La aparición de la pandemia de COVID-19, producida por el virus SARS-CoV-2, ha marcado un hito en la salud pública a nivel internacional. Se ha evidenciado que los sistemas de salud basados en atención secundaria y terciaria han presentado limitaciones para dar respuesta oportuna y efectiva a la diseminación de la enfermedad; es necesario se adopten medidas apropiadas en la Atención Primaria de Salud (APS), vinculadas a la detección precoz de enfermos, portadores asintomáticos, sospechosos, contactos, con la consiguiente aplicación de acciones preventivas en los distintos momentos del desarrollo de la enfermedad.1
La pesquisa activa es una acción diagnóstica que tiende a identificar el estado de salud individual en grupos de población a fin de establecer los factores de riesgo existentes y descubrir tempranamente la morbilidad oculta, con el objetivo de ser incluidos en programas para garantizar su seguimiento y atención continuada.2,3
La Facultad de Ciencias Médicas de Sagua la Grande en la región centro norte de la provincia de Villa Clara está adscrita a la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. En un primer momento, durante finales de marzo y el mes de abril del año 2020, los estudiantes de las carreras de ciencias médicas fueron ubicados en los dos policlínicos docentes del municipio y distribuidos por consultorios del médico y la enfermera de la familia; bajo la supervisión de profesionales de la salud y profesores de la facultad realizaron las pesquisas sin descuidar el trabajo independiente en las diferentes asignaturas. Los estudiantes de las ciencias médicas en su formación universitaria interiorizan las responsabilidades que la medicina implica, esto no solo se limita a la adquisición de conocimientos científicos y académicos, sino también a la adquisición de valores éticos, debido a que esta carrera se caracteriza por ser una profesión de servicio, claro ejemplo de la disposición que asumieron los estudiantes de las ciencias médicas a fin de combatir la COVID-19.
En este sentido, Vázquez González y Machado Rojas4 expresan que la pesquisa activa ha constituido una estrategia de prevención adoptada por el Ministerio de Salud Pública en medio de la situación epidemiológica actual, con resultados satisfactorios demostrados con su implementación. En este contexto se han desempeñado los estudiantes de ciencias médicas como principales agentes de dicha contienda y como parte del reordenamiento curricular del proceso docente-educativo.
La pesquisa se organizó en los policlínicos docentes “Mario Antonio Pérez” e “Idalberto Revuelta”, donde existía un puesto de mando con un grupo de profesores de la facultad. Se inició con estudiantes de primero a quinto año de las carreras de Medicina y Estomatología, primero y segundo de técnico superior de ciclo corto de la carrera de Enfermería y los diferentes perfiles de las Tecnologías de la Salud; en el mes de febrero se incorporaron los estudiantes de primer año de todas las carreras que residen en el municipio Sagua la Grande y se aumentó el número de viviendas a visitar.
Indiscutiblemente, la pesquisa activa en la lucha contra la COVID-19 ha desempeñado un papel primordial desde los primeros reportes de la enfermedad en Cuba. Los estudiantes de ciencias médicas de todo el país han llevado esta tarea con mucha responsabilidad, dejando atrás los miedos y la ansiedad. Durante este largo periodo han desarrollado, al unísono, el proceso docente educativo a distancia y las labores de pesquisa, llegando a los hogares del pueblo cubano con gran empeño y dedicación.5
Los antecedentes de la pesquisa activa en las acciones de lucha antivectorial han permitido concientizar a las personas, las familias comunidades sobre el valor de esta. Ante la Covid-19, el Programa del Médico y Enfermera de la Familia ha demostrado el eficiente rastreo de la cadena de contagios, contactos, sospechosos y control de foco.
No cabe duda de que la labor de pesquisa activa ha sido desarrollada en conjunto con profesionales de la salud, los cuales tienen entre sus tareas la supervisión y orientación de la actividad realizada por los estudiantes para optimizar los resultados. La literatura revisada evidencia el interés de los profesionales por perfeccionar la pesquisa activa, evidenciada en el acompañamiento a los estudiantes.6,7,8,9
Cada mañana, los estudiantes recolectaban datos referentes a la presencia de sintomatología, realizaban acciones de promoción de salud, al explicar las medidas y las adecuaciones en el comportamiento diario; además, identificaban las necesidades de atención en personas de avanzada edad o con discapacidad. Todas estas tareas fueron realizadas con ética, desinterés y cumpliendo las normas de protección con la aplicación de otras medidas como el uso obligatorio de las mascarillas, el distanciamiento social y el lavado de las manos.
Según por Proenza Fernández et al.,6) durante la pesquisa activa se consolidan conocimientos y se adquieren nuevos, principalmente en la anamnesis y en la relación médico-paciente-familia, eje principal del proceso salud-enfermedad. El conocimiento necesita de una actualización constante de bases confiables y adquiere mayor importancia en el contexto actual, en el que son necesarias herramientas cognoscitivas para enfrentar la COVID-19.