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Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina

versión On-line ISSN 2308-0132

Estudios del Desarrollo Social vol.11 no.3 La Habana sept.-dic. 2023  Epub 01-Dic-2023

 

Artículo original

Principios económicos solidarios: análisis de su práctica en dos cooperativas de servicios en Ecuador

Solidarity Economic Principles: Analysis of their Practice in Two Service Cooperatives in Ecuador

0000-0001-5559-932XMauro Paúl Tacuri1  *  , 0000-0002-8981-4208Víctor Jácome Calvache2 

1Universidad de Cuenca. Ecuador.

2Instituto de Altos Estudios Nacionales, Universidad de Posgrados del Estado, Ecuador.

RESUMEN

El cooperativismo no financiero se desenvuelve en un sistema económico mixto donde la economía empresarial privada es hegemónica. Las actividades cooperativas se desarrollan en un encuentro constante entre los principios de esa economía hegemónica y aquellos enmarcados en la solidaridad, ayuda mutua, cooperación, democracia participativa, entre otros, que orientan a la economía popular y solidaria, sector en el que se ubican las cooperativas. En este contexto, este artículo identifica y analiza los principios económicos solidarios practicados por dos cooperativas de servicios en el Ecuador. Así, se evidencia la vigencia de principios que permiten a las organizaciones sostenerse y evitan que se diluyan en la economía empresarial privada. Además, se muestra la manera en que los emplean y las dificultades para aplicarlos. La metodología utilizada fue de enfoque cualitativo con predominio del método etnográfico, y la aplicación de las técnicas de la entrevista y el grupo focal.

Palabras-clave: cooperativismo; cooperativa de servicios; economía popular y solidaria; organizaciones económicas populares y solidarias; principios económicos solidarios

ABSTRACT:

Non-financial cooperativism develops in a mixed economic system where the private-enterprise economy is hegemonic. Cooperative activities are carried out in a constant encounter between the principles of that hegemonic economy and the solidarity, mutual aid, cooperation, participatory democracy, among others principles that guide the popular and solidarity economy, in which cooperatives are located. In this framework, this article identifies and analyzes the solidarity economic principles practiced by two service cooperatives in Ecuador. Thus, the validity of principles that allow organizations to sustain themselves and prevent them from being diluted in the private-enterprise economy is evident. In addition, the way in which they are practiced and the difficulties in applying them are shown. The methodology used is a qualitative approach with a predominance of the ethnographic method and the application of interview and focus group techniques.

Key words: cooperatives; service cooperative; popular and solidarity economy; popular and solidarity economic organizations; solidarity economic principles

INTRODUCCIÓN

Las prácticas cooperativistas no financieras se orientan por principios económicos basados en la solidaridad, cooperación y ayuda mutua. José Luis Coraggio (2013) señala que estos principios «pueden verse como patrones objetivados (institucionalizados) de relacionamiento social […] que emergen de procesos históricos y se explican por los requerimientos de reproducción de las sociedades o comunidades» (p. 50). Además, descansan sobre la racionalidad de la reproducción de la vida; es decir, que los seres humanos, al ser libres para satisfacer sus necesidades materiales e inmateriales, deben alcanzar dicha satisfacción sin atentar contra la vida no solo humana, sino del entorno donde se desarrolla: la naturaleza. Esto implica el reconocimiento mutuo entre humanos como seres naturales, necesitados, interdependientes, con un mismo origen y un destino común (Hinkelammert & Mora, 2020).

No obstante, las sociedades actuales se desarrollan en un sistema de economía mixta con hegemonía de la economía empresarial privada y de mercado, que implica que los actores del cooperativismo no apliquen, necesariamente, solo los principios atribuidos al sector en el que están inmersos, sino también respondan a lo que Hinkelammert y Mora (2020) llaman una «racionalidad de reproducción instrumental», es decir, aquella que se sostiene en la idea de medios limitados-fines ilimitados, que conlleva que los seres humanos se planteen como objetivo la búsqueda de la eficiencia formal, la maximización y acumulación monetaria, y direccionar sus prácticas económicas con una ética funcional al mercado basada en el individualismo, la propiedad privada y la competencia desleal.

Entonces, considerando que las organizaciones del cooperativismo no financiero se desenvuelven en esta economía mixta, ¿cuáles son los principios económicos solidarios vigentes? y ¿cómo estos principios son puestos en práctica? Este artículo mediante el análisis de dos casos del cooperativismo de servicios en Ecuador, las cooperativas Construcción Cuenca y Jardín Esperanza, responde a estas interrogantes.

Los estudios que han tratado sobre el cooperativismo, sus principios y aplicación son vastos (Alianza Cooperativa Internacional, 2015; Pedrosa & Hernández, 2011; Agirre, 2001; Hernández, 2021, entre otros). Sin embargo, la situación difiere cuando se trata de trabajos que analizan a las organizaciones cooperativas considerando a los principios económicos solidarios, cuyo alcance es más amplio porque son aquellos que rigen las prácticas de las organizaciones económicas populares y solidarias en el que están inmersas las cooperativas. Como tal, se cuenta con múltiples investigaciones sobre las organizaciones económicas populares y solidarias que solo enuncian los principios, pero no son su eje de análisis. Entre los trabajos que se centran en los principios económicos solidarios se tiene el de Regazzini y Loritz (2018) sobre los sistemas de reproducción de la vida de los pueblos Aymara (Bolivia) y Mixteco (México). En Ecuador, se encuentra el trabajo de Jaramillo y Jácome (20199, que analiza a las organizaciones cooperativas conformadas por indígenas inmigrantes en Quito. Los estudios mencionados evidencian que, a pesar de la supremacía de la economía de mercado, las prácticas económicas de las sociedades y organizaciones analizadas presentan una pluralidad de principios solidarios que organizan la vida social, política y económica, y a pesar de las distancias de las unidades de estudio, estos principios presentan elementos en común.

Este artículo está estructurado de la siguiente manera: un acápite que explica el marco teórico de este trabajo. En un segundo momento, trata sobre la metodología de investigación, señalando que es de tipo cualitativa. La tercera realiza una descripción de la economía popular y solidaria en Ecuador; posterior, se presentan los aspectos generales de los casos de estudio y, finalmente, se identifican y analizan los principios económicos solidarios.

DESARROLLO

Marco teórico

Las categorías teóricas que se explican en este acápite son las siguientes: economía popular y solidaria, principios económicos solidarios, organizaciones económicas populares y solidarias/cooperativa. Con relación a la primera, economía popular y solidaria, se inicia con la comprensión de que los sistemas económicos han evolucionado en el tiempo respondiendo a las coyunturas sociales y políticas de cada momento. Actualmente, el sistema económico es concebido como mixto, y reconoce la presencia de tres actores: el empresarial privado, el público y el popular. Este último ha sido identificado, por los otros sectores, como indicador de atraso o rezago (Coraggio, 2013). Al interior de la economía popular se encuentran actividades económicas de producción, distribución, circulación, financiamiento y consumo mediadas por la reciprocidad, ayuda mutua, cooperación, entre otros, que permiten a los trabajadores y sus familias obtener los recursos para satisfacer sus necesidades de forma comunitaria o asociativa autogestionaria (Coraggio, Arancibia & Deux, 2010). Este segmento, como ocurre en Ecuador, es reconocido como economía popular y solidaria, aunque toma diferentes denominaciones a lo largo de América Latina (economía popular, asociativa y autogestionaria; socioeconomía de solidaridad, etcétera).

La solidaridad refiere «a cooperar, a sumar recursos y responsabilidades, a proyectar colectivamente» (Coraggio, 2016, p. 25). Entonces, la particularidad de esta economía es la asociación voluntaria de trabajadores, sus familias o entidades colectivas para que, democráticamente, definan y vivan sus verdaderas necesidades y puedan cumplir sus objetivos a través de la autogestión de sus capacidades y recursos. Con esto, rebasan la solidaridad presente en la unidad doméstica, ya que pasa a un segundo o tercer nivel; es decir, la solidaridad entre variadas familias e, incluso, comunidades (Coraggio, 2013). Empero, la solidaridad a la que se alude tiene un sentido democrático, es decir, contrario a la concepción filantrópica que también se le otorga. Esto implica reconocer al ser humano como un sujeto de necesidades que, para satisfacerlas, requiere del reconocimiento de los otros; buscar mayores niveles de justicia; respetar la naturaleza y la garantía de derechos (Laville, 2013).

Sin embargo, la solidaridad es un principio transversal, ya que las prácticas de la economía popular y solidaria están mediadas por más principios, que se presentan en todas las fases del proceso económico. Estos principios son entendidos como «patrones institucionalizados de relacionamiento social» y que han emergido de «procesos históricos» (Coraggio, 2011, p. 350). Varios autores se han esforzado por sistematizarlos; por ejemplo, Luis Razeto (1993) señala que el principio fundamental es la solidaridad, que debe introducirse en las actividades, organizaciones e instituciones económicas, ya que esta aumenta la eficiencia micro y macroeconómica, y genera beneficios sociales y culturales para toda la sociedad. Asimismo, García (2009) realiza un acercamiento a los posibles principios delimitantes de la economía solidaria e indica que son dos los irrenunciables: la gestión democrática y que el objeto social sea la satisfacción de las necesidades de los miembros de la organización o de la colectividad, y no el lucro. La Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) también reconoció un conjunto de principios en 1995, que los actualizó en 2022: equidad, trabajo digno, sostenibilidad económica, cooperación, reparto justo de la riqueza y compromiso con el entorno (REAS, 2022). En cambio, trabajos como el de Galán-Serrano, Forés-Tomás y Felip-Miralles (2018) han analizado cómo estos principios pueden integrarse en las prácticas cotidianas económicas, y cómo deben ser los bienes y servicios que derivan de las prácticas económicas solidarias.

Sin embargo, una de las propuestas más completas sobre los principios económicos solidarios la plantea Coraggio (2013) la cual, sobre la base de sus investigaciones de casos concretos y la definición sustantiva de lo económico (que es comprendido como la interdependencia e interacción entre los seres humanos, y de estos con el entorno (naturaleza) con el fin de obtener los recursos materiales que permitan la satisfacción de las necesidades legítimas(, reconoce una serie de principios que orientan, en diferentes niveles, las prácticas recurrentes de las organizaciones económicas populares y solidarias. Para efectos de este artículo, se ha considerado la propuesta coraggiana que se resume en la Tabla 1.

Tabla 1 Principios económicos solidarios planteados por José Luis Coraggio. 

Fuente: A partir deCoraggio, 2013, pp. 49-70.

Los principios son reconocidos según las prácticas que enmarcan: los relacionados con la producción, redistribución/distribución, circulación y consumo. A estos, se unen dos grupos más: los de coordinación y los transversales. Todos estos principios no están, en su totalidad, presentes en las prácticas de las organizaciones económicas populares y solidarias, ya que unos están presentes, otros ausentes y, en algunos casos, se pueden generar contradicciones entre los principios y las prácticas económicas. Estas contradicciones, como ya se indicó en la introducción, se presentan al encontrarse dos racionalidades económicas que, en estos tiempos, comparten el mismo espacio: la «reproducción ampliada de la vida», y la «reproducción ampliada del capital privado» (Coraggio, 2011, pp. 363-364).

A nivel latinoamericano, los cuerpos legales relacionados con las economías solidarias también han planteado los principios que rigen a quienes son regulados por dichas normativas. En el caso ecuatoriano, autores como Hernández, Guamán y Ulloa (2021) señalan que los principios indicados en la Ley Orgánica de Economía Popular y Solidaria (2011), en la práctica, no pueden ser cumplidos por los actores, ya que están articulados con procesos y procedimientos de la administración pública, que responden al sistema económico hegemónico, por lo tanto, las prácticas económicas del sector deben adecuarse a esa lógica y muchas no tienen las condiciones para hacerlo.

Hasta el momento se ha tratado sobre la economía popular y solidaria y sus principios, pero se necesita tratar sobre quienes practican esta economía; es decir, las organizaciones económicas populares y solidarias, específicamente, las cooperativas por ser la unidad de observación de estudio. Con respecto a las organizaciones, Razeto (2018) señala que son grupos o asociaciones de personas y familias que juntan y gestionan en común sus recursos para desarrollar en colectivo, actividades generadoras de ingresos o aprovisionadoras de bienes y servicios que satisfacen necesidades de trabajo, alimentación, salud, educación, vivienda, financiamiento, etcétera.

Como parte de estos grupos se encuentran las cooperativas, que es la unidad organizativa del cooperativismo. Henao, Agudelo, Palacio y Palacio (2006) señala que esta constituye «una asociación autónoma de personas que se han unido de manera voluntaria para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales en común, por medio de una empresa de propiedad conjunta y de gestión democrática». Las cooperativas pueden constituirse por espontaneidad, inducida del exterior, quiebra, reorganización amigable y reorganización agresiva (Bastidas-Delgado, 2010). Así también, tienen varios tipos: cooperativas de empresarios individuales, de consumidores, de ahorro y crédito, de producción, de servicios y de vivienda (Verbeke, 2007). Para este estudio, las cooperativas seleccionadas son de servicios y se conformaron por inducción externa. Esto se explicará en los siguientes acápites.

MÉTODOS

La identificación y el análisis de los principios económicos solidarios aplicados por las cooperativas de servicios: Construcción Cuenca y Servicios Educacionales Jardín Esperanza, exigió la selección de una metodología de tipo cualitativo, para poder explorar, comprender e interpretar la problemática de estudio «desde la perspectiva de los participantes en su ambiente natural y en relación con el contexto» (Hernández, 2018, p. 390).

Ahora, las cooperativas enunciadas, que se ubican en la provincia del Azuay, fueron seleccionadas de un total de cinco organizaciones que se han conformado con el apoyo de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo, que cuenta con la Dirección de Impulso a la Economía Solidaria y el proyecto «Creación de Cooperativas». Como tal, Jardín Azuayo fomenta la economía popular y solidaria desde su fundación en 1993, y para esto ha creado el Fondo de Impulso de la Economía Solidaria (Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo, 2017). Los criterios de selección de las cooperativas fueron: a. Que sean organizaciones en estado activo, situación que cumplieron las cooperativas escogidas; b. El tiempo de creación, que debía ser igual o mayor a 2 años desde su fecha de constitución, puesto que de la experticia en su actividad económica es posible asumir la consolidación de sus prácticas y principios. En este caso, Construcción Cuenca se constituyó en 2017, y Jardín Esperanza en 2018; y c. Que refleje el principio de trabajo asociado entre sus integrantes, es decir, que el proceso productivo, de distribución, circulación y consumo, se realice de manera conjunta (Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo, 2021).

En cuestión de métodos y técnicas, se utilizó el etnográfico, que exigió contactarse con los miembros de las cooperativas seleccionadas, obtener su consentimiento informado y compartir con ellos por un tiempo determinado para levantar información. Con respecto a las técnicas, con el objetivo de generar cercanía con los actores, se emplearon la entrevista y los grupos focales. Las entrevistas fueron semiestructuradas; siguiendo a Hernández (2018), se desarrolló una guía de 16 preguntas y se introdujeron preguntas adicionales durante su aplicación, para precisar conceptos u obtener mayor información. Las preguntas estuvieron direccionadas a rescatar la perspectiva del Representante Legal de las cooperativas en estudio. En cambio, los grupos focales fueron aplicados con el fin de generar una comprensión desde lo colectivo. Así se realizó un grupo focal por cada cooperativa. Estos grupos estuvieron integrados por los siguientes representantes: uno del consejo de administración, uno por el consejo de vigilancia, dos socios fundadores, y un colaborador. A causa de la pandemia de COVID-19, las entrevistas y los grupos focales fueron realizadas en modalidad virtual. Con estas técnicas, se obtuvo información sobre las prácticas cotidianas, sentires y percepciones de los socios, directivos y colaboradores referentes a sus prácticas y los principios que aplican.

Lo anterior se complementó con la información obtenida de la revisión de documentos de las cooperativas; por ejemplo: los proyectos de creación, nómina salarial, estatuto social otorgado por la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, reglamento interno, proyectos de implementación y actas de las sesiones de asamblea general de socios.

Con toda la información obtenida, se identificaron los principios económicos solidarios que aplican las cooperativas Jardín Esperanza y Construcción Cuenca. Así, siguiendo la propuesta de principios de Coraggio, se elaboró una matriz que fue completada con fragmentos textuales de las entrevistas y grupos focales, para continuar con el respectivo análisis. Los principios identificados se señalan en la Tabla 2.

Tabla 2 Delimitación de los principios económicos solidarios para el análisis de los casos de estudio. 

Fuente: A partir deCoraggio, 2013, pp. 49-70.

Cooperativas Construcción Cuenca y Jardín Esperanza: análisis de la práctica de los principios económicos solidarios

El cooperativismo ecuatoriano tiene sus orígenes a inicios del siglo xx, como lo demuestra el historiador Miño (2013). Hasta la década de los años 60, la conformación de cooperativas fue mínima. Durante esta etapa se produjo una “intervención estatal” con la expedición de las Leyes de Cooperativas de 1937 y 1963, que impulsó la regulación del sector más no su fomento. Posterior, hasta 1988, se produjo un auge del cooperativismo, especialmente el agrario y el de ahorro y crédito, sobre todo por la intervención de las políticas internacionales norteamericanas y la iglesia católica y protestante. Sin embargo, durante la etapa de 1988-2006, las políticas neoliberales adoptadas por los gobiernos de turno produjeron una dispersión y fragmentación del proceso cooperativo. La crisis se hizo evidente con las medidas de supervisión y control de la Superintendencia de Bancos y Seguros, que empezó procesos de liquidación de varias cooperativas de ahorro y crédito. No obstante, esto fue enfrentado por los organismos de integración que se conformaron como mecanismo de fortalecimiento institucional, por ejemplo, el Consorcio de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sector Rural del Ecuador (1998) o la Asociación Nacional de Cooperativas de Ahorro y Crédito (1999).

Durante la primera década del siglo xxi, el cooperativismo se fortaleció, en especial, el financiero, puesto que la crisis del sistema bancario convencional de 1999 impulsó a que los clientes de los bancos privados pasen a ser socios y clientes de las cooperativas de ahorro y crédito. Para 2008, el nuevo marco constitucional reconoció que su sistema económico es social y solidario y, como parte de este, la forma de organización económica popular y solidaria, y sus sectores: cooperativismo, asociacionismo y comunitario. Esto condujo al aparecimiento de un marco jurídico encabezado por la Ley Orgánica de la Economía Popular y Solidaria y del Sector Financiero Popular y Solidario expedida en el año 2011.

Actualmente, el sector cooperativista financiero, formado para la captación de ahorros, concesión de préstamos y prestación de otros servicios financieros, cuenta con 458 organizaciones registradas en la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS) en octubre de 2022. En cambio, el sector no financiero, compuesto por cooperativas de servicio, producción, vivienda y consumo, cuenta 2.658 organizaciones en estado activo distribuidas de la siguiente manera: 519 cooperativas de producción, 144 de vivienda, 12 de consumo y 1983 de servicios. Con respecto a las cooperativas de servicios, donde se ubican las unidades de observación de este estudio, 1872 corresponde a organizaciones relacionadas con el transporte. Las provincias con mayor número de cooperativas de servicios son Pichincha y Guayas con 361 y 356 organizaciones respectivamente; seguido se encuentran las provincias de Tungurahua (145), Manabí (137), Azuay (119), Chimborazo (104) y El Oro (102) (SEPS, 2022).

Aspectos generales de las cooperativas de estudio

La Cooperativa de Servicios de Construcción Cuenca, se constituyó con la participación de maestros de obra, albañiles y técnicos electricistas, que ofertaban sus servicios en la Plaza de San Francisco ubicada en el centro de la ciudad de Cuenca. Se legalizó el 20 de diciembre de 2017 con 14 socios. Su objeto social es ofertar «Servicios de construcción, remodelación, renovación, rehabilitación y mantenimiento de todo tipo de edificaciones» y tienen como vínculo común ser «Personas dedicadas a actividades o trabajos de la construcción y afines» (SEPS, 2017). Su estructura organizacional responde a lo determinado en la normativa ecuatoriana, por lo tanto, tiene una asamblea general, un consejo de administración, un consejo de vigilancia y la gerencia. Su estructura orgánica funcional ha procurado definir los diversos roles y responsabilidades de los socios con el objetivo de cumplir con los principios de la economía popular y solidaria; por ejemplo, dar acceso a los trabajadores a oportunidades laborales conjuntas distribuidas equitativamente según las necesidades existentes; el acceso a los trabajadores a medios y condiciones de producción y conocimiento; igualdad de oportunidades; el trabajo colaborativo, entre otros.

Jardín Azuayo designó, para la implementación de esta organización, USD 143.491,00 como fondos reembolsables, para un período de 10 años, con un año de gracia y una tasa de interés 0 %. Además, asignó un total de USD 58.585,00 como fondos no reembolsables, para consultorías y retribuciones por concepto de sueldos del representante legal para un período de dos años. En la actualidad, la cooperativa continua en funciones ofertando sus servicios para la construcción y adecuación de oficinas y viviendas. Con esto, genera puestos de trabajo, no solo para sus socios, sino también para colaboradores, quienes han manifestado interés en formar parte de la organización. Por ejemplo, para 2020 los puestos de trabajo generados fueron: Técnicos (8), administrativos (4), obreros (17) y eléctricos (5) (Tabla 3).

Tabla 3 Resumen de la situación financiera Cooperativa de servicios Construcción Cuenca 2020. 

Fuente: A partir deCooperativa de Construcción Cuenca, 2020.

Al momento, la cooperativa está alcanzando su sostenibilidad financiera y social que, de acuerdo con sus socios, se está consiguiendo por el empeño, la planificación y la gestión colectiva. Esto se evidencia en el mejoramiento de las condiciones de vida de sus integrantes, dotando de un trabajo estable a sus socios y apoyando para que todos tengan acceso a la seguridad social.

En el caso de la Cooperativa de Servicios Educacionales Jardín Esperanza, se conformó con 25 profesoras de Educación Inicial. La personería jurídica fue conferida por la SEPS el 21 de abril de 2018, y su objeto social es «ofrecer servicios de educación inicial» y tienen como vínculo común ser «personas naturales legalmente capaces que cumplan con el vínculo común de experiencia laboral o formación en el ámbito de educación» (SEPS, 2018). La cooperativa inició sus actividades con la formación de 11 niños y 9 niñas, ofertando el servicio para los niveles: Maternal 1 y 2 e Inicial 1 y 2. La estructura organizacional es la establecida en la norma ecuatoriana: asamblea general, consejos de administración y vigilancia, y gerencia. Cuentan con un manual orgánico funcional, que establece comisiones con roles y responsabilidades definidas. Con esta estructura buscan atender la problemática social y laboral de sus socias, al otorgarles un trabajo estable, afiliación a la seguridad social e impulsar el trabajo colaborativo.

Al igual que el caso anterior, Jardín Esperanza contó con el apoyo financiero de la cooperativa Jardín Azuayo, que entregó USD 133.410,00 como fondos reembolsables con tasa de interés 0 %, devolución para un período de 10 años y un año de gracia; así como, la cantidad de USD 50.417,00 como fondos no reembolsables para la contratación de consultorías y retribuciones mensuales al gerente por un período de dos años. Además, Jardín Azuayo firmó un convenio con esta cooperativa, para que sus colaboradores con hijos e hijas en edades comprendidas entre 0 a 5 años utilicen los servicios educativos ofertados por Jardín Esperanza, asumiendo el 70 % del valor cobrado por el concepto de pensión y el 30 % lo asume el colaborador. Esta alianza ayudó en la sostenibilidad financiera de esta cooperativa; no obstante, dicha sostenibilidad sufrió graves impactos a raíz de la declaratoria de estado de excepción por el COVID-19, que obligó a las personas a acogerse a teletrabajo y que sus hijos e hijas no asistan de manera presencial a todo nivel de educación. A pesar de ello, las socias de Jardín Esperanza han afrontado el desafío implementando técnicas y servicios, que se adapten a la nueva normalidad brindando educación en modalidad virtual (Tabla 4).

Tabla 4 Situación Financiera Cooperativa de Servicios Educacionales Jardín Esperanza 2020. 

Fuente: A partir deCooperativa de Servicios Educacionales Jardín Esperanza, 2020.

Para 2020, la cooperativa reflejó un saldo en contra por la pandemia, pero la situación para 2022 está tomando un giro positivo. El cambio se presenta por el retiro de las restricciones de movilidad y el regreso a la presencialidad en todos los niveles educativos, una vez que el índice de contagios de COVID-19 disminuyó en el país. Así también, por estar activo el convenio con Jardín Azuayo.

Análisis de la práctica de los principios económicos solidarios

Las cooperativas Construcción Cuenca y Jardín Esperanza practican los principios económicos solidarios en el desarrollo de los servicios que ofertan. Los principios que se determinaron son relativos con la producción, distribución/redistribución, coordinación y consumo. A continuación, se presentan los distintos puntos de vista de los sujetos de investigación, y con esto se muestra la aplicabilidad de cada principio.1

Con relación a los «principios relativos a la producción», de los determinados por Coraggio, cuatro son los que se identifican en las cooperativas en análisis: trabajos para todos; acceso de los trabajadores a medios y condiciones de producción, y al conocimiento; cooperación solidaria; y, autogestión colectiva de condiciones generales de la producción y la reproducción. En la Tabla 5 se presenta lo indicado por los socios sobre estos principios.

Tabla 5 Principios relativos a la producción. 

Entonces, se tiene que, en las dos cooperativas, su gerencia gestiona las actividades económicas de manera que se garantice oportunidades laborales para los socios y socias. Empero, esto no ha logrado que las personas asociadas consideren a las cooperativas como el trabajo que les permite obtener los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades materiales y, por lo tanto, dediquen mayor tiempo a la organización. Esto se relaciona con la cantidad de ingresos que obtienen de su trabajo en las cooperativas, que serían insuficientes para cubrir la canasta básica. Por consiguiente, ocupan su fondo de trabajo en empleos que mantienen en los sectores empresariales privados, públicos o en sus emprendimientos individuales. Sin embargo, las acciones para la generación de trabajo y la prioridad que se otorga a los asociados muestran la práctica del principio de «trabajo para todos».

Con respecto al principio de «acceso de los trabajadores a medios y condiciones de producción, y al conocimiento», las cooperativas en estudio demuestran su práctica al señalar que han motivado la capacitación de los socios y socias en ámbitos como: el técnico y filosófico. De esta manera, han buscado mejorar sus procesos internos y conocer sobre los fundamentos de la economía popular y solidaria. Así también, han adquirido maquinaria e insumos, y se han formado para su utilización. Todo esto, además, se vincula con el crecimiento personal, profesional y colectivo, que permite consolidar un sentido de pertenencia a la organización, y un mayor compromiso para el cumplimiento de sus obligaciones en sus cooperativas. Entonces, la asistencia a los procesos de capacitación ha tenido un impacto positivo, como ellos lo mencionan, no solo a nivel de la organización, sino en sus vidas cotidianas.

La «cooperación solidaria» es otro principio que está presente en las prácticas económicas de las cooperativas Jardín Esperanza y Construcción Cuenca. Este se cumple con la integración social de personas que, frente a una condición compartida como es la falta de trabajo y de medios que permitan la reproducción de la vida de los miembros de sus familias, determinaron asociarse para superar dicha condición y no competir entre ellos. El trabajar en colectivo implicó la transformación en su concepción de trabajo, superando aquella que lo aprecia como individual y bajo relación de dependencia. Así también, fortalecieron lazos de amistad, ayuda mutua y solidaridad. Todo esto, a su vez, les motiva a buscar mayores niveles de solidaridad mediante su integración con otras organizaciones o involucrar a más unidades domésticas.

Otro principio aplicado es la «autogestión colectiva de condiciones generales de la producción y la reproducción». En este caso, los integrantes de las organizaciones analizadas perciben que la gestión y organización del trabajo en las cooperativas está armonizado con el reconocimiento de los socios y socias, que la gestión es responsabilidad del colectivo y no, estrictamente de sus dirigentes o de la cooperativa Jardín Azuayo. Entonces, los espacios como asambleas, sesiones de los consejos o mesas de trabajo toman relevancia porque ahí se toman las decisiones. Sin embargo, es evidente que existe un amplio margen de mejora para garantizar espacios en los que se pueda obtener una mayor participación, ya sea para la planificación y desarrollo de procesos operativos o para la planificación estratégica.

Ahora, en el marco de la distribución/redistribución, se aprecia que Jardín Esperanza y Construcción Cuenca practican el principio de «justicia social, garantía de la reproducción y desarrollo de vida para todos». Sobre esto se presenta la Tabla 6.

Tabla 6 Principio relativo a la distribución/redistribución. 

Como se aprecia, los objetivos con los que nacieron las cooperativas en estudio se están cumpliendo, y esto responde al compromiso con las organizaciones por parte de sus socios y socias, que se identifican, ya no como empleadas, sino como propietarias. Para algunos integrantes, las organizaciones les han permitido incorporarse a un trabajo por primera vez, y en otros casos, ser incluidos después de ser excluidos por la economía pública y privada empresarial. Asimismo, su perfil profesional ha mejorado, ya que han recibido capacitación técnica y en economía popular y solidaria. Además, acompañamiento de sus compañeros y compañeras, que ha fortalecido sus lazos de amistad. Por otra parte, reconocen el rol de sus organizaciones en la construcción de sociedades más justas.

Otro principio aplicado por Construcción Cuenca y Jardín Esperanza está relacionado con la circulación, y este es la «reciprocidad». Este principio toma fuerza, primero, al interior de las organizaciones, y se refuerza con los lazos que construyen con otras organizaciones del sector económico popular y solidario. El primero se refleja en la ayuda mutua que se brindan los integrantes de las cooperativas, ya que conocen que, de esa manera, contribuyen en el crecimiento de sus organizaciones, y esto es beneficioso no solo para ellos, sino para colaboradores, proveedores de productos y servicios y, por ende, sus familias. El segundo, se aprecia en la demanda de sus productos y servicios, en el que otras organizaciones prefieren adquirir estos frente a la demanda, muchas veces excesiva, de productos y servicios similares desde el sector privado y público. Adicionalmente, estas cooperativas han permitido el involucramiento de personas de la sociedad en general, ya que no han colocado obstáculos para que estudiantes realicen sus prácticas preprofesionales o desarrollen sus trabajos de titulación. En la Tabla 7 se presenta lo indicado por los sujetos de investigación sobre este principio.

Tabla 7 Principio de Reciprocidad. 

Otro de los principios identificados en las cooperativas de estudio, es el de consumo responsable, relativo al proceso económico del consumo. Sobre esto, se presenta la información de la Tabla 8.

Tabla 8 Principio de consumo responsable. 

En este caso, los integrantes de las dos cooperativas desarrollan buenas prácticas de consumo, por ejemplo, el reciclaje; así como, reconocen que realizaron prácticas consumistas. Lo segundo implicó gastos innecesarios, problemas con el ahorro, y carencia de planificación para un mejor manejo de los recursos. Es así, que solicitan asesoramiento y capacitación, para una mejor planificación y fomentar prácticas de consumo responsable. Empero, desde las mismas organizaciones se está trabajando en estos temas, para mejorar la aplicación de este principio.

Finalmente, las cooperativas en estudio evidenciaron la práctica del «principio de la planificación». En el caso de la cooperativa Construcción Cuenca, esta se presenta en dos niveles: el primero constituye el análisis técnico para la ejecución de obras, donde participan, mayoritariamente, arquitectos, diseñadores, e ingenieros; el segundo nivel involucra a los socios de la cooperativa, que son los que ejecutan la obra de acuerdo a los roles predeterminados. Es en este segundo nivel donde se presentan mayores problemas de planificación, sobre todo, porque los socios no son considerados para la determinación de varios aspectos, que se deben tomar en cuenta para la ejecución de las obras. Por su parte, Jardín Esperanza, está construyendo una «planificación estructural», que permitirá la operatividad colectiva de la cooperativa, ya que establecerá cargos y funciones. A pesar de sus dificultades, en las dos organizaciones existen espacios de planificación, como las sesiones de asamblea general, sus consejos de administración y vigilancia, así como la creación de comisiones especiales lo que facilita el involucramiento de sus integrantes en la toma de decisiones. Sin embargo, los actores reconocen, que existe problemas de concurrencia de algunos socios y socias en estos espacios, lo que afecta al cumplimiento de este principio. Sobre este tema se presenta la Tabla 9.

Tabla 9 Principio de Planificación. 

CONCLUSIONES

Las organizaciones económicas populares y solidarias ponen en práctica principios económicos solidarios, que son los que les otorgan su especificidad y permiten identificarlas como parte de una misma forma de organización económica, en este caso, la popular y solidaria. Estos principios pueden ser vastos y están presentes en todas las fases del proceso económico (producción solidaria, comercialización solidaria y alternativa, consumo responsable, y se incluye a las finanzas solidarias). Entonces, son variados los autores que han sistematizado estos principios; por ejemplo, José Luis Coraggio, cuyo trabajo es uno de los más amplios con referencia a la identificación de los principios económicos solidarios.

Los principios son aplicados por las organizaciones económicas populares y solidarias en diferentes niveles, unos pueden estar presentes en sus prácticas y otros no. Por otra parte, estas se desenvuelven en una economía mixta con hegemonía del sector empresarial privado, que tiene una concepción de lo económico, principios y prácticas no, necesariamente, solidarias. Es así, que las organizaciones conviven con dicho sector y, en algunos casos, han enfrentado sus imposiciones o las han asumido y adaptado hasta un nivel que no permita su disolución. En este marco, se realizó el análisis de las cooperativas de servicios Construcción Cuenca y Jardín Esperanza, y se determinaron los principios económicos solidarios que practican en la producción, la distribución-redistribución, la circulación, el consumo y la coordinación, que demuestran su trabajo para tener mejores condiciones de vida de sus familias y la comunidad, contribuir en la construcción de sociedades más justas y presentarse como prácticas contrahegemónicas.

Por otro lado, se identificaron problemas que se presentan en el desenvolvimiento de las organizaciones en estudio; por ejemplo, la poca participación en las asambleas o las reuniones de las comisiones, o el tiempo de dedicación parcial que le dedican a la fase de producción. Entonces, esto debilita a los principios económicos solidarios; por lo tanto, requieren de políticas de mejora continua, para fortalecer la gestión interna de las organizaciones, las prácticas económicas solidarias y no se desvíen de su objeto central, que es satisfacer las necesidades de los participantes, sus familias y la comunidad a través de sus actividades económicas, pero de manera solidaria.

Para cerrar, tanto el Estado como organismos de apoyo, han planteado programas y proyectos a favor de las organizaciones económicas populares y solidarias, especialmente, de acceso de financiamiento, insumos o el fortalecimiento de capacidades en cuestiones gerenciales, contables, marketing, entre otros. Pero es importante que, de manera paralela, también se impulse programas y proyectos que fomenten la práctica de los principios económicos solidarios, ya que de su aplicación también depende la sostenibilidad del sector económico popular y solidario.

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Nota

11Los resultados presentados se derivan de la investigación «Aportes a la economía popular y solidaria desde las cooperativas y asociaciones vinculadas a la COAC Jardín Azuayo», realizada en la Universidad de Cuenca.

Recibido: 30 de Diciembre de 2022; Aprobado: 06 de Mayo de 2023

*Autor para la correspondencia: mauropaultq@hotmail.com

Los autores declaran que no existe conflicto de intereses.

Mauro Paúl Tacuri: Concepción y diseño de la investigación, adquisición, análisis e interpretación de datos, redacción del artículo y revisión final del artículo.

Víctor Jácome Calvache: Análisis e interpretación de datos, redacción, edición y revisión final.

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