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Alcance

On-line version ISSN 2411-9970

ARCIC vol.10 no.27 La Habana Sept.Dec. 2021  Epub Dec 01, 2021

 

Entrevista

Mirta Muñiz Egea debate en entrevista sobre su profesión

Mirta Muñiz Egea debates in an interview about her profession

0000-0003-2886-2000Orlando Gutiérrez López1  *  , 0000-0001-6864-8266Elizabeth Zaldívar Sosa2 

1Universidad de La Habana, Facultad de Comunicación. La Habana, Cuba.

2Asociación Cubana de Comunicadores Sociales. La Habana, Cuba.

RESUMEN

El 17 de octubre de 2017 falleció la profesora y publicista cubana Mirta Muñiz Egea, dejando abierto el camino para mantener su profesión a debate. Esta entrevista fue realizada meses antes de su deceso, y tal vez recoge las últimas declaraciones sobre detalles de su vida, marcados por momentos históricos del contexto político cubano que incidieron en su desempeño profesional. Muñiz Egea tuvo una destacada trayectoria en los medios de comunicación cubanos como actriz, redactora, publicista, editora, investigadora y docente. Impulsó exitosas campañas de publicidad y gracias a su creatividad se ganó el respeto de diseñadores y comunicadores de Cuba y el extranjero. En esta entrevista que hoy Alcance reproduce, Muñiz Egea desborda de respuestas inteligentes, ofrece pinceladas históricas, mensajes directos o subliminales que invitan a pensar, provocando al debate sobre la importancia de su profesión y posicionándose como referente de jóvenes que le “...han permitido recibir ese don inestimable del pensamiento e inquietud de la juventud”, ese que a su decir, la mantenía joven.

Palabras-clave: comunicador; publicidad; propaganda

ABSTRACT

On October 17, 2017, the Cuban professor and publicist Mirta Muñiz Egea passed away, leaving the way open to keep her profession up for debate. This interview was conducted months before his death, and perhaps includes the last statements on details of his life, marked by historical moments in the Cuban political context that affected his professional performance. Muñiz Egea had an outstanding career in the Cuban media as an actress, writer, publicist, editor, researcher and teacher. She promoted successful advertising campaigns and thanks to her creativity she earned the respect of designers and communicators from Cuba and abroad. In this interview that Alcance reproduces today, Muñiz Egea overflows with intelligent answers, offers historical touches, direct of subliminal messages that invite you to think, provoking debate about the importance of her profession and positioning herself as a benchmark for young people who “have allowed her to receive that invaluable gift of thought and restlessness of youth”, the one that, in her words, kept her young.

Key words: communicator; advertising; propaganda

Introducción

Cercano a ese momento envidiable de la vida donde muchas veces la copa se aprecia como medio vacía cuando en realidad está rebozando sus límites por tanta trayectoria acumulada, nos reencontramos con una Mirta tranquila, segura y meditativa, sobre todo mientras hurga en la memoria sin mucho esfuerzo cada hecho, fecha, situación o nombre de colega.

Para esta cubana de muchos tiempos, las limitaciones físicas impuestas por un accidente casual constituyen solo un pretexto para continuar desandando sobre ruedas los amplios espacios de su casa entre muebles, fotos y libros que seguramente tienen una historia aún por contar.

Hablar de los amigos y colegas comunes que habían partido con premura en fecha relativamente reciente resultó inevitable, pero no lo hacíamos como anotando nombres en un obituario, sino hablando de ellos y recordándolos en presente.

Un giro inesperado en la dirección de la conversación nos favoreció, al ofrecernos un ejemplar de su libro “Mi profesión a debate”, título que no por sugerente exoneraba al lector de esa invitación inteligente a debatir sobre su profesión.

Ese fue el instante preciso en que tuvimos la oportunidad para solicitarle una entrevista. Luego de un breve silencio, respondió: “Bueno, envíen un cuestionario y después les respondo”. Días después, recibimos junto con su aceptación, las primeras respuestas.

Desarrollo

Profesora, numerosas han sido las entrevistas en las cuales le preguntan sobre su extensa y destacada trayectoria profesional; sin embargo, aún resulta insuficiente lo publicado sobre su familia, niñez y de cuánto esa etapa delineó el pensamiento ulterior de la joven Mirta.

Nací en una modesta calle del barrio 10 de Octubre llamada Tamarindo, por el árbol que había en la esquina. Mi abuelo, emigrante español, vendía carbón en un carretón de mulas del cual me gustaba colgarme y lo recuerdo como el personaje bien delineado por Miguel Barnet en su novela. Mi padre nació cuando Cuba cuando aún era un territorio de España; trabajaba como pintor y aunque no tuvo la oportunidad de estudiar, por su formación autodidacta, era el hombre más sabio que he conocido. Mi madre, de origen semi-rural, siempre realizó la tarea de ama de casa, como casi todas las mujeres de esa época. Fui la única descendiente de ese matrimonio, aunque con muchos primos, primas y tías: una familia feliz con costumbres bastante españolas. Por ejemplo, al expresarnos, mi abuelo nos obligaba a “cesear” y cuando no lo hacíamos nos decía: ¨Hable castellano, que no le entiendo¨.

Mi primera enseñanza la cursé en una escuelita de la iglesia Episcopal situada en la esquina de casa, allí los maestros eran el pastor Barrios, su esposa e hija, además de una misionera estadounidense llamada Miss Lester. Es en ese lugar donde aprendí los muchísimos principios éticos y morales que me han acompañado hasta hoy. La escuelita devino centro cultural del barrio, pues se hacían espectáculos con los alumnos, se organizaban tómbolas, campeonatos de dominó y competencias sobre el cultivo de las plantas.

¿Resultó fácil para una mujer abrirse paso hacia la vida profesional en aquellos convulsos años treinta?

Los años treinta fueron bastante duros, pues éramos muchas mujeres en casa y solo trabajaba mi padre. Mi madre decía que eran tiempos de ¨mucha harina y poca carne¨. Como es sabido en esa época había pocas oportunidades para las mujeres; sin embargo, gracias al empuje de mis padres logré ingresar en la Academia Valmaña con el objetivo de estudiar un curso de comercio, una especie de secretariado que me permitiría capacitarme para trabajar. Al concluir esta preparación se me otorgó un título de Contador (aunque no soy muy buena en las matemáticas). Realmente el haber estudiado ese curso me aportó, creo yo, el desarrollo del pensamiento abstracto y de la capacidad organizativa necesaria para acometer cualquier trabajo. Quizá la importancia de trabajar con racionalidad.

Muy próximo a graduarme, la Academia me envió a trabajar como secretaria en la Tropical Agriculture de la Sherwin Williams, lugar donde se ganaba realmente muy poco. Estando allí conocí que iban a abrir una tienda de la cadena Sears y llené la planilla aspirando a un empleo como vendedora. Me contrataron, pero me situaron de secretaria en el departamento de Propaganda y Display.

Este fue mi inicio en la actividad de Comunicación, pues pasé a laborar en el Catálogo Sears donde realicé mis primeros pininos como redactora. Después trabajé en una agencia de publicidad llamada Mario Rivas y Compañía y de ahí a Unión Radio, donde aprendí muchísimo, pues en una pequeña emisora de radio los empleados se convierten en multioficio.

En Unión Radio me desempeñé como secretaria de Gaspar Pumarejo, más tarde a llevar los comerciales de la pelota que narraban Felo Ramírez y René Molina, a dirigir un programa con Marcelo Agudo o aprender de apreciación musical escuchando Pedro y el Lobo de Prokofiev comentado por Pablo Medina. Después fui testigo del nacimiento de la Televisión en Cuba (1950) bajo el mismo principio de un famoso programa que existió entonces “Aquí todos hacen de todo”.

Si se le pidiera definirse profesionalmente, ¿cuál de las muchas competencias demostradas a lo largo de su trayectoria escogería: periodista, publicista, relacionista, divulgadora, propagandista, especialista en marketing, realizadora, locutora, actriz, investigadora o docente?

Muchas veces he pensado sobre “qué es lo que soy”, sin poder definirlo, porque todas y cada una de las actividades en las que he participado tienen un poco del saber de cada una de esas profesiones… y todas las he realizado disfrutando lo que hacía y encontrando respuestas a cada uno de los problemas a que me he enfrentado, aplicando el saber de una u otra profesión. Quizás hay que pensar que un comunicador tiene que ser hábil en muchas cosas y estar muy abierto a la recepción y percepción de la complejidad de los fenómenos a los que debe enfrentarse y aplicando lo que yo llamo el pensamiento lateral, encontrar un camino cierto, verídico, creativo, hacia el destinatario de su mensaje y en total empatía dar respuesta a sus necesidades.

Entre los diversos momentos trascendentales de lo que pudiera llamarse elementos constitutivos del delineamiento de una Escuela Cubana de Comunicación, ¿cuál fue rol desempeñado por Mirta en aquella histórica reunión de la UPEC donde se decidió crear la Asociación Cubana de Publicistas y Propagandistas (ACPP)?

La verdad es que llevábamos muchos años sin atender los problemas de la comunicación, habían desparecido la carrera en la Universidad y también la Asociación Nacional de Publicitarios y Propagandista; en organismos y empresas no existían áreas de comunicación, en algunos de manera muy limitada había pequeños aparatos de lo que se dio en llamar Divulgación. La mayoría de los profesionales que quedábamos en el país pasamos a integrarnos en la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). Los problemas comunicativos eran tratados bajo la llamada ¨política informativa¨, vale decir solo a través del periodismo. Al debatirse ese tema en un Congreso de la UPEC, planteamos la necesidad de atender otras ramas de la comunicación. Después de algún debate, se aprobó estudiar el problema y se encomendó al entonces Presidente de la UPEC que analizara y propusiera qué hacer. Se creó un primer grupo de trabajo del cual formé parte junto a la Organizadora de la UPEC, Rebeca Galán. Se sumaron muchos compañeros entusiastas, profesionales de todas las disciplinas y se logró primero una asociación profesional y posteriormente una carrera universitaria.

¿Podría esclarecernos cuáles fueron los fundamentos y criterios que prevalecieron para la elección de ese nombre?

Propuse el nombre tratando de dar cierta continuidad a la anterior asociación profesional, que era Asociación Nacional de Publicitarios y Propagandistas (ANPP), y de cierta manera definir el perfil comunicativo… y me meto en honduras, quizás también era para tratar de desatanizar la palabra Publicidad, tan rechazada como sinónimo de capitalismo. Siempre insisto en decir que la ciencia y la técnica no tienen ideología, sino el hombre que las domina y aplica.

Sobre la posterior modificación del nombre, ¿algún comentario particular?

Pienso que se hizo para vencer la resistencia a que me refería anteriormente y creo que ha sido positivo…. Pero yo insisto en que siempre es mejor llamar las cosas por su nombre… capricho de la edad mía, quizás.

¿Qué lazos la unen a la Facultad de Comunicación?

A la Facultad me unen muchísimas cosas, en primer lugar haber participado en un curso nocturno inicial como profesora, organizado por Andrés Hernández, cuando todavía era Facultad de Periodismo, comenzaba la pelea por la carrera. En esa ocasión me otorgaron el título de Profesora Invitada, cuando yo no tenía ningún grado universitario, eso es mucho. Después saber que de alguna manera participé de su nacimiento, junto a compañeros muy valiosos, y más tarde formar parte de la Comisión de Carrera que trazó los planes para Convertir la Facultad de Periodismo en Facultad de Comunicación --para formar periodistas y comunicadores sociales-- junto a un extraordinario grupo de especialistas del periodismo, del Ministerio de Educación y publicitarios y propagandistas.

No es menos importante los lazos que me unen a la Facultad, cuando compulsada por la necesidad de dar clases, pude sentarme a conceptualizar algunos elementos de la profesión para aplicarlos en una sociedad socialista y qué decir de la riqueza del contacto con los alumnos, no solo en las clases, sino los que me hacen preguntas para sus tesis, que me han permitido recibir ese don inestimable del pensamiento e inquietud de la juventud. Creo que eso me mantiene joven… así me siento.

Finalmente haber recibido el gigantesco estímulo de la placa por los 280 años de la Universidad de la Habana durante el Congreso Internacional ICOM 2015, promovido por la Facultad, todo ello dice bien claramente que los lazos que me unen a la Facultad son firmes e indisolubles… y espero aún poder realizar algún intercambio con profesores y alumnos para seguir debatiendo, analizando y profundizando en los principios de nuestras profesiones con el objetivo de continuar avanzando y haciendo cada vez más imprescindible su labor de formar profesionales comprometidos con la verdad.

Si le mencionara el nombre Julio García Luis qué recuerdos acuden a su memoria.

Al pensar en Julito me viene una oleada de calidez…, pensé no sé por qué en un reluciente caballero con capa y espada, defendiendo el periodismo, la publicidad, la propagada, la patria y la amistad. Su accionar calladamente, fue determinante para el rescate del reconocimiento a nuestras profesiones. Julito era de esas personas modestas y que a pesar de ellos mismos, son imprescindibles en el camino de la construcción de una nueva sociedad. Necesitaremos siempre muchos Julitos.

Aunque la pregunta pudiera resultarle incómoda, ¿quiénes han sido los tres comunicadores más importantes de Cuba de los últimos tres siglos?

La verdad es que resulta difícil para mí responder esa pregunta. Los últimos tres siglos no son fáciles de homologar bajo el rubro de comunicador pues cabrían desde José Martí hasta Raúl Gutiérrez…. con esta pregunta, me paso.

¿Qué puede comentarnos acerca de la preservación de las valiosas imágenes de la histórica entrada de Fidel en la Habana y sobre el momento en cual el Jefe de la Revolución le pregunta a Camilo: “¿voy bien Camilo?”

No han sido fáciles de conservar…, pienso que nosotros no somos muy buenos archiveros…, al menos en la televisión tuvimos muchos problemas de conservación, en parte por falta de comprensión de su valor o de recursos y en parte cuando a veces una vive sucesos trascendentales, no los ve así hasta que los valora el tiempo. Sin embargo contar con algunas tan valiosas como las de los momentos del triunfo de la Revolución pienso que permiten percibir la grandeza del momento histórico.

¿Alguna anécdota de su relación especial con el Che?

Fue un enorme privilegio el haber tenido la posibilidad de escuchar de viva voz la forma de enfrentar los mil y un problemas que se presentaban en los primeros años del triunfo de la Revolución. Para mí no es fácil relatar anécdotas pues estas tienden a convertirse en incómodas. En esa época los domingos salíamos a hacer trabajo voluntario. El transporte se situaba en la entrada del Ministerio de Industrias y casi siempre el Che salía cuando ya íbamos a partir y generalmente se sentaba en el último camión. Esperando su llegada había algunos que no se montaban hasta que el Che llegara. Un domingo, cuando Che fue a montarse en el último camión aquel grupito corrió a subirse junto a él, pero de repente el Che cambió el rumbo y se montó donde yo estaba y me dijo con cierta picardía: “Los fastidiamos¨, era como decir: “no me gustan lo ala levas o chicharrones¨. Entendí que así nos daba una lección sobre la importancia de ser íntegros y de ser sinceros.

Luego de la larga batalla comunicativa en favor de la liberación de los cinco héroes, campaña a la cual Mirta le aportó un derrotero humanístico definitorio, ¿qué sensación experimentó al conocer sobre el retorno victorioso a la Patria de Gerardo, René, Antonio, Ramón y Fernando?

Fue la más hermosa sorpresa que he recibido en mucho tiempo, pues no veía cercana su liberación. Recordé mucho en Mirta, la madre de Tony que no pensó verlo de nuevo aquí y por supuesto feliz de que regresaran todos a la familia y a la Patria.

¿Satisfecha con el relevo de esa pléyade de jóvenes comunicadores que hoy se inspiran en profesionales como Mirta?

Sinceramente estoy satisfecha y solo espero sean ellos los insatisfechos, para que comprendan que cuando salen de la Facultad solo han comenzado a aprender los rudimentos de la profesión, que lo que reciben son meros instrumentos para ejercitarlos y a partir de su aplicación poder enriquecer sus conocimientos con el desarrollo del trabajo diario y encontrar entonces el camino de la excelencia.

Recibido: 09 de Noviembre de 2021; Aprobado: 15 de Diciembre de 2021

*Autor para la correspondencia: profeorlando@fcom.uh.cu

Los autores no refieren.

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