Sr. editor:
Leí con interés el artículo “El papel del docente universitario en la formación de estudiantes investigadores desde la etapa inicial”,1) en el que reflexiona sobre el desempeño del docente universitario en la formación de investigadores para mejorar el desarrollo académico desde las primeras etapas. Este estudio influyó en la redacción de esta carta, que tiene como propósito abordar los desafíos del docente universitario en la formación de estudiantes investigadores.
Efectivamente, la labor del docente desde la primera etapa académica del estudiante de educación superior resulta significativa y fundamental. Este es quien debe motivar la investigación con actividades que desarrollen aptitudes y buenas prácticas en los estudiantes desde los primeros años de estudio;2) sin embargo, debe considerarse que aún existe una brecha en el quehacer del docente en educación superior, ya que no todos realizan investigaciones.
El docente está llamado a motivar la pasión por la investigación en sus estudiantes para trabajar en la solución de los problemas que tanto aquejan a la sociedad.3 Esto implica que deba estar capacitado en su materia y tener competencia didáctica para llegar al estudiante; pero también es necesario que asuma un desempeño activo en la producción científica, ya que se motivará a los estudiantes a través del ejemplo.
Latinoamérica es una de las regiones con menor producción científica en el mundo4) y, a su vez, resultan pocos los estudios que evalúan la producción científica latinoamericana desde el pregrado.5) En el contexto peruano se ha encontrado que muchos docentes de investigación en las escuelas de medicina nunca han publicado un artículo en una revista.6 En una escuela de medicina se puso en evidencia que más de la mitad de los docentes nunca realizó una publicación en una revista científica.7) Esta situación realmente es preocupante, ya que materializa el problema aún latente sobre las competencias investigativas de los docentes y, por ende, acerca de la formación de estudiantes investigadores.
En cuanto a la producción científica estudiantil, esta también se muestra escasa.8 Aunque no se espera que sea amplia al tratarse de pregrado, sí tiene importancia que el estudiante se encuentre apto para crear conocimientos gracias a la investigación científica y para fomentar su participación en eventos científicos desde los primeros años.3
Por otro lado, debe apoyarse el desarrollo de sociedades científicas estudiantiles.9 El docente debe incentivar en el estudiante su participación en estos espacios u otros similares desde su etapa inicial. Si el docente constituye miembro activo de algún grupo de investigación, podría resultar de mucha ayuda. De esta manera, este tipo de práctica se manifiesta como beneficiosa para el estudiante, más aún en el contexto latinoamericano, donde existe escasa cultura científica.10
Entonces, la formación de estudiantes investigadores debe estar en manos de docentes capacitados, con competencia didáctica, con involucramiento en grupos de investigación, y con participación activa en la redacción y publicación de artículos científicos. Solo así se podría garantizar la verdadera motivación que ejerce el docente hacia los estudiantes en el desarrollo de sus competencias investigativas desde los primeros ciclos.