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Introducción
La formación del personal docente que labora en la Educación Técnica y Profesional (ETP), especialidad Agropecuaria, requiere de cambios para asumir las demandas de la sociedad cubana actual, ya que ninguna reforma daría resultados positivos, sin la participación activa de profesionales con los conocimientos necesarios que propicien la incorporación al mundo laboral de técnicos y obreros que den respuesta a los problemas que hoy se presentan en este sector de la producción. Ya que la función esencial de la escuela politécnica, es socializadora; no se trata solo de formar un buen trabajador, sino y sobre todo formar personas capaces de generar desarrollo y transformación social.
Resultados derivados del análisis de los planes de estudio por los que fueron formados los docentes de la ETP, especialidad Agropecuaria; anterior al Plan E, corroboran la carencia de herramientas pedagógicas y técnicas para la formación de profesionales y productores del sector estatal y no estatal, que se actualiza con el nuevo modelo implementado en la escuela politécnica cubana actual. Cumplir con este encargo requiere de transformaciones no sólo en el orden material de las escuelas politécnicas donde se forman las especialidades agropecuarias, sino en la aplicación de nuevas vías de formación continua en las docentes dirigidas al mejoramiento de su práctica pedagógica en cada contexto de actuación profesional.
En este sentido, la extensión agraria como forma particular de gestión del conocimiento constituye una respuesta a la creciente necesidad de atender a las expectativas de los productores en términos de información, construcción colectiva de conocimientos, y capacitación. Por esto, es necesario formar profesionales que posean habilidades para analizar las necesidades de los productores, promover dinámicas participativas de desarrollo rural, así como ofrecer las informaciones y tecnologías más adaptadas a las expectativas de estos.
Sin embargo en la literatura científica consultada no se han encontrado resultados dirigidos a la formación continua de docentes de la ETP, especialidad Agropecuaria donde se propicie la relación necesaria entre el contexto de actuación profesional y la extensión agraria en la contemporaneidad, según González & Abreu (2017), bajo diversas formas y con variada connotación, la atención a los trabajadores del sector no estatal y por cuenta propia se debe hacer presente ante la certeza de que una parte significativa de la población económicamente activa se desempeña y desempeñará en el futuro en este sector, aspecto de trascendental importancia en la Cuba actual, sin desconocer el impacto del contexto socioeconómico internacional, al cual no escapa el país.
Estas circunstancias obligan a reforzar, revitalizar, tecnificar y hacer competitivamente productivo al sector agropecuario, además justifica la necesidad de incorporar en la formación continua de los docentes, especialidad Agropecuaria acciones que propicien el desarrollo de la extensión agraria, acorde a las actuales exigencias sociales, siendo así esta investigación tiene como objetivo formar en extensión agraria y su relación con el contexto de actuación profesional al docente de la ETP, especialidad Agropecuaria.
Desarrollo
Las raíces históricas de la extensión agraria se remontan a los Siglos XVI y XVII, cuando se inició el movimiento para dirigir la educación hacia la satisfacción de las necesidades de la vida y la aplicación de la ciencia a la práctica social. Sin embargo, el empleo del término nació en Inglaterra 1886 con un sistema de extensión agraria que fue adoptado por las universidades de Cambridge y Oxford y posteriormente por otros centros de dicho país y otros del viejo continente. En América Latina y el Caribe tuvo su inicio en la primera mitad del pasado siglo. En Cuba de manera particular a finales del año 90 del siglo XX, y no es hasta los inicios del siglo XXI que se implementa el sistema de extensión agraria.
En la contemporaneidad la extensión agraria constituye un tema de investigación para autores extranjeros y nacionales, quienes le atribuyen gran importancia en el campo de las ciencias agropecuarias. Tales autores son: Freire (1996); Van den Ban & Hawkins (2000); Lacki & Marcerano (2002); Aguilar, et al. (2005); Rivera (2008); Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (2010); Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (2018), que coinciden en que la extensión agraria es un servicio de fines múltiples, de asesoramiento educacional y técnico destinado a lograr el desarrollo agropecuario en diferentes contextos.
El estudio realizado de las definiciones dadas por diferentes investigadores, tanto del ámbito internacional como nacional, acerca de extensión agraria, permite identificar las siguientes regularidades; los autores señalados la consideran un proceso de generación de conocimientos a partir de la investigación, que representa acompañamiento técnico a los productores, y supone el uso consciente de la comunicación y la información, para promover la identificación y solución a los problemas de la producción agropecuaria.
De este análisis los autores asumen la extensión agraria como un proceso en el que el docente, especialidad Agropecuaria con el empleo de conocimientos científico-técnicos y pedagógicos, participa en la formación de los estudiantes de la ETP, así como ofrece asesoría y acompañamiento técnico al personal que labora en el sector agropecuario desde una perspectiva sistémica e intencional sobre la base de una formación científica ajustada a la realidad de este sector de la producción para el que se forman profesionales en las especialidades agropecuarias.
La formación en extensión agraria del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria constituye un elemento clave para que lleguen de manera más efectiva los resultados obtenidos en la investigación a la práctica social, además ello constituye una vía para la socialización e introducción de resultados científicos en cada contexto de actuación profesional.
Cárdenas, et al. (2006), proponen las funciones para la extensión agraria en la que deben ser formados los docentes y entre ellas se encuentran:
Conocer los resultados y tecnologías nuevos, tanto nacionales como internacionales, y los problemas productivos de los territorios.
Asesorar técnicamente al productor y promover una mejor vinculación de estos con los centros de investigación.
Orientar y capacitar a los productores para incrementar su capacidad de autogestión, en relación con las políticas y estrategias trazadas por el organismo y el estado.
Establecer los métodos y medios para lograr un eficiente sistema de comunicación tanto con el sector académico como con los productores para retroalimentar a todas las instancias que participan.
Proponer cambios que contribuyan a lograr mayor eficiencia operativa y económica del proceso productivo.
Utilizar métodos de investigación participativa que le permita a los productores desarrollar sus potencialidades y mejorar el proceso de adopción de nuevas tecnologías.
Realizar estudios de diagnóstico en las explotaciones agropecuarias y forestales.
Promover y organizar la celebración de eventos con los productores tales como talleres técnicos, ferias, exposiciones, demostraciones y días de campo.
Identificar productores de avanzada y utilizarlos como una de las vías de difusión y conocimientos científicos - técnicos.
En la actualidad se presta especial atención a la actividad del extensionista, lo cual está condicionado a nivel internacional, nacional y local por la necesidad que tienen los profesionales que se desempeñan como docentes de la ETP, especialidad Agropecuaria de adquirir conocimientos, habilidades y valores en esta rama del saber y potenciar su práctica pedagógica para cumplir su encargo social con mayor pertinencia.
El docente de la ETP, especialidad Agropecuaria no fue formado desde el pregrado en extensión agraria, se hace necesario en la formación continua dotarlo de conocimientos relacionados con las generalidades de la extensión agraria, la comunicación, la transferencia tecnológica, la relación entre extensión agraria y el contexto de actuación profesional, donde la formación de estos conocimientos se materialicen en habilidades tales como caracterizar la extensión agraria, explicar tecnologías de la producción agropecuaria, identificar problemas de la producción agropecuaria y socializar propuestas creativas de soluciones a los problemas identificados en cada contexto.
Con la adecuada formación de estos conocimientos y habilidades en el docente de la ETP, especialidad Agropecuaria se aspira contribuir a, fomentar la sensibilidad humana traducida en valores profesionales declarados para el docente de la especialidad Agropecuaria y aplicar medidas adecuadas de protección, seguridad y salud laboral sobre la base de la legislación laboral y ambiental vigente.
En las investigaciones consultadas no siempre conciben la inclusión del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria para asumir esta actividad y desde la formación continua actualizarlo en los adelantos científicos y técnicos que están teniendo lugar a nivel internacional y de manera particular en el país y en cada territorio referidos a extensión agraria; donde toma un papel preponderante la formación continua de este docente para cumplir con su encargo social.
En Cuba los principales desafíos a enfrentar por la ETP en el marco del proceso de perfeccionamiento del sistema nacional de educación abarcan, en particular, la materialización de su función dinamizadora en el desarrollo socioeconómico del país, la formación profesional de nivel medio, la formación de profesionales vinculados a los diferentes sectores de la producción y los servicios, así como la formación de profesores de nivel medio superior en y para las escuelas politécnicas (González & Abreu, 2017).
Los docentes de la ETP, especialidad Agropecuaria de la escuela politécnica desempeñan un papel importante en la formación del profesional que labora en el sector agropecuario cubano, donde no se trata de propiciar acumulación de conocimientos a quienes no los poseen, sino contribuir con cambios en los modos de actuación individuales y colectivos de ellos, de forma que sobre la base del diagnóstico de las problemáticas que enfrentan en su labor diaria, tomen decisiones acertadas y transformen su realidad. Ante tales retos el docente debe ser formado desde el posgrado de manera continua.
A criterio de los autores la labor del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria radica en propiciar una formación cercana a la realidad, con conocimientos, habilidades y valores pertinentes y funcionales a las necesidades laborales y productivas que caracterizan cada contexto de actuación profesional, porque asume la responsabilidad de retroalimentación y transferencia de tecnología, mejora la forma de vida del sector agrario, contribuye a organizar el intercambio de experiencias, conocimientos e información en este profesional dirigido a innovar, generar ideas, propiciar la interacción entre los productores y presentar soluciones a los problemas que se presentan en su labor. Sin embargo, no se han encontrado investigaciones hasta el momento que fundamenten la extensión agraria en relación con el contexto de actuación profesional del docente, especialidad Agropecuaria.
En esta investigación el término contexto, cobra un significado particular, si se toma en consideración que es el lugar donde el docente de la ETP, especialidad Agropecuaria realiza su práctica pedagógica, y que sale del entorno de la escuela politécnica hasta la entidad laboral.
Según Mitjáns (1994), el contexto constituye en sí mismo un macrosistema de elementos e interrelaciones dinámicas que influye y, en muchos casos, condiciona las distintas formas de actividad humana que en él se desarrollan. A su vez, formas particulares de actividad imprimen su sello y, en algunos casos, modifican esencialmente el contexto social.
El docente de la ETP, especialidad Agropecuaria en su interrelación con los estudiantes en formación debe potenciar las vivencias de los individuos, las tradiciones sociales y los recursos materiales que poseen en cada contexto de actuación profesional, para incentivar y propiciar los cambios deseados en el entorno, ya que estos no han de entenderse como algo definitivamente dado, sino que se construyen dinámicamente, con la actividad de los sujetos.
Otros resultados científicos (Rueda, et al., 2014; Kreimerman, 2017; Neffa, 2017) aseveran que el contexto es utilizado desde distintas disciplinas y aproximaciones teóricas, y si bien alude constantemente al entorno, en algunas investigaciones se refiere a condiciones y elementos que de forma inmediata rodean a los actores sociales.
Al ser consecuente con lo anterior el docente de la ETP, especialidad Agropecuaria en la labor de extensión agraria resulta pertinente que tome en cuenta el contexto de actuación profesional inmediato donde los profesionales en formación se desempeñan o desempeñarán una vez que egresen de este nivel educacional, así como las condiciones e influencias que impactan en su práctica pedagógica. Desde esta perspectiva es evidente que el contexto de actuación profesional influye directamente en la determinación de los conocimientos, habilidades y valores que serán tomados en cuenta en la formación continua de este docente en extensión agraria.
Tiana (2012), concibe como indispensable tomar en cuenta las condiciones socioeconómicas y culturales, el contexto familiar y social en que el docente realiza su práctica pedagógica, las características institucionales y el efecto que ejerce la comunidad educativa en su conjunto.
En relación al contexto Sánchez & Jara (2016), consideran que al enfrentar situaciones dotadas de complejidad, inestabilidad y demandas crecientes les permite, al docente en formación, comprender la verdadera trama del trabajo docente, con una fuerte interpelación del sujeto respecto a lo que este es, sabe y hace.
En la investigación se considera el contexto de actuación profesional como el espacio que permite la actuación del sujeto en relación con el objeto de la profesión donde se establecen relaciones entre él y la extensión agraria mediante la comunicación y la transferencia tecnológica en correspondencia con entornos cambiantes, resultado de las condiciones bióticas y abióticas diversas con las que interactúa el docente.
De lo anteriormente planteado y al considerar la extensión agraria como el proceso donde el docente de la ETP, especialidad Agropecuaria se incorpora durante su práctica pedagógica, resulta un aspecto en el cual debe ser formado para motivar y formar al productor y todos los que participen en este proceso, para actuar de manera apropiada en la solución de problemas en cada contexto de actuación profesional. Se reconoce que una adecuada relación extensionista-profesional en formación conduce al cambio en los modos de actuación de este sector de la población. Aspectos que aún no han sido incorporados desde la teoría a la formación continua del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria.
Según Lacki & Marcenaro (2002), para obtener en la extensión un resultado exitoso, el extensionista debe ser capaz de ayudar a solucionar los problemas de los agricultores que forma desde el pregrado o el posgrado, con los recursos que están disponibles en sus contextos y no con aportaciones externas, de manera que su acción esté enfocada a lograr que las propias familias y comunidades rurales adquieran la voluntad y posibilidad de tomar en sus propias manos la erradicación de sus ineficiencias y la solución de sus problemas; ello confirma la necesidad de que se establezca una relación sistémica e intencional entre la extensión agraria y cada contexto de actuación profesional, aspecto débilmente tratado en la bibliografía consultada.
Al respecto se considera que la formación continua del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria en la actualidad aún no responde a las necesidades institucionales e individuales para cada contexto, sino predominan acciones formativas aisladas y particulares, no siempre se conciben como un proceso que, partiendo de la determinación de las necesidades de formación, se planifica y orienta en función de estas.
Gómez (2017), reconoce la manera en que se precisa y combina la formación continua para favorecer el tránsito por la apropiación, profundización y consolidación de los contenidos de ella, cuya estructura y funcionamiento propicia la proyección de acciones teniendo en cuenta las exigencias de la sociedad y del Ministerio de Educación (MINED).
La presente investigación considera que desde una perspectiva sistémica la formación continua del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria requiere como condición que se interrelacionen las etapas de la formación en sí misma, sobre la base de las posibilidades y necesidades de los docentes en función de las demandas profesionales y sociales, lo que posibilita cambios en su práctica pedagógica. En tal sentido, se concede particular importancia a la relación que en la formación del docente en extensión agraria debe establecerse con el contexto de actuación profesional para contribuir a su transformación.
La perspectiva intencional de la formación continua del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria se expresa en su concepción sobre la base de las necesidades de formación tomando en cuenta el contexto donde este despliega su práctica pedagógica y de ahí se establecen las alternativas formativas requeridas para transformar los conocimientos, habilidades y valores del docente en extensión agraria, como parte de su formación.
En tal sentido el extensionista para Russo (2013), se percibe como la persona que coordina, comparte información y capacita a individuos o grupos en las comunidades rurales. A decir de Salguero, et al. (2018), el extensionista antes que un especialista en materias técnicas es un acompañante de actores productivos en sus lecturas, interpretaciones y acciones frente a las señales de los contextos de actuación profesional, lo que para la autora de la actual investigación es función del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria.
Al ser consecuente con lo anterior la formación continua del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria para incorporar a su práctica pedagógica la labor de extensión agraria, debe poseer un carácter activo e integrar la extensión agraria a aspectos relacionados fundamentalmente con la transferencia tecnológica con un marcado enfoque sociológico.
De manera particular la delimitación de la extensión agraria para la formación continua del docente, especialidad Agropecuaria proporciona un saber que permite encaminar a los docentes hacia la reflexión para intervenir profesionalmente en la diversidad del contexto de actuación profesional donde estos se desempeñan.
El contexto de actuación profesional del docente, especialidad Agropecuaria está constituido por componentes bióticos (el hombre, los animales y las plantas) y por componentes abióticos (el clima, el factor edafológico y el fisiográfico) que al establecerse relaciones entre ellos propician las producciones agropecuarias. Aspecto significativo, ya que si el docente no se forma para tal complejidad pueden los profesionales que egresan de este nivel educacional no dar respuestas certeras a las exigencias contemporáneas con pertinencia y ocasionar daños económicos, sociales y ambientales.
Por su parte Núñez (2016), asevera que el término relación es la acción o efecto de un hecho o una cosa con cierto fin, además se refiere a la conexión o correspondencia de una cosa con otra; por tanto, las relaciones se sustentan en la búsqueda de la coherencia, conexiones, vínculos, en las cuales la participación no se restringe a las funciones que se les asignan a los docentes, sino tiende a enriquecer las acciones dentro de estas a partir de un objetivo común, que oriente la toma de decisiones acerca de cómo interviene cada uno y los nexos que se establecen entre ellos.
Sobre la base del estudio realizado se ratifica en la actual investigación que las relaciones en los contextos de actuación profesional, pueden perfeccionarse a partir del empleo de recursos y capacidades disponibles en cada escenario, en acciones que den respuesta a la extensión agraria, una vez que se determinen las posibilidades y necesidades formativas del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria.
En el orden de la epistemología pedagógica resulta inevitable abordar la relación necesaria del contexto de actuación profesional con la extensión agraria, vista desde las relaciones que deben establecerse docente-docente, docente-estudiante, docente-productor, docente-entidad laboral y docente-comunidad, para disminuir la distancia entre las necesidades manifiestas en cada contexto de actuación profesional y la formación del docente.
Estas relaciones se consolidan en cada contexto de actuación profesional como proceso y como resultado:
Como proceso: al determinar las posibilidades y necesidades de formación en extensión agraria y su relación con el contexto de actuación profesional del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria y al proyectar sobre la base de estas la formación continua para dar respuesta a las exigencias sociales a este nivel educacional.
Como resultado. A partir de la adquisición de conocimientos, habilidades y valores en extensión agraria que propicien cambios pertinentes en el contexto de actuación profesional del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria.
Por lo anteriormente expresado estas relaciones constituyen en el marco de la presente investigación una exigencia para lograr la formación en extensión agraria del docente en relación con el contexto de actuación profesional, pues:
La relación docente-docente adquiere valor toda vez que en la extensión agraria se utilicen las experiencias y vivencias profesionales de los docentes de la ETP, especialidad Agropecuaria, así como, que de la interacción entre estos surjan nuevas ideas para la realización de su función social acorde con el desarrollo científico-técnico y con las demandas de cada contexto a este profesional.
La relación docente-estudiante requiere que desde la formación del pregrado se establezca una comunicación que permita la asimilación por parte de los estudiantes de conocimientos, habilidades y valores para dar respuesta a las exigencias del contexto para el cual está siendo formado.
La relación docente-productor alcanza una connotación importante, al considerar que el docente de la ETP posee habilidades comunicativas que deben ser potenciadas durante la formación continua, en la búsqueda de métodos que le propicien el logro acertado de la tarea que realiza en cada contexto de actuación profesional. Sobre la base de la diversidad de los recursos humanos que forma, ellos pueden variar desde profesionales con formación agropecuaria o de otra rama del saber, hasta personas con bajo nivel de escolaridad y sin ninguna experiencia en la producción agropecuaria.
La relación docente-entidad laboral debe darse a partir de la transferencia tecnológica, en primer lugar, en función de las necesidades que pueda originarse en cada contexto de actuación profesional y en segundo lugar sobre la base de los resultados científicos que precisen ser socializados en aras de mejorar las producciones en los ecosistemas agropecuarios.
La relación docente-comunidad estará dirigida de manera intencionada a propiciar espacios, donde los productores socialicen sus experiencias positivas con énfasis en aquellas que puedan ser implementadas por los miembros de la comunidad en pequeñas parcelas familiares, con recursos locales y de fácil acceso.
La relación de la extensión agraria con el contexto de actuación profesional constituye una exigencia, de ella dependen los resultados de la formación que el docente realiza y la contribución a la mejora de las dificultades que en la actualidad ostenta la extensión agraria, ajustada a cada contexto de actuación profesional al tomar en cuenta los adelantos de la ciencia y la técnica en cada territorio, pues no sería conveniente incorporar a la formación del docente prácticas poco empleadas en el entorno donde despliega su labor; esta debe responder a necesidades reales.
En la bibliografía consultada se encuentran referencias a las relaciones entre los componentes bióticos y abióticos del contexto de actuación profesional del docente; sin embargo, no se encontraron autores que trabajen las relaciones que se establecen entre los docentes entre sí, de ellos con la entidad laboral y la comunidad, relaciones indispensables para la extensión agraria.
En tal sentido, se precisa dotar desde la formación continua a este profesional de la ETP de conocimientos, habilidades y valores que favorezcan la aceptación por los profesionales en formación de los temas tratados, que los ayude a ser creativos, encontrar soluciones a los problemas con los recursos disponibles, que resulten creíbles y aceptadas sus sugerencias. Se trata, así, de una formación continua que propicie el cambio esperado en este profesional.
Resulta necesario que el docente de la ETP y de manera particular en la especialidad Agropecuaria durante la formación continua se apropie de la esencia de la extensión agraria ajustada a cada contexto de actuación profesional, desde una perspectiva sistémica e intencional que le propicie realizar una práctica pedagógica, en función de lograr que los profesionales se apropien de tecnologías que hagan más eficiente la labor que realizan y se desarrollen integralmente como ciudadanos comprometidos con la sociedad, en correspondencia con las exigencias sociales actuales.
Conclusiones
El estudio realizado posibilitó enunciar la relación que se establece entre la extensión agraria con el contexto de actuación profesional y determinar como sujetos de dicha relación la que se establece entre docente-docente, docente-estudiante, docente-productor, docente-entidad laboral y docente-comunidad, de esta forma se articula la formación continua del docente de la ETP, especialidad Agropecuaria con las exigencias sociales a este nivel educacional.
