, la autonomía humana para la toma de decisiones frente a su aprendizaje.

Otra categoría que identifican en la relación positiva con el rendimiento académico es la inteligencia emocional percibida. “El apoyo que el alumnado percibe tener de su familia y docentes tiene un efecto directo y relevante sobre el logro académico en la Educación Secundaria” (Antonio-Agirre et al., 2019) y en la misma línea también se encuentran resultados como la inteligencia emocional percibida como mediadoras en las mejoras del rendimiento académico (Serrano & Andreu, 2016).

Cuando se juzga el rol del estudiante siempre se focaliza en los resultados después de un largo proceso que, muchas veces, es arbitrario porque el aprendizaje está centrado en el poder del docente o en el sentido arbitrario del método y el conocimiento antes que la espiritualidad, por ello es que categorías como el crecimiento espiritual, el estilo de vida, la amistad entre alumnos y el liderazgo y el rendimiento académico en diferentes niveles educativos y contextos geográficos [es recurrente e insoslayable] (Lessard & Juvonen, 2019).

Todos los análisis realizados confirman la relación que existe entre la inteligencia emocional a través de diversas categorías asociadas al rendimiento académico en diferentes niveles educativos; sin embargo, es necesario que de manera categórica se evidencie esta relación como parte del análisis de esta masa crítica de estudio

Conclusiones

El aporte de la literatura aborda la relación entre las categorías desde el paradigma positivista con metodologías fundamentalmente en el marco del enfoque cuantitativo transversal, lo que permite plantear que son categorías disímiles pero al mismo tiempo complementarias porque, dependiendo del contexto del estudiante, el rendimiento académico converge hacia la inteligencia emocional; es decir, el rendimiento académico como consecuencia; sin embargo, puede ser divergente cuando se valora la independencia del individuo al desarrollar sus propias capacidades.

Existen constructos de una amplia gama conceptual que permite sostener la convergencia y divergencia entre las categorías, porque existen estructuras conceptuales comunes como autorrealización, autoconcepto, adaptabilidad, autogestión, motivación, autoestima, gestión de emociones, ansiedad y depresión, resiliencia; es decir, la plusvalía de cada constructo contribuye que ambas sean convergentes entre sí y divergentes a la vez.

El análisis de ambas categorías, desde la revisión de la literatura, determina la relación categorial; sin embargo, la concomitancia es crucial para que se pueda discernir que el rendimiento académico tenga las condiciones suficientes para ser conceptuada operacionalmente con el fin de profundizar los estudios.

Asumiendo que tanto la convergencia y divergencia categorial el rendimiento académico no es solo la demostración del cuánto se sabe, sino que será el arraigo de la auto predisposición que tenga el individuo le permitirá desarrollar otros mecanismos como saber adaptarse, saber socializar y manejar sus propias emociones discriminando la tipología.

El rendimiento académico conduce necesariamente el desarrollo espiritual humano y al mismo tiempo se trata del desarrollo cognitivo como respuesta y contexto al desarrollo humano cuando se alcanza significativa trayectoria desde los estudios universitarios.

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Recibido: 02 de Abril de 2023; Aprobado: 07 de Junio de 2023

*Autor para correspondencia E-mail: rtellof@unprg.edu.pe

Los autores declaran no tener conflictos de intereses.

Los autores participaron en el diseño y redacción del trabajo, y análisis de los documentos.

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