Introducción
El término violencia ha constituido parte significativa de las diferentes sociedades, familias e individuos desde los albores de la historia de la humanidad hasta nuestros días.1 Es uno de los principales motivos de preocupación para la sociedad mundial actual al ser una de las principales causas de muerte, incapacidad y años de vida útil potencialmente perdidos.2
Entre las diversas definiciones que se le atribuyen al constructo violencia intrafamiliar está aquella que la considera como toda acción u omisión cometida en el seno de la familia por uno o varios de sus miembros, que de forma permanente ocasiona daño físico, psicológico o sexual a otros de sus miembros, que menoscabe su integridad y cause un serio daño a su personalidad y/o a la estabilidad familiar; estas incluyen: traumatismos físicos, agresiones psicológicas y abusos sexuales, falta de cobertura de las necesidades para la vida y desarrollo normales (alimentos, ropa, protección, comunicación, autoaceptación, vivienda), explotación sexual o social.2-5
La violencia intrafamiliar aparece con mayor frecuencia de lo que se supone. Se estima que cada año entre 133-275 millones de adolescentes están expuestos a violencia doméstica en el mundo. Se calcula que en países como Polonia, cada año, alrededor de 200 000 niños y adolescentes padecen maltrato y un 4 % muere por esta causa. En España se han realizado múltiples encuestas relacionadas con el maltrato a los adolescentes, por lo que existe una prevalencia en estudios epidemiológicos (4,5 % a 21 %) y en estudios de población clínica (6 % a 48 %).6,7
En América Latina y el Caribe cerca de 6 millones de adolescentes sufren agresiones físicas severas y 80 000 mueren cada año.8-12 En México la encuesta aplicada para conocer sobre el maltrato a los adolescentes y sus factores asociados reportó una prevalencia entre el 16 y el 20 % respectivamente, fueron el maltrato físico y el emocional, los más frecuentes.13-16
Cuba no está exenta de contar con esta problemática descrita a nivel mundial, aunque existen escasos estudios publicados sobre el tema, se pueden citar algunos que tratan este asunto en cuestión, tal es el caso de la investigación realizada por González JM y col. en el año 2018, donde el 93,7 % de los jóvenes estudiados recibieron algún tipo de maltrato. Por su parte, Román I y cols. en un estudio realizado en Bayamo plantean que por tramos de edad, el grupo donde la incidencia de agravio es mayor, es el de los menores de 13 años. Dueñas J en su investigación: Violencia intrafamiliar: un análisis desde la psicología humanista publicado en la Revista del Hospital Psiquiátrico de La Habana también aborda esta problemática.17-19 Sin embargo, el Anuario Estadístico Nacional de Salud del año 2015, no registra el maltrato a niños y adolescentes en ninguna de sus expresiones.
La provincia Cienfuegos muestra una situación similar al resto del país. En las instituciones de salud pertinentes no existen registros estadísticos que evidencien la magnitud del fenómeno y existen escasas publicaciones relacionadas con el tema en los últimos cinco años. El insuficiente estudio de la violencia intrafamiliar directa percibida por los adolescentes, constituye hoy un problema que genera vacío en la información y el conocimiento, motivo por el cual se hace necesario realizar estudios como el actual, que permitan conocer la situación real del fenómeno en el contexto provincial y así las entidades encargadas de garantizar la salud integral de los adolescentes puedan diseñar un sistema adecuado que se dedique al diagnóstico y atención de los jóvenes maltratados por sus familias.
El objetivo de este trabajo es: determinar la percepción que tienen los adolescentes de violencia intrafamiliar directa.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal en la escuela secundaria básica urbana (ESBU) Frank País García del municipio Cienfuegos desde el 1ro de septiembre del 2015 hasta el 30 de junio del 2016. Participaron todos los estudiantes entre 13 y 14 años de edad, que sus padres o tutores dieron su consentimiento expreso para ser parte del estudio y que cursaban el octavo grado, por lo que el universo estuvo constituido por un total de 218 adolescentes. Del universo antes definido se seleccionaron al azar, 4 de los 6 grupos que conformaban el 8vo grado, escogiéndose la totalidad de los alumnos de esos grupos, para un total de 145 estudiantes. Muestreo por conglomerado en el espacio.
Para la realización de la investigación se realizaron los siguientes procedimientos:
Se le pidió la autorización por escrito al director de la escuela para realizar el estudio.
La autora del trabajo, con el jefe de grado y profesores guías del año académico en análisis seleccionaron aleatoriamente (método de la lotería), cuatro de los seis grupos que conformaban el 8vo grado.
Se convocó la reunión de padres de los grupos escogidos para obtener el consentimiento informado de padres o tutores, dejando explícito que todos los datos obtenidos serían utilizados de forma confidencial y totalmente anónima con fines investigativos.
La autora del trabajo, en conjunto con los profesores guías, aplicaron el cuestionario confeccionado al efecto a la totalidad de los de cada grupo seleccionado, de manera simultánea en salones contiguos.
Las variables estudiadas fueron: percepción de la violencia familiar según sus tipologías, sexo, tipos de familias según número de miembros y ontogénesis, victimario y percepción del funcionamiento familiar.
La recolección de la información se realizó por medio del cuestionario confeccionado por la autora de la investigación y un conjunto de expertos del tema en estudio de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos.
Los datos obtenidos en la aplicación del cuestionario se analizaron cuantitativamente, se calificaron las respuestas y anotaron en el formulario dispuesto para ello, con la utilización del software estadístico SPSS versión 15,0 se confeccionó una base de datos que permitió el procesamiento y análisis de la información. Se emplearon los procedimientos de la estadística descriptiva, el estadígrafo Chi cuadrado, el grado de libertad (gl) y el valor p 0.05, en aquellas variables que estadísticamente daban esa posibilidad. Se confeccionaron las tablas de resultados expresados en números y porcientos. Los gráficos estadísticos se utilizarán en la defensa de la investigación.
Resultados
Según tipología, la violencia más frecuentefue la psicológica con 75 adolescentes para un 65,8 %, seguida en orden de frecuencia por la violencia por negligencia o abandono y la física con un 39,5 y 34,3 % respectivamente. (Tabla 1).
Las frecuencias absolutas y relativas de la percepción de la violencia tanto para la psicológica como para la física son similares en ambos sexos. Se encontró diferencia en la ubicación de las posiciones según tipos de violencia. Las féminas colocaron en segundo lugar la negligencia o abandono y los varones a la violencia física, fue evidente que la tipología negligencia y abandono marcó la diferencia, fue la única variable con significación estadística. (Tabla 2).
Al relacionar los tipos de violencia intrafamiliar directa según victimario, los adolescentes percibieron a la madre como la principal figura que comete actos violentos en todas sus expresiones, predominó la violencia psicológica seguida por la negligencia o abandono y la física. Existe similitud en el comportamiento de los tipos de violencia descritos para el resto de los victimarios. El análisis estadístico, se realizó para la categoría madre, en relación con otros miembros en cada tipo de violencia, siendo altamente significativo. (Tabla 3).
A continuación se muestra la relación existente entre la percepción de los adolescentes de la violencia intrafamiliar directa según sus tipos y tamaño de la familia. La violencia psicológica fue la más percibida por los adolescentes en los tres tipos, predominó en la familia grande con un 83,3 %, seguida por la de tipo mediana y pequeña para un 70,4 % y 50,4 % respectivamente. También corresponde a las familias con mayor número de miembros, la ocurrencia de los mayores porcentajes de violencia física y por negligencia o abandono (50,0 % para ambos). Los resultados del análisis estadístico fueron altamente significativos para la violencia psicológica. (Tabla 4).
Al analizar los tipos de violencia intrafamiliar directa según ontogénesis de la familia, se observó que en la familia ampliada concurren con mayor frecuencia todos los tipos de violencia, y que la psicológica fue la más percibida por los adolescentes en todos los tipos de familia. El análisis estadístico de esta variable fue no significativo, sin embargo, los resultados numéricos y porcentuales mostraron valores de importancia que la autora los toma como referencia. (Tabla 5).
Se constató que todos los tipos de violencia intrafamiliar directa fueron más frecuentes en familias disfuncionales, teniendo en orden de frecuencia la psicológica, la física y por negligencia o abandono para un 94,4 %, 83,3 % y un 50,0 % respectivamente. En las familias funcionales y moderadamente funcionales, la violencia psicológica fue la más percibida por los adolescentes. El análisis estadístico tomó como referencia a las familias disfuncionales, siendo altamente significativas para la violencia psicológica, muy significativa para la física y no significativa para la negligencia o abandono. (Tabla 6).
Discusión
Existen múltiples criterios en cuanto al tipo de violencia intrafamiliar percibida por adolescentes a nivel mundial. Varios estudios aseveran que la violencia física, la sexual y por negligencia o abandono, son las más frecuentes, mientras que otros publican la prevalencia de la violencia psicológica.20
No se corresponden con los resultados encontrados en el actual estudio, las investigaciones realizadas por Urrusuno Carvajal, que reflejan con mayor frecuencia la violencia sexual y física. Otro estudio realizado en el Centro Reina Sofía, constató que 11,148 menores percibían malos tratos en el ámbito familiar y que de ellos el 86,37 % percibían negligencia, el 35,38 % maltrato psicológico, el 19,9 % físico y el 3,55 % alegaba abusos sexuales. Estudios realizados en España durante 5 años, expresan que de cada 10 niños que perciben la violencia familiar, 9 aprecian maltrato físico, 4 maltrato físico-psicológico y 2 maltrato psicológico.21-23
En correspondencia con los resultados de la actual investigación, se encuentra la realizada en México por Santana Tavira y cols.que describen que alrededor de 81,2 % de los niños estudiados percibían violencia psicológica.24
En el contexto nacional existen publicaciones que concuerdan con los resultados encontrados, tal es el caso del realizado por Torres Triana y cols. en la provincia Matanzas, donde la totalidad de los adolescentes investigados percibían maltrato psicológico. Otro estudio realizado por Arias C en el municipio Playa, determinó la existencia de violencia psicológica en un 40 % de las 100 familias objeto del estudio, seguido de la violencia física en un 34 %. Por su parte, Carulo Núñez y cols.planteanque los tipos de violencia que más perciben los adolescentes fueron en orden de frecuencia, la psicológica con 37 encuestados (74 %), seguida de la física 13 (26 %), no se evidenció la violencia sexual en la muestra estudiada.25-27
Estudiosos del tema de la violencia intrafamiliar, señalan que los estilos de resolutividad de los conflictos en la pareja se reeditan a los miembros de la familia y es el primer factor de riesgo para que los padres reimpriman los estilos violentos hacia los hijos. Hay un interflujo entre la dinámica de la relación de la pareja y los métodos de interrelación intersubjetivos padres-hijos.
La autora de la actual investigación considera que el contexto sociocultural donde se desarrollan los niños y adolescentes, guarda una estrecha relación con la percepción que ellos tienen de los diferentes tipos de violencia. En el ámbito internacional se reportan con mayor frecuencia la violencia física y sexual al existir un alto nivel de homicidio, pandillismo infantil y juvenil, prostitución, abuso sexual y pornografía, sin embargo, en Cuba al existir mayor acceso a la educación, a los servicios de salud y a los medios de información, los adolescentes están en capacidad de identificar y expresar cuándo son objeto de formas de violencia que tienen implícito un grado mayor de subjetividad (psicológica - negligencia) de hecho, la mayor cantidad de autores, coinciden en asegurar que el maltrato físico y el abuso sexual, están precedidos, generalmente, de una cadena de malos tratos psicológicos y/o negligencia.
El término percepción de la violencia intrafamiliar según sexo es un tanto controversial. Estudios realizados en México concuerdan con los resultados encontrados en la actual investigación, que reportan cifras similares de percepción de violencia intrafamiliar para ambos sexos.28,29
Investigaciones realizadas por Carulo Núñez y cols. concuerdan con los resultados encontrados en el presente estudio, ya que citan en primer lugar la percepción de la violencia psicológica y física de manera similar para ambos sexos, mientras que por negligencia y abandono fue percibida por las féminas mayoritariamente.27
Por el contrario, Jiménez Macías encontró en su investigación que el sexo femenino percibe con mayor frecuencia el maltrato por su familia en todos los tipos de violencia.30
La autora de esta investigación considera que el ser humano, tiene condicionantes para percibir la violencia independientemente de cuál sea el sexo, y que la familia en el proceso de socialización coloca su impronta en la apropiación de cosmovisiones, conductas y relaciones que se corresponden con los arquetipos o modelo de la femenino y lo masculino.
La educación sexista genera significados y vivencias desiguales, lo que justifica que las hembras, debido a sus atributos, a los factores relacionados con el género, se consideren ser más sensibles y que generalmente pasan más tiempo en el hogar, pueden percibir con mayor agudeza aquellas expresiones de maltrato dependientes de la subjetividad (negligencia o abandono).
Similares resultados a los del actual, se muestran en investigaciones realizadas a nivel internacional, tal es el caso del estudio observacional realizado en los EE.UU., donde los adolescentes identifican a las madres como las principales generadoras de violencia. Por su parte en la capital brasilera, se realizó estudio sobre maltrato infantil directo, evidenciándose que el 68,7 % de los menores estudiados, perciben a las madres como las principales causantes de violencia intrafamiliar.31,32
Concuerdan con los resultados de la actual investigación, publicaciones realizadas por Jacomino F y cols. y un estudio realizado en Santiago de Cuba, que describen que los adolescentes perciben a las madres como principal victimario y que en muchas ocasiones las madres para trasmitir un consejo, un regaño o simplemente dialogar, lo realizan con gritos ofensivos, desprecios y amenazas verbales como formas de expresión de la violencia psicológica.33
En el estudio ¨Particularidades psicológicas de adolescentes en la escuela que conviven con violencia física intrafamiliar¨, en el municipio Lajas, en la provincia Cienfuegos, también mostró a la madre como principal victimario en las manifestaciones violentas.34
En la práctica cotidiana se ha comprobado que las madres implementan con mayor frecuencia las estrategias disciplinarias concretas. La autora, aunque considera que los factores asociados a estas conductas violentas son diversos, lo explica, sobre todo a partir de que, la madre como figura parental, es la mayor involucrada en el manejo y cuidado de los hijos, con la consiguiente sobrecarga emocional que esto conlleva.
Reportes realizados en México, reflejan que, en relación al tamaño de las familias, entre el 39 y 50 % de los adolescentes que perciben violencia, conviven con sus padres, abuelos y tres hermanos o más y que entre el 28 y 37 % es con sus padres y 2 hermanos, lo que demuestra que los adolescentes que viven en familias grandes y medianas, perciben con mayor frecuencia la violencia intrafamiliar.29
Estudios publicados por Martínez Almodóvar y cols. aseveran que los adolescentes que conviven en familias grandes, presentan una mayor probabilidad de ser violentados por algún miembro de la familia, ya que con mayor frecuencia aparecen las inconformidades, conflictos, desacuerdos y la violencia intrafamiliar por la acumulación de tensiones, que afectan la calidad de las relaciones interpersonales.35
La autora de la investigación considera que en las familias grandes existe un mayor número de conflictos personales no resueltos, tensiones familiares que conllevan a la pérdida de la comprensión, el diálogo y la estructura familiar, lo cual va formando una madeja de situaciones que generan violencia, por lo que constituyen los adolescentes dentro del seno familiar, el punto más vulnerable para recibirla.
Estudios realizados en México, mostraron que la totalidad de las familias ampliadas presentaron manifestaciones de violencia intrafamiliar, situación que hace plantear que los adolescentes que convivían en familias numerosas, eran tres veces más violentados por algún miembro de su familia, siendo el maltrato psicológico el tipo de violencia más frecuente. Estudio realizado por El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) (por sus siglas en inglés), mostró una proporción elevada de violencia psicológica en países como EUA, Chile y Filipinas (85,0 %, 84,0 %, 82,0 %, respectivamente).24,36
En concordancia con los resultados obtenidos en el actual trabajo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reportó que el 100 % de los adolescentes que vivían en las familias ampliadas manifestaron violencia psicológica, lo cual guardó relación con la composición de las familias, unidad de ellas y la presencia de conflictos intergeneracionales.37
En Cuba, un estudio realizado por Robaina SG, concuerda con los resultados de la actual investigación, ya que el 53,9 % de los adolescentes que integraban las familias ampliadas, percibieron con mayor frecuencia violencia psicológica y el 35,3 % de ellos percibieron violencia por negligencia o abandono.38
La autora de esta investigación considera, que los adolescentes que conviven en familias ampliadas son más propensos a percibir el maltrato, porque en muchas ocasiones se encuentra afectada la dinámica por aumento del estrés, pérdida de los límites y de la comunicación. Publicaciones realizadas en México, visualizan la violencia intrafamiliar hacia adolescentes como un problema de salud, y destacan que el 76,0 % de los que perciben violencia, procedían de un medio familiar disfuncional con una carencia afectiva, fue la violencia psicológica la más frecuente.24,29
Otro estudio realizado por Arias C, determinó que en el 90 % de las familias disfuncionales, se cometía algún tipo de abuso contra los adolescentes, estando presente la violencia psicológica en un 40 % de las 100 familias objeto del estudio, seguido de la violencia física en un 34 % de ellas.26
La salud familiar está determinada por su funcionamiento efectivo como una unidad biopsicosocial. Los miembros de familias disfuncionales, no pueden expresar con libertad sus sentimientos negativos, no identifican sus problemas y no son capaces de enfrentar las crisis, la comunicación no se realiza con claridad, el desarrollo individual es limitado, existe confusión de los roles y la unión no es productiva, lo cual explicaría porqué los adolescentes que conviven en familias disfuncionales perciben con mayor frecuencia que son objeto de violencia intrafamiliar.34
La autora de la investigación concuerda con lo expresado anteriormente y considera que el funcionamiento familiar es de vital importancia en la formación de la personalidad del adolescente, y que en correspondencia con el medio violento o no en el que se desarrolle, será su posterior comportamiento en las relaciones con sus coetáneos, la familia y la sociedad.