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Varona. Revista Científico Metodológica

On-line version ISSN 1992-8238

Varona  no.67 La Habana July.-Dec. 2018

 

En Casa

En torno a las potencialidades instructivas y educativas de la obra escrita de José Martí. Dos ejemplos ilustrativos de su aprovechamiento

Around the instructive and educational potential of the written work of José Martí. Two illustrative examples of its use

Dr. C. Edmundo de Jesús de la Torre Blanco1 

1 Centro de Estudios Educacionales Varona, Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, La Habana, Cuba, e-mail: edmundojtb@ucpejv.edu.cu

RESUMEN

El carácter multifacético y la diversidad temática de la obra martiana y las potencialidades instructivas y educativas que esta contiene, condicionan la necesidad y posibilidad de su utilización en el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje de las diferentes disciplinas y asignaturas. Evidenciar, mediante ejemplos ilustrativos, el aprovechamiento de esas potencialidades en función de la formación martiana de las nuevas generaciones es el propósito esencial del presente trabajo, asociado al proyecto de investigación institucional que dirige el autor.

Palabras-clave: formación martiana; potencialidades; potencialidades instructivas y educativas; lo cognitivo y lo afectivo

ABSTRACT

The multifaceted character and the thematic diversity of the Martian work and the instructive and educational potentialities that it contains, condition the need and possibility of its use in the development of the teaching-learning process of the different disciplines and subjects. Evidencing, by means of illustrative examples, the use of these potentialities in function of the Martian formation of the new generations, is the essential purpose of this work, associated with the institutional research project directed by the author.

Key words: martian formation; potentialities; instructive and educative potentialities; the cognitive and the affective

INTRODUCCIÓN

El legado contenido en la multifacética obra de José Martí constituye, por su universalidad y trascendencia, uno de los fundamentos y componentes esenciales de la ideología de la Revolución Cubana, que es marxista-leninista, martiana y fidelista.

De ese legado, sustentado en una cultura sólida, vasta y abarcadora, es expresión la diversidad temática de su obra escrita, que la hace prácticamente inagotable por los múltiples asuntos que trata, por el uso de diferentes géneros literarios y periodísticos y por los conocimientos que aporta sobre diferentes campos del saber humano, tratados con maestría y extraordinario encanto.

El carácter multifacético y la diversidad temática de la obra martiana condicionan la necesidad y posibilidad de su estudio desde diferentes aristas por investigadores y especialistas de diferentes ciencias, así como la posibilidad de su utilización como referente necesario y útil en investigaciones referidas a distintos temas. Pero se condicionan, igualmente, por las potencialidades instructivas y educativas que posee, la necesidad y posibilidad de su utilización en el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje de las disciplinas y asignaturas que se imparten en las instituciones educativas cubanas.

Sin embargo, en las escuelas y universidades no siempre se aprovechan suficientemente esas potencialidades en función de la formación martiana de las nuevas generaciones, la que supone lograr, a partir de su estudio y conocimiento, no solo la identificación con el pensamiento y la acción de nuestro Héroe Nacional, sino la asunción consciente de su legado como fundamento de actitudes, valores, cualidades y modos de actuación.

Evidenciar, mediante el tratamiento de dos de sus textos, las posibilidades que brinda la obra martiana para ejercer influencia educativa y, en consecuencia, contribuir eficazmente, sobre la base de la unidad de la instrucción y la educación, a la formación integral del ser humano, es el propósito esencial del presente trabajo. Se trata de un resultado del proyecto “La obra de José Martí y la formación del profesional de la educación en la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona”, que dirige el autor desde octubre de 2015.

DESARROLLO

El trabajo con la obra de Martí es una exigencia didáctica, en tanto se trata de una fuente del conocimiento cuya utilización es indispensable en la enseñanza-aprendizaje, no solo de las disciplinas y asignaturas de perfil humanístico como Historia, Español-Literatura y otras, sino de todas las disciplinas y asignaturas que se cursan en el Sistema Nacional de Educación. De ahí que ese trabajo deba ser, además, tendencia metodológica, en tanto se conciba como una permanente línea de acción que contribuya a elevar la calidad y la eficiencia del proceso de enseñanza-aprendizaje, sobre la base de la demostración y el aprovechamiento de las potencialidades instructivas y educativas de textos del Maestro.

Buenavilla Recio definió potencialidades como “[…] aquellas capacidades inmanentes a la naturaleza del fenómeno que generan o constituyen fuentes en disposición de tributar al campo teórico, práctico o metodológico […]” capacidades que por ser “[…] portadoras de valores cognitivos y educativos, éticos y estéticos; tienen posibilidad de ejercer influencia educativa en los demás […]” (Buenavilla Recio, 2002: 1).

Teniendo en cuenta la idea anterior se definen potencialidades instructivas y educativas de la obra de Martí, como los valores cognitivos y educativos, éticos y estéticos que como expresión de su profunda esencia humanista, caracterizan la multifacética obra del Apóstol y condicionan, desde su trascendencia, la influencia educativa del valioso legado contenido en ella y, en consecuencia, su contribución a la formación integral del ser humano sobre la base de la unidad de la instrucción y la educación.

El criterio, no pocas veces asociado a insuficiencias en la plataforma cultural del lector, que esgrime la complejidad del lenguaje y el estilo de redacción utilizados por Martí como razones para eludir su estudio, condiciona que la determinación y aprovechamiento de esas potencialidades tenga como premisa la aplicación del proceder metodológico para la lectura, comprensión, análisis y valoración de los textos de José Martí, que igualmente constituye un resultado del proyecto de investigación que dirige el autor. Su elaboración se apoyó en referentes como las propuestas de la insigne pedagoga e historiadora Pichardo para estimular la lectura de textos martianos por las nuevas generaciones cubanas, que se concretaron en los libros Martí, Lecturas para niños y Martí, Lecturas para jóvenes, los resultados de la paciente, profunda y fructífera labor que ha venido desarrollando el Centro de Estudios Martianos con la conformación de la Edición Crítica de las Obras Completas de José Martí, las consideraciones y puntos de vista en torno a la lectura, comprensión y análisis de textos escritos de destacados investigadores y especialistas de la lengua como Mañalich, Carbonell, Dubois, González Albear, Florín Gattorno, Gassó Grass, Romeu y los seguidores de su enfoque cognitivo, comunicativo y socio cultural, y el algoritmo para el trabajo con documentos históricos propuesto por destacados especialistas en didáctica de la historia, como Díaz Pendás, Romero Ramudo, Lolo Valdés y Álvarez Lago entre otros (Torre de la, 2017: 2-4).

Punto de partida de ese proceder lo constituye el conocimiento previo de la biografía de José Martí, en tanto el estudio de su obra supone tener en cuenta la relación con el momento histórico concreto de la vida del Apóstol en que surgieron sus textos, lo que permite comprender el origen y las circunstancias en las que fueron escritos y publicados, atendiendo a los momentos más importantes de su actividad política y revolucionaria, e igualmente los que distinguen su quehacer intelectual, expresado de manera diversa y fiel reflejo de ese pensamiento abarcador y multifacético que lo distinguió.

Sobre esa base es posible emprender el estudio de los textos del Maestro, considerando los componentes del proceder metodológico propuesto:

  • La contextualización de la obra objeto de estudio: supone precisar elementos como la fecha en que se escribe o publica, por qué y en qué circunstancias Martí lo hace y otros datos de interés que aporten información sobre el texto.

  • Lectura del texto: implica realizar una lectura inicial para familiarizarse con su contenido. Se trata de esa lectura artística o estética, en la que el lector recibe la primera impresión. A esta sigue la lectura comprensiva, inteligente y reflexiva, que tiene como fin captar el sentido del texto, qué dice y con qué intención. Puede ser realizada tantas veces como el lector considere necesario y, en el caso de la obra martiana, combinando la lectura silenciosa o impresiva y la lectura oral-expresiva, sobre todo cuando son textos en prosa caracterizados por la utilización de párrafos extensos y el empleo reiterado de signos de puntuación para expresar ideas interrelacionadas.

  • Esclarecimiento del significado contextual de palabras, términos, frases, expresiones e ideas utilizadas por Martí: no pocas veces con una intención especial, que el lector necesita conocer, a fin de comprender adecuadamente el texto. Implica esclarecer igualmente el significado de las referencias geográficas e históricas que aparecen en el texto, así como el conocimiento no solo de las personalidades relevantes o importantes que Martí caracteriza, valora o menciona, sino también de las personas comunes a las que alude en determinados textos. Atender a ese trabajo implica, en dependencia de la plataforma cultural del lector, auxiliarse de diccionarios (preferentemente enciclopédicos) y de otras fuentes bibliográficas que al aportar información necesaria y útil, facilitan su búsqueda.

  • La profundización en el análisis del texto martiano objeto de estudio: mediante la determinación y valoración crítica de sus ideas esenciales, y sobre esa base, la valoración integral del texto, expresada en generalizaciones que atiendan a su significación y trascendencia como obra específica y en su interrelación con otras obras de Martí.

El proceder metodológico referido constituye un instrumento útil y necesario para propiciar, sobre la base de la comprensión lectora, no solo el análisis y valoración de los textos escritos por el Maestro, sino la identificación emocional con sus ideas desde la necesaria unidad de lo cognitivo y lo afectivo, por lo que sirve de base para el aprovechamiento de las potencialidades instructivas y educativas de esos textos en función de la formación martiana de las nuevas generaciones de cubanos como herederas y continuadoras del legado de nuestro Héroe Nacional.

Tómese como ejemplo ilustrativo de lo antes expresado el texto El 10 de Abril”. Su contextualización debe referir que fue escrito en medio de la intensa labor política movilizativa que realizaba Martí para preparar una nueva gesta emancipadora, a la que llamó guerra necesaria. Fue publicado en el periódico Patria el 10 de abril de 1892, 23 años después de la Asamblea de Guáimaro y coincidiendo con la proclamación del Partido Revolucionario Cubano, concebido como instrumento político unificador de todos los cubanos de buena voluntad dispuestos a lograr la independencia de Cuba y auxiliar la de Puerto Rico. Se trata de un hermoso cuadro del momento en que nació la República en Armas (abril de 1869), en la Asamblea que dio vida a la primera de las constituciones mambisas y a un gobierno estructurado con arreglo a sus preceptos.

En la búsqueda del significado contextual, en dependencia de la plataforma cultural del lector y del nivel educacional que cursen los estudiantes, el vocabulario podrá incluir palabras como: redimida: liberada (de la esclavitud, de la opresión); perniciosas: peligrosas, perjudiciales; chamarreta: chaqueta, casaca larga y con mangas; caracoleando: caballo dando vueltas; belfoso: que tiene el labio inferior grueso; catibía: yuca rallada y secada para hacer tortas; armiño: mamífero carnívoro, célebre por la finura y blancura de su piel, muy utilizada en la elaboración de abrigos.

De igual modo, frases, ideas y expresiones de peculiar belleza que utiliza Martí para exponer su visión de lo ocurrido en aquellos días de abril de 1869 en Guáimaro, a las que se hace referencia más adelante.

La lectura de este texto y el análisis y valoración de las ideas que contiene permiten evidenciar sus potencialidades instructivas y educativas. Así, desde lo instructivo, por los conocimientos que aporta, es un texto idóneo para el tratamiento de la Asamblea de Guáimaro como hecho histórico significativo; como parte del estudio de la Guerra de los Diez Años en la docencia de Historia de Cuba no solo en todas las carreras de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, sino también en las restantes carreras universitarias y en todos los niveles del Sistema Nacional de Educación, adecuando su utilización a las peculiaridades de los estudiantes que los cursan. Porque en el texto:

  • Se hace una hermosa descripción del ambiente festivo y patriótico existente en Guáimaro en los días de la Asamblea que legitimó el nacimiento de la República en Armas, patriotismo evidenciado poco tiempo después en el sacrificio de sus habitantes, los que prendieron fuego al poblado, antes de que este fuera retomado por los españoles.

    • “Guáimaro libre nunca estuvo más hermosa que en los días en que iba a entrar en la gloria y en el sacrificio. Era mañana y feria de almas Guáimaro […]” (Martí, 1975: 382).

    • “Estaba Guáimaro más que nunca hermosa. Era el pueblo señorial como familia en fiesta” (Martí, 1975: 383).

  • Martí presenta mediante bellas imágenes a los principales protagonistas de aquel hecho, entre ellos a:

    • Carlos Manuel de Céspedes: “[…] Un hombre erguido y grave, trae a buen paso, alta la rienda, el caballo poderoso; manda por el imperio natural, más que por la estatura; lleva al sol la cabeza de largos cabellos; los ojos, claros y firmes, ordenan, más que obedecen […]” (Martí, 1975: 383).

    • Francisco Vicente Aguilera: “[…] alto y tostado, y con la barba por el pecho, viene hablando, a paso de hacienda […]” (Martí, 1975: 383).

    • Ignacio Agramonte: “[…] El bigote apenas sombrea el labio belfoso; la nariz le afila el rostro puro; lleva en los ojos su augusto sacrificio […]” (Martí, 1975: 384).

    • Salvador Cisneros Betancourt, Marqués de Santa Lucía: “[…] el Marqués va caído, el ardiente Salvador Cisneros, que es fuego todo bajo su marquesado […]” (Martí, 1975: 384).

    • “[…] Francisco Sánchez Betancourt le trae a la patria lo que le queda aún del cuerpo pobre […]” (Martí, 1975: 384). Padecía de tuberculosis.

    • “[…] el polaco Roloff, noble jinete, que sabe acometer […]” (Martí, 1975: 384). Se refiere a Carlos Roloff, nacido en Prusia Oriental, quien vino a trabajar en una casa de comercio en Caibarién y se identificó con la causa cubana. Llegó a Mayor General.

    • Eduardo Machado: “[…] Manso ‘como una dama’, en la conversación, peinadas las barbas de oro, y todo él consejo y cortesía cabalgaba […], ya comentando y midiendo […]” (Martí, 1975, p. 385). Patriota villareño muy culto; cultivó las Matemáticas y los idiomas.

    • “[…] Y después Manuel de Quesada, General del centro entonces, la palabra entre melosa y altanera, el vestido ejemplar, alta y calzada la estatura […]” (Martí, 1975: 385). Quesada fue cuñado de Céspedes. Nombrado en Guáimaro General en Jefe del Ejército Libertador, fue destituido el 17 de diciembre de 1869 por la Cámara de Representantes; en enero de 1870 Céspedes lo nombró Agente Especial de su Gobierno en Estados Unidos. No regresó a Cuba, murió después de la guerra.

  • Se explican el desarrollo de la Asamblea, las diferentes posiciones que en ella se asumieron y los principales acuerdos adoptados en Guáimaro los días 10 y 11 de abril. De ello son ejemplo las siguientes ideas:

    • “[…] El pabellón nuevo de Yara, cedía, por la antigüedad y la historia, al pabellón, saneado por la muerte, de López y Agüero […]” (Martí, 1975: 383). En referencia al hecho de que en Guáimaro, a propuesta de los camagüeyanos, se adoptó como bandera nacional la que había enarbolado Narciso López en Cárdenas el 19 de mayo de 1850, cuyo diseño estaba inspirado en sus aspiraciones anexionistas; bandera que sería saneada por el sacrificio y la muerte heroica de muchos cubanos en la lucha contra el dominio colonial español.

    • “[…] Sí: Céspedes presidió, ceremonioso y culto: Agramonte, y Zambrana, presentaron el proyecto: Zambrana, como águilas domesticadas, echaba a cernirse las imágenes grandiosas. Agramonte, con fuego y poder, ponía la majestad en el ajuste de la palabra sumisa y el pensamiento republicano; tomaba al vuelo, y recogía, cuanto le parecía brida suelta, o pasión de hombre; ni idólatras quiso, ni ídolos […] Y Céspedes, si hablaba, era con el acero debajo de la palabra, y mesurado y prolijo. En conjunto aprobaron el proyecto los representantes, y luego por artículos, ‘con ligeras enmiendas’” (Martí, 1975: 386-387). Idea referida a la presentación ante la Asamblea, presidida por Céspedes, del proyecto de Constitución redactado por Ignacio Agramonte, y Zambrana, en el que predominaron las posiciones civilistas defendidas por estos, a los que Martí, llama jóvenes ilustres, que en el proyecto de código de la guerra concertaron “[…] las entidades reales y activas del país y sus pasiones y razones criollas, con sus recuerdos más literarios que naturales, e históricos que útiles, de la Constitución extraña y diversa de los Estados Unidos […]” (Martí, 1975: 386).

    • “Momentos después iba de mano en mano la despedida del general en jefe del ejército de Cuba, y jefe de su gobierno provisional”. “El curso de los acontecimientos le conduce dócil de la mano ante la república local”: “La Cámara de Representantes es la única y suprema autoridad para los cubanos todos”: El Destino le deparó ser el primero” en levantar en Yara el estandarte de la independencia. “Al Destino le place dejar terminada la misión del caudillo” de Yara y de Bayamo […]” (Martí, 1975: 388).

    • “[…] Que aunque suene, por parte de los unos a amenaza o reticencia, los otros consentirán en que la Cámara quede con el derecho de juzgar y de deponer a los funcionarios que puede nombrar. Que la Cámara puede nombrar al Presidente de la República” (Martí, 1975: 386).

    • Martí refleja en estas ideas las características del gobierno republicano resultante de la Asamblea de Guáimaro, en el que su Presidente quedó subordinado a la Cámara de Representantes, órgano supremo de la República en Armas, dotada de plenos poderes y de la facultad de elegirlo y deponerlo. Sin desconocer el carácter democrático de la Constitución aprobada en Guáimaro, valora lo que esta significó como traba al desarrollo de la gesta independentista iniciada por Céspedes, lo que sin dudas constituyó uno de los factores que condujeron al Pacto del Zanjón. De ahí que exprese: “[…] En los modos y en el ejercicio de la carta se enredó, y cayó tal vez, el caballo libertador; y hubo yerro acaso en ponerle pesas a las alas, en cuanto a formas y regulaciones, pero nunca en escribir en ellas la palabra de luz […]” (Martí, 1975: 383).

    • Se describe el acto de juramentación, realizado el 12 de abril, de las principales autoridades electas por la Cámara de Representantes: “[…] Juró Salvador Cisneros Betancourt, más alto de lo usual, y con el discurso en los ojos, la presidencia de la Cámara. De pie juró la ley de la República el presidente Carlos Manuel de Céspedes, con acentos de entrañable resignación […] Y sobre la espada de honor que le tendieron, juró Manuel Quesada no rendirla sino en el capitolio de los libres, o en el campo de batalla, al lado de su cadáver” (Martí, 1975: 388-389).

    • Se refleja en varios momentos del texto la presencia de la mujer y se destaca la actuación de la patriota camagüeyana Ana Betancourt., cuando expresa: “[…] y en el noble tumulto, una mujer de oratoria vibrante… anuncia que el fuego de la libertad y el ansia del martirio no calientan con más viveza el alma del hombre que la de la mujer cubana” (Martí, 1975: 387).

A partir de los conocimientos que aporta sobre el hecho histórico que de manera explícita y con riqueza de imágenes trata Martí, el texto es igualmente idóneo desde lo educativo para:

  • Evidenciar el patriotismo colectivo e individual de los cubanos que protagonizaron este hecho, valor destacado por el Apóstol al describir el ambiente que prevaleció en aquellos días, al caracterizar algunas de las principales figuras que allí estuvieron y al resaltar, en el párrafo final, la actitud de los habitantes de Guáimaro un mes después de la celebración de la Asamblea: “[…] se ordenó, con veinticuatro horas de plazo para la devastación, salvar del enemigo, por el fuego, al pueblo sagrado, y darle ruinas donde esperaba fortalezas. Ni las madres lloraron, ni los hombres vacilaron, ni el flojo corazón se puso a ver cómo caían aquellos cedros y caobas. Con sus manos prendieron la corona de hogueras a la santa ciudad, y cuando cerró la noche, se reflejaba en el cielo el sacrificio” (Martí, 1975: 389).

  • Referir la honestidad, el desinterés y la humildad presentes en la actitud de Ignacio Agramonte y Antonio Zambrana como redactores del texto de la Constitución aprobada en Guáimaro, que Martí resalta en la idea siguiente: “[…] Que Agramonte y Zambrana, porque no se les tuviera la idea de la Cámara por aspiración personal, ponían, en el proyecto de constitución que la junta de representantes les encargó, lejos de su alcance por algunos años la edad de la presidencia […]” (Martí, 1975: 385-386).

  • Resaltar la actitud de Céspedes ante las posiciones civilistas prevalecientes en la Asamblea, diferentes a las que él sostenía para la conducción de la guerra contra España: actitud demostrativa de sus valores como líder revolucionario y patriota verdadero, de su capacidad para ceder en sus puntos de vista ante la necesidad imperiosa de lograr la unidad del movimiento independentista.

Al respecto, destacan en el texto ideas como:

  • “[…] Ni Cuba ni la historia olvidarán jamás que el que llegó a ser primero en la guerra, comenzó siendo el primero en exigir el respeto de la ley […]” (Martí, 1975: 383).

  • “Que Céspedes, convencido de la urgencia de arremeter, cedía a la traba de la Cámara […]” (Martí, 1975: 385).

  • “[…] Que Céspedes cedía la bandera nueva que echó al mundo en Yara, para que imperase la bandera de Narciso López, con que se echó a morir con los Agüeros el Camagüey.” (Martí, 1975: 386).

  • “[…] De pie juró la ley de la República el presidente Carlos Manuel de Céspedes, con acentos de entrañable resignación, y el dejo sublime de quien ama a la patria de manera que ante ella depone lo que estimó decretos del destino […]” (Martí, 1975: 388-389).

  • Apreciar la belleza de la prosa martiana, expresada en las imágenes literarias que utiliza para exponer sus ideas sobre la Asamblea de Guáimaro como hecho histórico. De ellas constituye un significativo ejemplo la siguiente:

  • “Tienen los pueblos, como los hombres, horas de heroica virtud, que suelen ser cuando el alma pública, en la niñez de la esperanza, cree hallar en sus héroes, sublimados con el ejemplo unánime, la fuerza y el amor que han de sacarlos de agonía; o cuando la pureza continua de un alma esencial despierta, a la hora misteriosa del deber, las raíces del alma pública. Son entonces los corazones como la flor de la maravilla de nuestras sabanas, todos sensibles y de color rico; y hay guirnaldas de almas, lo mismo que de flores […]” (Martí, 1975: 385).

Al llamar la atención sobre estas ideas se propicia, mediante la interacción del lector con el texto, su empatía emocional con los sentimientos y valores que ellas expresan y sobre esa base, un acercamiento mayor al pensamiento de nuestro Héroe Nacional y a las virtudes que lo distinguieron.

Igualmente ilustrativo como ejemplo de las potencialidades instructivas y educativas de la obra martiana es el texto Nuestra América, importante ensayo, considerado una joya de ese género literario, en el que Martí denuncia los peligros internos y externos que amenazaban a Hispanoamérica y propone las soluciones para enfrentarlos. Escrito también cuando Martí ya estaba inmerso en su labor política revolucionaria, orientada a la preparación de la guerra necesaria, se publicó por primera vez en la Revista Ilustrada de Nueva York, el 1 de enero de 1891. Poco después, el 30 de enero de ese mismo año, aparece en el periódico El Partido Liberal, de México. Aún no había transcurrido un año de concluida la Conferencia Internacional Americana, realizada en Washington bajo los auspicios de Estados Unidos entre el 2 de octubre de 1889 y el 19 de abril de 1890, evidencia visible del panamericanismo como expresión de las apetencias e intenciones del vecino norteño respecto a la América Latina.

Entre las palabras o términos empleados en este ensayo cuyo significado contextual el lector necesita conocer se hallan los siguientes: canijo: débil; sorbete: referido en el texto, no a la bebida helada en forma cónica, hecha con zumo de frutas, sino al sombrero de seda, de copa alta, o sombrero de pelo, chistera; cirial: candelabro, candelero alto; gamonal: cacique, magnate de pueblo, persona que en un pueblo o comarca ejerce excesiva influencia en asuntos políticos o administrativos; jaca: caballo de menos de siete leguas de alzada; yegua de poca alzada (Perú); gallo de pelea (Argentina); antiparras: anteojos, gafas, generalmente con orejeras; arcontes: representantes de la aristocracia de Atenas que integraban el Arcontado, uno de los órganos políticos de esa ciudad estado de la Antigua Grecia a partir del siglo VIII a.n.e.; denodado: atrevido, esforzado, valiente; avieso: torcido, fuera de regla; inicuo: que no observa la equidad, injusto, malvado; falansterio: se refiere, en el texto, no al edificio grande donde se puede alojar mucha gente al mismo tiempo, sino a los lugares ideados por el socialista utópico francés Charles Fourier (1772-1837), donde debían habitar cada una de las falanges en que dividía a la sociedad; petimetre: del francés petit maître, pequeño señor, señorito, persona que cuida demasiado de su aspecto y se preocupa demasiado por seguir la moda; oteado: vigilado, acechado; vincha: pañuelo o cinta con que se ciñen la frente los indios (los indígenas de la región); acendrar: depurar, purificar; picota: sitio a la entrada de los pueblos donde se exponía a los reos a la vergüenza pública; ingénita: no engendrada, natural; Gran Semí (Grande Espíritu): personaje mítico, identificado por los indios tamanacos con el padre Amalivaca, quien junto a su mujer regó los frutos de la palma moriche, de cuyas semillas salieron los hombres y mujeres que poblaron toda la tierra, Martí lo asocia a la “siembra” de un futuro feliz para los pueblos de Nuestra América, al nacimiento de la que llama América Nueva.

Se precisa conocer igualmente quiénes son las personalidades a las que se refiere Martí en el texto, a saber:

  • Juan de Castellanos: poeta, cronista y humanista español (1522-1607) que asistió a la conquista del Nuevo Reino de Granada. Escribió “Elegía de varones ilustres de Indias”, el poema más largo escrito en lengua castellana (150 000 endecasílabos), al que Martí alude en este texto.

  • Alexander Hamilton: economista, abogado, escritor y estadista norteamericano (1757-1804), participante en la guerra de independencia de las 13 Colonias. Fue amigo y colaborador de George Washington. Secretario del Tesoro de la Unión Norteamericana en los años 1789-1795.

  • Manuel José Sieyés: sacerdote (abate), académico y político francés (1748-1836), famoso como teórico de la Revolución Francesa, autor -en vísperas de esta- de un célebre escrito sobre El Tercer Estado; fue uno de los fundadores del Club de los Jacobinos, miembro de la Constituyente, de la Convención, del Consejo de los Quinientos, del Directorio y cónsul provisional con Napoleón Bonaparte y Roger Ducos. Fue también uno de los teóricos de la era napoleónica.

  • Bernandino Rivadavia: político y prócer argentino (1780-1845), nacido en Buenos Aires. Primer presidente de la República en 1826-1827. Bajo su mandato se promulgó la Constitución unitaria, rechazada por las provincias. Fue una de las más altas figuras civiles de Argentina.

  • Agustín de Iturbide: militar y político mexicano (1783-1824). Ascendió en la carrera militar peleando contra los insurgentes. Tras varios reveses frente al general Vicente Guerrero y el temor de sectores conservadores por la posible incidencia de acontecimientos políticos ocurridos en la metrópoli, intentó manipular el movimiento independentista y elaboró el llamado Plan de Iguala, mediante el cual se proclamó la independencia del Virreinato de Nueva España en febrero de 1821. Consumada la independencia de México fue proclamado Emperador el 18 de mayo de 1822, acto que tuvo que ser ratificado a los dos días por el Congreso, al que Martí alude en el texto. Fue coronado el 21 de julio de ese año, pero se vio obligado a abdicar el 20 de marzo de 1823, debido a la creciente oposición republicana encabezada por los generales Antonio López de Santa Ana, Guerrero y Guadalupe Victoria, apoyados por la mayoría del ejército.

Este ensayo sobresale, además, por la abundancia de ideas cuyo significado contextual es necesario precisar. Así, por ejemplo, cuando Martí identifica como sietemesinos a los hombres que no tienen fe en su tierra y se avergüenzan de haber nacido en ella, expresa: “Hay que cargar los barcos de estos insectos dañinos, que le roen el hueso a la patria que los nutre. Si son parisienses o madrileños, vayan al Prado, de faroles, o vayan a Tortoni de sorbetes” (Martí, 1975: 16).

Es decir, si reniegan de su tierra y prefieren comportarse como europeos, que vayan al Paseo del Prado, de Madrid, a “farolear” (a hacer ostentación vanidosa o jactanciosa de su “valimiento”); o al Tortoni (famoso restaurante de París) con sus sombreros de copa.

Expresa también ideas como: “Con el estandarte de la Virgen salimos a la conquista de la libertad. Un cura, unos cuantos tenientes y una mujer alzan en México la república, en hombros de los indios” (Martí, 1975: 18).

“Un canónigo español, a la sombra de su capa, instruye en la libertad francesa a unos cuantos bachilleres magníficos, que ponen de jefe de Centro América contra España al general de España” (Martí, 1975: 18).

En la primera de ellas se refiere al estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe, utilizado por el cura Miguel Hidalgo y Costilla el 16 de septiembre de 1810 cuando protagonizó el Grito de Dolores (pueblo ubicado en Guanajuato, al norte de México), que dio inicio a la rebelión popular anticolonialista por la independencia de México. Ese cura ilustrado contó con el apoyo de algunos oficiales de las milicias reales como Abasolo, Ignacio Allende y Juan Aldama, que secundaron la rebelión, a la que se sumaron rápidamente miles de indios, peones y trabajadores de las minas (gañanes) de la región. La mujer a la que alude es la heroína Josefa Ortiz, quien era la esposa del corregidor de Querétaro, Manuel Domínguez.

La segunda idea es una probable referencia al canónigo Antonio José de las Mercedes Larrazábal (1769-1853), que no era español sino criollo, profesor de la Universidad de San Carlos y representante de Guatemala en las Cortes de Cádiz que proclamaron la Constitución liberal de 1812. El General de España que menciona es Don Gabino Gaínza, capitán general de Guatemala, convertido en jefe del nuevo gobierno de Centro América, separada de la corona española, por decisión de la Asamblea convocada el 15 de septiembre de 1821.

La comprensión del significado contextual de estas y otras ideas y del ensayo Nuestra América en su integridad, requiere que el lector conozca o profundice en el estudio de la evolución histórica de la región en la época precolombina, bajo la dominación colonial, durante las luchas emancipadoras del siglo xix y en las décadas posteriores a la independencia, así como en la evolución de la otra América (América Anglosajona), en particular de Estados Unidos, tras su nacimiento como nación independiente y en el proceso histórico europeo.

A partir de la comprensión lograda mediante la búsqueda y esclarecimiento del significado contextual, es posible profundizar en el análisis del ensayo, mediante la determinación y valoración crítica de sus ideas esenciales, y sobre esa base, la valoración integral del texto, cuyas potencialidades instructivas y educativas son evidentes.

Desde lo instructivo este texto es de gran utilidad para tratar a la luz de la visión martiana la situación existente durante la segunda mitad del siglo xix en Hispanoamérica, en las repúblicas surgidas en la región tras el fin de las gestas emancipadoras contra el dominio colonial español. De esa utilidad son ejemplos las reflexiones que hace Martí sobre los peligros internos que amenazaban a la región, asociados a males y problemas como:

  • El mantenimiento, después de la independencia conquistada, del espíritu de la colonia en las repúblicas hispanoamericanas. Al respecto destacan, entre otras las ideas siguientes:

    • “Con los oprimidos había que hacer causa común, para afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos de mando de los opresores […]. La colonia continuó viviendo en la república […]” (Martí, 1975: 19).

    • Ideas que asocia a lo que llama grandes yerros, de los que nuestra América, en su opinión, se estaba salvando: “[…] de la soberbia de las ciudades capitales, del triunfo ciego de los campesinos desdeñados, de la importación excesiva de ideas y fórmulas ajenas, del desdén inicuo e impolítico de la raza aborigen […]” (Martí, 1975: 19).

    • “Éramos una visión, con el pecho de atleta, las manos de petimetre y la frente de niño. Éramos una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón de Norteamérica y la montera de España. El indio, mudo, nos daba vueltas alrededor, y se iba al monte, a la cumbre del monte, a bautizar a sus hijos. El negro oteado, cantaba en la noche la música de su corazón, solo y desconocido, entre las olas y las fieras. El campesino, el creador, se revolvía, ciego de indignación, contra la ciudad desdeñosa, contra su criatura. Éramos charreteras y togas, en países que venían al mundo con la alpargata en los pies y la vincha en la cabeza. El genio hubiera estado en hermanar, con la caridad del corazón y con el atrevimiento de los fundadores, la vincha y la toga; en desestancar al indio; en ir haciendo lado al negro suficiente; en ajustar la libertad al cuerpo de los que se alzaron y vencieron por ella. Nos quedó el oidor, y el general, y el letrado, y el prebendado” (Martí, 1975: 20).

    • Critica, por tanto, la incapacidad de los gobernantes de las repúblicas para conducir a sus países con arreglo a las condiciones, necesidades e intereses de sus pueblos, de las masas de indios, negros, mestizos y campesinos que habían contribuido con su sangre a lograr la emancipación.

  • La aplicación de métodos y formas de gobierno desvinculados de las realidades de la región, copiados de naciones europeas o de Estados Unidos, cuyas realidades eran diferentes a las nuestras, problema asociado precisamente a la importación excesiva de las ideas y fórmulas ajenas que destaca como uno de los yerros en la región, en torno al cual reflexiona en otros momentos del ensayo, cuando expresa:

    • “La incapacidad no está en país naciente, que pide formas que se le acomoden y grandeza útil, sino en los que quieren regir pueblos originales, de composición singular y violenta, con leyes heredadas de cuatro siglos de práctica libre en los Estados Unidos, de diecinueve siglos de monarquía en Francia. Con un decreto de Hamilton no se le para el pecho al potro del llanero. Con una frase de Sieyés no se desestanca la sangre cuajada de la raza india” (Martí, 1975: 16-17).

    • “[…] entró a padecer América, y padece, de la fatiga de acomodación entre los elementos discordantes y hostiles que heredó de un colonizador despótico y avieso, y las ideas y formas importadas que han venido retardando, por su falta de realidad local, el gobierno lógico. […] El problema de la independencia no era el cambio de formas, sino el cambio de espíritu” (Martí, 1975: 19).

  • Problemáticas como: el caudillismo: “[…] Las repúblicas han purgado en las tiranías su incapacidad para conocer los elementos verdaderos del país […]” (Martí, 1975: 17); el localismo: “Lo que quede de aldea en América ha de despertar. […]” (Martí, 1975: 15); la falta de amor por lo autóctono: “¡Estos nacidos en América, que se avergüenzan, porque llevan delantal indio, de la madre que los crió, y reniegan, ¡bribones!, de la madre enferma, y la dejan sola en el lecho de las enfermedades!” (Martí, 1975: 16) y las divisiones entre “[…] pueblos que no se conocen […]”, entre los que, “[…] al amparo de una tradición criminal, cercenaron, con el sable tinto en la sangre de sus mismas venas, la tierra del hermano vencido […]” (Martí, 1975: 15).

Martí expresa su confianza en la posibilidad de nuestra América de salvarse de todos esos peligros internos, al afirmar: “[…] estos países se salvarán, como anunció Rivadavia, el argentino[…]” (Martí, 1975: 19), lo que considera una necesidad imperiosa, para poder salvarse de otro peligro “[…] que no le viene de sí, sino de la diferencia de orígenes, métodos e intereses entre los dos factores continentales, y es la hora próxima en que se le acerque, demandando relaciones íntimas, un pueblo emprendedor y pujante que la desconoce y la desdeña. […]” (Martí, 1975: 21). Se refería, evidentemente, a Estados Unidos, cuyas intenciones conocía. De ahí que añadiese: “[…] El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América; y urge, porque el día de la visita está próximo, que el vecino la conozca, la conozca pronto, para que no la desdeñe. Por ignorancia llegaría, tal vez, a poner en ella la codicia. Por el respeto, luego que la conociese, sacaría de ella las manos. […]” (Martí, 1975: 22).

Ahora bien, el análisis martiano de la situación existente en la región no se limitó al planteamiento, sólidamente fundamentado de los problemas y peligros de la región. Incluyó también las soluciones que concibió para enfrentarlos, lo que refuerza la importancia de este texto desde lo instructivo. Así lo evidencian las siguientes ideas, que resaltan la necesidad e importancia de gobernar con el conocimiento de los factores reales del país en que se vive, utilizando métodos e instituciones nacidas del país mismo, con formas acomodadas a su realidad y condiciones, creando y no imitando modelos ajenos; vinculándose y haciendo causa común con los humildes, con los oprimidos, con los hombres naturales:

  • “[…] El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser del país. La forma del gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país” (Martí, 1975: 17).

  • “[…] Gobernante, en un pueblo nuevo, quiere decir creador” (Martí, 1975:17).

  • […] Resolver el problema después de conocer sus elementos, es más fácil que resolver el problema sin conocerlos. […] Conocer es resolver. Conocer el país, y gobernarlo conforme al conocimiento, es el único modo de librarlo de tiranías. La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La historia de América, de los incas acá ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. Los políticos nacionales han de reemplazar a los políticos exóticos. Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas. […]” (Martí, 1975: 18).

  • “[…] Se entiende que las formas de gobierno de un país han de acomodarse a sus elementos naturales; […] que si la república no abre los brazos a todos y adelanta con todos, muere la república. […]” (Martí, 1975: 20-21).

Y como valladar ante el peligro mayor Martí propone el conocimiento mutuo y la unión continental de las naciones y pueblos desde el río Bravo hasta el estrecho de Magallanes:

  • “[…] Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos […] ¡los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes” (Martí, 1975: 15).

  • “[…] el deber urgente de nuestra América es enseñarse como es, una en alma e intento, vencedora veloz de un pasado sofocante, manchada solo con la sangre de abono que arranca a las manos la pelea con las ruinas, y la de las venas que nos dejaron picadas nuestros dueños. […]” (Martí, 1975:22).

Desde estas ideas es posible significar el latinoamericanismo de Martí como enfoque unitario contrapuesto al panamericanismo defendido por el naciente imperialismo estadounidense en las décadas finales del siglo xix.

A la idea de la unidad que promueve se asocia el tratamiento que hace el Apóstol de la problemática racial, sustentado en la defensa de la identidad universal del hombre y el rechazo al fomento y propagación de la oposición y el odio de las razas, que considera un pecado contra la Humanidad: “No hay odio de razas, porque no hay razas. […] El alma emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y color. Peca contra la Humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio de las razas. […]” (Martí, 1975: 22).

El análisis y valoración de las ideas expuestas en el ensayo Nuestra América permite arribar, desde lo instructivo, a conclusiones generalizadoras sobre su significación como reflejo de la proyección patriótica, latinoamericanista, antimperialista y humanista del pensamiento martiano, evidenciada también en el contenido de otros textos con los que el lector puede interactuar para establecer las interrelaciones necesarias. Tales son, por ejemplo, Madre América, las crónicas de la Conferencia Internacional Americana y La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América.

De esas conclusiones es posible derivar la trascendencia del texto, dada su importancia para la lucha que actualmente libran los pueblos latinoamericanos y especialmente, para los esfuerzos integracionistas que se han desarrollado en la región, bajo la dirección de gobiernos y líderes revolucionarios y progresistas, que conducen o han conducido a sus países con arreglo a sus condiciones y realidades actuales, dando continuidad, en un contexto complejo y difícil, a los proyectos unitarios de Bolívar y de Martí, como vía para enfrentar las amenazas y peligros que aún representan los círculos de poder de Estados Unidos, que pretenden revitalizar la doctrina Monroe y son los principales sustentadores de la contraofensiva que promueve la derecha latinoamericana contra esos procesos.

Por otra parte, desde lo educativo, el texto es idóneo para lograr, a partir de los conocimientos que aporta, un mayor acercamiento afectivo a la figura de nuestro Héroe Nacional, a las virtudes que lo distinguieron como líder revolucionario y como ser humano, a la profunda esencia humanista de su pensamiento y al valor de sus ideas como movilizadoras de la conciencia patriótica, latinoamericanista y antimperialista de las nuevas generaciones, sobre todo en función de la necesaria unidad frente a los peligros y amenazas que se ciernen sobre nuestra América. Igualmente, el texto propicia el desarrollo de sentimientos y valores como la confianza en lo mejor del hombre, la identificación solidaria con los humildes y el respeto y amor a lo autóctono. A esto se suma su indiscutible significación como obra literaria, ejemplo de la extraordinaria belleza de la prosa martiana.

CONCLUSIONES

El análisis y la valoración de los textos de José Martí a partir un proceder metodológico sustentado en la comprensión lectora, contribuye el aprovechamiento de las potencialidades instructivas y educativas de su obra para lograr, desde el conocimiento de esta, no solo la identificación de las nuevas generaciones de cubanos con el pensamiento y la acción de nuestro Héroe Nacional, sino la asunción consciente de su legado como fundamento de actitudes, valores, cualidades y modos de actuación.

Los textos El 10 de Abril y Nuestra América son ejemplos ilustrativos de los valores cognitivos y educativos, éticos y estéticos que caracterizan la multifacética obra del Apóstol, en tanto posibilitan el conocimiento de significativas ideas de su pensamiento político revolucionario y, al mismo tiempo, el acercamiento afectivo-emocional a esos valores, que reflejan la profunda esencia humanista y las extraordinarias virtudes de su portador, lo que condiciona su influencia en la formación integral del ser humano.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido: Noviembre de 2017; Aprobado: Mayo de 2018

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