Señora editora:
De gran valor resulta la publicación del artículo “Acciones metodológicas para la consolidación de valores en estudiantes desde la gestión sociocultural“, en la revista EDUMECENTRO 2020; 12(4), tanto por la importancia que reviste para el desarrollo profesional del individuo y su interacción constante con la sociedad, como por el esfuerzo que realiza Cuba cada día en la formación de un personal de salud capaz de interactuar en cualquier lugar del mundo como embajadores de la salud.
Es en este sentido que la gestión sociocultural se convierte en una herramienta para la formación y consolidación de los valores en el espacio académico, pues entre las funciones de sus egresados se intenciona que sean facilitadores de la afirmación y construcción de la identidad personal y social, la apreciación y consolidación de valores éticos y estéticos, y el despliegue de la creatividad, la comunicación y la participación social; formaciones todas de amplia aplicación para el porvenir de la sociedad cubana.1
Los retos a los que se enfrenta la medicina actual son innumerables: el avance en el conocimiento biológico del ser humano y sus enfermedades y el desarrollo de nuevas tecnologías, las que inciden en la atención profesional al paciente; a la vez, se ha podido constatar su efecto negativo en un ejercicio de la medicina alejado de la ética, una práctica médica con pérdida de valores, traducida, en ocasiones, en una relación médico-paciente inadecuada, y como consecuencia, la percepción de una mala calidad en el cuidado de la salud y la atención al individuo.
Los cambios culturales, sociales y políticos son factores que impactan fuertemente en la profesión médica; por ello, estos profesionales requieren integrar los contenidos y valores humanistas a los contenidos científicos para poder realizar un análisis ético de los problemas de la medicina contemporánea y encontrar el punto de equilibrio entre los avances científicos y tecnológicos, el respeto a la dignidad y la vida del ser humano.2
En la sociedad cubana se reconoce la creciente responsabilidad de los profesionales de la salud desde cuyos currículos de formación se recomiendan amplios recursos culturales; sin embargo, en ocasiones no se encuentran fundamentos para la formación ciudadana desde un enfoque epistemológico que permita su contextualización hacia una educación activa y responsable. Generalmente se orienta hacia los principios de la ética médica o reciben algunas pinceladas desde el derecho médico; por lo tanto, se deben encontrar alternativas oportunas para eliminar el empirismo y la espontaneidad en esta encomienda social.3
Señora editora: sin lugar a dudas, estaremos formando profesionales más sensibles y con una preparación integral en su accionar diario. Por tal motivo, los autores de esta carta reiteran su conformidad con lo planteado en el referido artículo publicado en la revista donde se enfatiza una vez más en la importancia de la formación de valores en los profesionales de la salud, desde una gestión sociocultural planificada.