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Cuando en el año 1995 el Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas decidió que el uso intensivo de las tecnologías de la información era el único camino para mantener la continuidad de nuestras revistas científicas, nunca imaginamos que Cuba sería entonces uno de los primeros países en Latinoamérica en adoptar el modelo de acceso abierto a la información como una política.
Ha transcurrido mucho tiempo desde entonces, y lo que surgió como una iniciativa para dar continuidad a nuestro programa de publicaciones científicas y ampliar su visibilidad y accesibilidad nacional e internacional, hoy es todo un movimiento que cobra cada día más fuerza. En este contexto surgió en el año 1998 el proyecto de la Biblioteca Científica Electrónica en Línea (SciELO, por sus siglas en inglés) que -además de proponerse aumentar el prestigio, la credibilidad y la visibilidad de la ciencia latinoamericana- nos proveyó de una metodología común, donde no se distinguen fronteras en términos de imagen, acceso y recursos.
Hoy el panorama es otro. La comunicación de la ciencia exige mucho más. El investigador no solamente necesita poder leer un resultado de investigación sin barreras que impidan su acceso, sino que necesita también el poder hacer uso de él, comentarlo o compartirlo en las redes sociales. La participación de Internet como mediador en la transmisión del conocimiento ha sido fundamental; y producir, comentar y compartir, son verbos con significado y alcance casi infinito. Tantas posibilidades funcionan como un laberinto, en el cual es difícil encontrar el camino adecuado para llegar a un punto certero y creíble. La ciencia necesita de mecanismos que sostengan los principios de su credibilidad y los investigadores necesitan trabajar con fuentes que sean encontrables, accesibles, interoperables y reutilizables (Principios FAIR, por sus siglas en inglés).1
En el año 2013 la Red SciELO estableció líneas de acción prioritarias hasta el 2018 con el objetivo de comenzar el proceso de alineamiento con las buenas prácticas de comunicación científica a nivel internacional. Así, se comenzó a trabajar en tres líneas fundamentales de alta prioridad: 1) profesionalización de la gestión editorial; 2) internacionalización de la publicación y 3) sustentabilidad. Cada una de ellas tiene un peso específico en la necesidad de realizar cambios en las políticas editoriales de las publicaciones. La adopción de un nuevo modelo de publicación basado en el lenguaje XML marca un antes y un después en la metodología de trabajo.2
En septiembre del año 2018, la reunión por la celebración de los 20 años de la red SciELO constituyó el momento justo para cambiar y proponerse nuevas metas. La red está llamada a fomentar iniciativas de ciencia abierta, que respaldan la necesidad expresa de que la investigación gane en credibilidad, transparencia y reproductibilidad.
Las líneas prioritarias de acción definidas hasta el año 20233constituyen pautas por la que la Revista Cubana de Información en Ciencias de la Salud ha trazado su política para el futuro: el estímulo al uso de servidores de preprints, llamados a acelerar la comunicación de la ciencia y su reconocimiento; la utilización de los repositorios de datos de investigación para promover su apertura y asegurar su preservación, la reusabilidad, la evaluación y la reproductibilidad; el uso de identificadores únicos para el control de los autores (ORCID, www.orcid.org), y la publicación de forma continua como variante inmediata en la entrega de la información. Estas son las principales transformaciones y propuestas que en la actualidad se trabajan y que permiten, sin dudas, que se pueda alcanzar lo antes señalado. La instauración de un sistema de evaluación por pares abierto será el reto más grande que, desde el punto de vista de gestión editorial, el equipo de trabajo deberá ir perfilando.
Estas transformaciones que hoy se definen como prioridades en la comunicación de la ciencia, necesariamente exigen también un cambio en la política para el funcionamiento de la Revista Cubana de Información en Ciencias de la Salud, lo que inequívocamente marcará una nueva etapa en la historia de la publicación.
