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Cuban Journal of Agricultural Science

On-line version ISSN 2079-3480

Cuban J. Agric. Sci. vol.50 no.4 Mayabeque Oct.-Dec. 2016

 

REVISIÓN

 

Botánica y propagación de palmas reales cubanas

 

Botany and propagation of Cuban royal palms

 

 

J. Ly,I F. Grageola,II

I Instituto de Ciencia Animal, Apartado Postal 24, San José de las Lajas, Cuba

II Unidad Académica de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Universidad Autónoma de Nayarit. Compostela, México

 

 


RESUMEN

Se reseña el status quo de las investigaciones relacionadas con las características del hábitat, la morfología, la taxonomía y sobre todo, la propagación de las palmas reales cubanas, especie que  ha ganado relevancia desde el punto de vista económico, no solamente por ser fuente de alimentación abundante y localmente disponible para el ganado porcino, sino por su distinción como integrante del paisajismo antrópico. Con respecto a la propagación de las palmas reales cubanas, se consideran coherentemente, aspectos del acopio y tratamiento de sus semillas, la pregerminación y germinación, el cultivo en viveros y el de tejidos, así como el trasplante y el crecimiento de este árbol endémico cubano. Por primera vez se detallan factores que influyen en esta arboricultura sui generis. Se propone el diseño de una dasonomía de avanzada para la palma real, que implique el cultivo de tejidos, el mejoramiento genético y la integración de las palmas reales, tal vez cultivadas en plantaciones, en cadenas productivas que incluyan la crianza de cerdos.

Palabras clave: Roystonea regia, ganado  porcino, semillas, propagación, germinación, cultivo


ABSTRACT

The status quo is reviewed of the investigations related to the characteristics of the habitat, morphology, taxonomy and especially, the propagation of Cuban royal palms, an species that have gained relevance from the economic point of view, not only for being abundant feeding source and locally available for pig, but also by its distinction as integrant of the anthropic landscape. Regarding the propagation of Cuban royal palms, the collection and seed treatment, pre-germination and germination, nursery and tissue cultures, as well as the transplantation and growth of this endemic Cuban tree are coherently considered.  For the first time factors influencing on this sui generis arboriculture are described. An advanced dasonomy design is proposed for the royal palm implicating tissue culture, genetic breeding and the integration of royal palms, perhaps cultivated in plantations, in productive chains including pig rearing.

Key words: Roystonea regia, pig cattle, seeds, propagation, germination, culture


 

 

INTRODUCCION

Entre los árboles multipropósitos de las islas cubanas, se destaca la palma real (Roystonea regia H.B.K. Cook), por ser un recurso forestal que genera distintos productos utilizados en la vida cotidiana de la agricultura familiar. Entre ellos, se halla el palmiche, fruto de esta palma, del cual se sabe lo suficiente sobre su botánica, pero no sobre su propagación. La presencia constante de los palmares en el paisaje cubano no ha incentivado la domesticación y el cultivo de esta especie arbórea (Ly et al. 2005). En la asociación palmas-cerdos, los criadores de ganado porcino nunca se han relacionado con botánicos y paisajistas, de modo no se ha podido lograr una visión de lo que puede representar dicha asociación. Precisamente, es este el objetivo de esta reseña.

La familia de las palmáceas o arecáceas pertenece a la clase monocotiledónea, y ha sido muy estudiada por distintos investigadores. Entre ellos se destacan, Moore (1963), Corner (1966), León (1987) y Jones (1994) en evaluaciones de la América tropical. En esta familia, se incluyen especies perennes con raíces fasciculadas y un tallo predominantemente en estípite, simple, a veces ramificado, la mayoría de las veces aéreo leñoso, cilíndrico y generalmente erecto, de porte variable, aunque puede elevarse hasta 30-35 m de altura. Los tallos pueden ser lisos y desnudos, como en la palma real, espinosos como en el corojo (Acrocomia spp.), y con cicatrices en forma de anillos como en el cocotero (Cocos nucifera L.). El diámetro de los tallos puede ser uniforme en toda su longitud, como en la mayoría de las especies, pero hay algunos que presentan un abultamiento en el medio, como la palma barrigona (Pritchardia wrightii Becc.) y la de corojo (Acrocomia armentalis Mor.), ambas abundantes en Cuba. En líneas generales, el archipiélago cubano es muy rico en palmas, que crecen con la omnipresente palma real cubana. De acuerdo con Muñiz y Borhidi (1982), existirían en Cuba 18 géneros, 85 especies y 12 subespecies o variedades de palmas autóctonas o naturalizadas.

La palma real cubana no es una de las cinco arecáceas domesticadas y con notable connotación económica (Johnson 1997, 2010). Sin embargo, en Cuba y en el resto de las islas antillanas, es posiblemente una de las más abundantes y proveedora de distintos productos con trascendencia económica, como los destinados a la alimentación de ganado porcino (Ly et al. 2005). No obstante, aunque existe suficiente información sobre la botánica de las palmas, incluyendo la palma real cubana (Leiva 1999), en Cuba se ha prestado más atención a la propagación de otras arecáceas cultivadas con fines ornamentales y de paisajismo (Tropiflora 2002, Benítez y Soto 2010, Doria et al. 2012) o con fines comerciales (Blanco 2007). En lo referente a la palma real, en Cuba se conoce más bien poco sobre aspectos de su propagación (Contino et al. 2015, Oliva et al. 2015), toda vez que este árbol no suele ser cultivado, y crece silvestre en todo el país. Sin embargo, en la industria del paisajismo, la palma real ha llamado la atención de los especialistas, y con estos fines se han hecho investigaciones acerca de su dasonomía (Penariol 2007, Iñiguez 2008, Davies 2011, Miranda 2011).

A continuación se presenta información relacionada con la botánica y la propagación de la palma real cubana. Se reseña el status quo de las investigaciones iniciales y en curso, relacionadas con el hábitat, la morfología, la taxonomía, y sobre todo, la reproducción de esta roystonea, que ha estado ganando relevancia de interés económico, no solamente por ser fuente de alimentación abundante y localmente disponible para el ganado porcino, sino por su favoritismo como integrante del paisajismo antrópico.

 

HABITAT

La palma real cubana, árbol nacional de Cuba (Muñiz 1998), es endémica del archipiélago cubano (León 1946, Roig 1965 y Leiva 1999). Junto a la Roystonea regia, existen otras roystoneas indígenas del archipiélago cubano, denominadas palma de seda, Roystonea lenis Leon, palma criolla azul, Roystonea violácea Leon, y palma blanca, Roystonea stellata León, más bien localizadas exclusivamente en el extremo sureste de la isla de Cuba (León 1946).

Existen otras palmas muy afines, como la Roystonea dominicana, de la Isla de La Española, la Roystonea borinquena, de Puerto Rico y las Islas Virgenes (Francis 1992), así como la Roystonea oleracea, de la península de la Florida (Gilman y Watson 1994). También en la Tierra Firme está la Roystonea venezuelana (Braun 1970). La palma real cubana se destaca por su ornamentalidad, y en la industria del paisajismo antrópico (Harris et al. 1999), cada día gana más adeptos, por lo que es común su presencia, aunque ya no se presenta en hileras en caminos y carreteras, como es tan común en la república cubana, sino en las ciudades menos esperadas.

A pesar de que la palma real es muy popular en las islas de Cuba, como fuente de alimentación del ganado porcino (Ly et al. 2005), al igual que lo ha sido en Puerto Rico (Warren 1925), o en otras actividades de interés económico (Mesa et al. 1999, Núñez y Puentes 2008, Henry et al. 2015), su cultivo comienza a despertar también el interés académico (Penariol 2007, Iñiguez 2008, Davies 2011, Miranda 2011). En la actualidad ya se acumulan informes más racionales que empíricos sobre su botánica y su dasonomía, en lugares tan lejanos con respecto a Cuba, como Nigeria, España, Ecuador o Brasil.

 

MORFOLOGIA

La morfología de las palmas ha sido tema de estudio en distintas ocasiones (Tomlinson 1961, 1990, Corner 1966). Este tema también se ha circunscrito a las palmas americanas (Henderson et al. 1995).

El sistema radical de las palmas reales es fasciculado, compuesto por muchísimas raíces, todas de aproximadamente igual longitud y grosor. En este sentido, la raíz primaria de la plántula es de vida corta, y pronto queda sustituída por otras raíces. Los nódulos de las raíces pueden contener bacterias del tipo Rhizobium, como se ha hallado en la India. La presencia de estos nódulos con este tipo de bacterias se asocia usualmente con la fijación de N en las leguminosas. Este hallazgo fue el primero informado en un árbol del tipo de monocotiledónea (Basu et al. 1997). Evidencias adicionales de la fijación de N han sido apoyadas por la presencia de nitrogenasa, una enzima usada en la fijación de N, y por hemoglobina leg, un compuesto que permite que la nitrogenasa funcione por reducción de la concentración de oxígeno en los nódulos (Basu et al. 1997). Adicionalmente a la evidencia de la fijación de N, se encontró que en los nódulos se produce ácido indolacético, una hormona vegetal importante (Basu y Ghosh 1998, 2001).

La palma real cubana es una arecácea grande, que alcanza fácilmente entre 20 y 30 m de altitud (Zona 1996). Es la palma más alta de Cuba, y tal vez una de las más altas del mundo. Sobre esto, Connor y Francis (2008) han referido valores de altura igual a 34.5 m, así como diámetros máximos del tronco o estípite igual a 61 cm. Gilman y Watson (1994) han informado valores de 15 a 24 m de altitud para las roystoneas floridanas. El tronco es cilíndrico, muy liso y de color gris blanquecino, con un abultamiento característico que está por debajo de una coronal verde de hojas (Missouri Botanical Garden 2009). Estos árboles poseen aproximadamente 15 hojas compuestas, pinnadas, con foliolos dispuestos en diferentes planos respecto al eje central o raquis, que es aquillado, y que son conocidas en Cuba como pencas. Tales hojas o frondas pueden tener una longitud de 4 m (Zona 1996) y su surgimiento en la corona es en espiral. Al caer, casi siempre una por mes, van dejando cierta huella en el estípite.

La inflorescencia en espádice ó panícula ramificada, sale debajo de las vainas foliares o yaguas, desde una yema angosta, bastante grande, que simula una vaina o espata, en forma de bote y de color castaño oscuro. Las ramas laterales, de 0.3 a 0.6 m, salen de las ramas principales, que miden aproximadamente 0.9 m.

Las flores son sésiles, pequeñas, blancas, con anteras rosáceas (Missouri Botanical Garden 2009), que se presentan en un racimo colgante y extendido, doblemente ramificado, de 0.9 a 1.5 m debajo de las hojas. Estas flores son unisexuales y polinizadas por animales, como las abejas y murciélagos (Zona 1996, Fleming et al. 2009), tal vez por ser asombrosamente fragantes, como toda roystonea (Gilman y Watson 1994). Las flores masculinas tienen una longitud y un ancho de cerca de 0.3 y 0.6  cm, con cinco sépalos diminutos, redondeados, de menos de 0.3 cm, y cinco pétalos de punta roma y, aproximadamente, 0.8 cm de longitud. Estas flores poseen de 6-9 estambres extendidos con anteras color púrpura y pistilo rudimentario. Las flores femeninas son más pequeñas, con 0.3 cm de longitud y ancho, con igualmente tres sépalos anchos y una corona tubular con tres lóbulos puntiagudos, entre seis y nueve estambres estériles cortos, y un pistilo que consiste en un ovario redondeado con tres estilos cortos y tres estigmas en un lado, sésiles.

Sus frutos, el conocido palmiche para los cubanos, son muy abundantes, tienen forma esférica a elipsoidal, de 9-15 mm de longitud y 7-11 mm de ancho. Cuando están inmaduros, son verdes y luego, cuando maduran, pasan de rojos a negro purpúreo (Missouri Botanical Garden 2009). Se considera que la palma real cubana florece y fructifica probablemente durante todo el año. El fruto generalmente es en drupa, que puede ser carnosa o fibrosa, en su mayoría con una semilla solitaria, como promedio. De acuerdo con León (1987), el fruto de las palmas está constituido por un epicarpio suave o lignificado. El mesorcapio no es carnoso en el dátil, ni feculento y seco en el pejibaye, tampoco fibroso en el coco, o muy rico en aceite en la palma aceitera. El endocarpio siempre es duro, con grosor extremadamente variable, y rodea casi siempre la semilla.

Las aves y murciélagos, que suelen alimentarse con sus frutos, dispersan sus semillas,. La germinación de las semillas es adyacente y ligular. Durante la germinación, a medida que el cotiledón se expande, solamente empuja hacia afuera de la semilla a una porción del embrión (Zona 1996). El resultado es que la plántula se desarrolla adyacente a la semilla. El embrión forma una lígula, y la plúmula surge de aquí (Pinheiro 2001). Las semillas en germinación se informan como si originaran un tallo dos años después de la germinación, en el punto donde producen su treceava hoja (Zona 1996). En la Florida, el crecimiento de las plántulas es, como promedio, 4.2 cm/año (Jones 1983).

 

TAXONOMIA

Este recuento histórico, que trata el asunto de la taxonomía de la palma real cubana, procede de un informe originalmente publicado en inglés por Davies (2011). La Roystonea se ubica en la subfamilia de las Arecoideae y en la tribu de las Roystoneae (Roncal et al. 2008). La inserción de Roystoneae entre las Arecoideae es más bien incierta, puesto que la filogenia basada en en ADN de los plastidios no resultó para resolver la posición de este genus en la subfamilia Arecoideae (Asmussen et al. 2006). Posteriormente, no han aparecido estudios de filogenética molecular en roystoneas que apoyen esta clasificación (Roncal et al. 2008), y así este ordenamiento se mantiene incierto.

La especie se describió por primera vez por el naturalista norteamericano William Bartram en 1791. Ha sido denominada Palma elata, de acuerdo con el creciendo en Florida central (Missouri Botanical Garden 2009). En 1810, el botánico Carl Sigismund Kunth describió la especie Oreodoxa regia (Royal Botanic Gardens 2009a) a partir de las colecciones hechas en Cuba por Alexander Von Humboldt y por Aimé Bonpland (Malik 2009). En 1825, el botánico alemán Curt Policarp Joachim Sprengel incluyó esta palma en el género Oenocarpus y la renombró como Oreodoxa regia (Royal Botanic Gardens 2009a). El género Oreodoxa fue propuesto por el botánico alemán Carl Ludwig Willdenow en 1807 (Royal Botanic Gardens 2009a) y ahí incluyó dos especies: Oreodoxa acuminata, ahora conocida como Prestoea acuminata, y  Oreodoxa praemorsa, en la actualidad Wettinia praemona. Aunque estas especies fueron transferidas a otro género, el género Oreodoxa continuó aplicando a una variedad de especies superficialmente similares que, de hecho, no estaban relacionadas estrechamente (Cook 1901). Para resolver este problema, el botánico norteamericano Orator F. Cook creó el género Roystonea, así lo llamó en honor del general norteamericano Roy Stone (1836-1905), y renombró la especie de Kunth como Roystonea regia. Cook (1936) consideró la población floridana de palmas reales como distinta de la de Cuba e inclusive, diferente a la de  Puerto Rico, donde está la Roystonea borinquena (Cook 1901). Así, nombró a la palma de la Florida como Roystonea floridana, que en tiempos actuales se considera análoga de Roystonea regia (Royal Botanic Gardens 2009b). En 1906, Charles Henry Wright describió dos nuevas especies a partir de colecciones de Georgetown, Guyana Británica, hoy Guyana, que él colocó en el género Euterpe, la Euterpe jenmanii y la Euterpe ventricosa. Ambas especies se consideran sinónimos de Roystonea regia (Royal Botanic Gardens 2009b). El nombre de Roystonea regia, variedad hondurensis, fue aplicado por Paul H. Allen a la población centroamericana de esta especie. Sin embargo, se determinó que ellas no diferían lo suficiente de las poblaciones cubanas, como para ser una variedad independiente (Zona 1996).

Sobre la base de las reglas de la nomenclatura botánica, las propiedades más antiguas publicadas para una especie tienen prioridad sobre nuevos nombres. Bartram aplicó el binomio Linneano de Palma elata a “una palma grande, solitaria, con un tronco blanco ceniciento que terminaba en una canopia de hojas verdes, la corona, y con hojas pinnadas, que crecía en la Florida central”. No hay ninguna colección conocida allí y no existe otra palma nativa que se pudiera ajustar a la descripción de Bartram. En 1946, Francis Harper señaló que el nombre dado por Bartram era válido y propuso una nueva combinación, la Roystonea elata. En esta oportunidad,  la utilización de ese nombre por Liberty Hyde Bailey en su revisión del género en 1949, estableció su uso (Zona 1996). La nueva combinación de Harper suplantó inmediatamente a la Roystonea floridana de Cook, pero hubo desacuerdo sobre si las poblaciones de la Florida y de Cuba representaban a una sola especie o a dos especies.

Con la revisión del género llevada a cabo por Zona (1996), se concluyó que ambas pertenecían a la misma especie. De acuerdo con las reglas de la nomenclatura botánica, el nombre correcto de la especie tendría que ser Roystonea elata. Zona señaló, sin embargo, que el nombre de Roystonea regia, ó Oreodoxa regia, tenía una historia de uso en arboricultura que databa de, al menos 1838, y que la especie se había propagado por el mundo con el nombre de Roystonea elata. Ese nombre había sido usado solamente desde 1949, por lo que había sido poco utilizado. Con estos antecedentes, este autor propuso que el nombre de Roystonea regia debía ser conservado.

 

SEMILLAS

El fruto de la palma real, llamado indistintamente la palmiche o el palmiche, tiene una forma de redonda a oblonga, con un color que va desde el verde, cuando es inmaduro, a rojo oscuro o rojo violáceo, al final de su madurez. Este fruto es más bien pequeño, con rango de peso in natura desde 0.7 a 0.9 g. Sus dimensiones son de aproximadamente entre 1.6 x 1.3 cm, de acuerdo con varias descripciones hechas sobre el tema (Uhl et al. 1987, Zona 1996, Miranda 2011). Más de la mitad del peso del fruto corresponde al de la semilla. Iñiguez (2008) proporcionó los siguientes datos de las semillas de roystoneas empleadas en su investigación: 0.36 g de peso promedio, tamaño mediano, color pardo claro, forma ovalada y textura lisa. Con 90% de MS, Iñiguez (2008), informó que la cantidad de semillas/kg fue de 2758. Francis (1992) proporcionó una cifra de 3000 en semillas de palma real borinqueña.

 

PROPAGACION POR SEMILLAS

La propagación por semillas de las palmas reales ha sido una actividad más popular que el cultivo de tejidos (Broschat et al. 2014). Se conoce mucho, y desde hace bastante tiempo, sobre la reproducción asexual de palmas domesticadas, como la aceitera Elaeis guineensis (Staritsky 1970) o el dátil (Tisserat 1979), pero muy poco acerca del mismo tema en las roystoneas. En lo relativo a las palmas en general, se caracterizan por una germinación que es baja, lenta y desigual. Así se ha estimado que más de 25 % de todas las especies de arecáceas demoran más de 100 d en germinar y presentan algo menos de 20 % de germinación (Tomlinson 1990).

A continuación se revisan distintos aspectos relacionados con la propagación de palmas reales por medio de semillas.

 

ALMACENAMIENTO

El almacenamiento de las semillas de palma también es un asunto a tener en cuenta. Si el almacenamiento no es apropiado, las semillas pueden perder su viabilidad entre dos y cuatro semanas después de ser colectadas (Hodel 1998). Sobre ello, Jones (1994) ha indicado que las de roystoneas son de corta viabilidad, en sentido general, con duración de entre cuatro y seis semanas. Ya Bunker (1975) había observado que las semillas de palmas reales que se almacenaron por un mes mostraron bajo por ciento de germinación, o sea 21%, en tanto que las frescas germinaron en 78 %, aunque necesitaron el doble del tiempo para el inicio de la emergencia. Maciel (2001) almacenó las semillas de palmas reales venezolanas por 12 semanas, después de ser remojadas en agua por uno o dos días antes de lavar las semillas. Cuando se almacenaron, la emergencia fue de 27 ó 31%, a 4 y 0 %, según se remojaran uno o dos días. Este investigador aludió a los resultados de Broschat y Donselman (1987), quienes encontraron que las semillas de roystoneas almacenadas en bolsas de polietileno, selladas y mantenidas a 23°C, podían mantener su viabilidad hasta por nueve meses y, por otra parte, germinar mejor que las semillas que se plantaron de inmediato. En esta oportunidad, se consideró la posibilidad de que la pérdida de humedad pudiera ser un factor determinante en la germinación de las mismas. La sugerencia hecha por Maciel (2001) para explicar sus resultados es que el tiempo requerido para que germinaran las semillas de la palma real venezolana pudiera estar determinado por una dormancia inducida por el secado de tales semillas.

Penariol (2007) evaluó el almacenamiento de semillas de palmas reales en Brasil. Esta investigadora colocó los palmiches en bolsas de polietileno transparente, que se ubicaron en una cámara fría, entre 3 y 4 °C, con humedad relativa de 80-85 %. Después de hacer esto, durante diez meses, colocó mensualmente semillas en cajas plásticas con vermiculita media y germinada en cámaras con una temperatura de 35 °C. Penariol (2007) observó que el por ciento de germinación de semillas de frutos con pericarpio negro o amarillo, almacenados en cámara fría, aumentó hasta 5 ó 6 meses de almacenamiento, alcanzando un valor máximo de germinación de 95-97 % en frutos con la cubierta negra o amarilla. En los frutos rojos, el mayor porcentaje de germinación fue 85%, obtenido después de ser colectados. En sentido general, las semillas provenientes de frutos con cubierta negra tuvieron la mayor germinación en el quinto mes de almacenamiento, mientras que el cuarto y el sexto mes de almacenamiento fueron los mejores para los frutos con pericarpio amarillo o rojo.

 

PROCESOS GERMINATIVOS

El nacimiento de una nueva planta depende de que las semillas germinen, o sea, comiencen sus actividades metabólicas (Come y Corbineau 1998). El inicio de este proceso depende, en gran medida, del tipo de dormancia causada por varios factores (Bewley y Black 1994, Bewley 1997, Koornneef et al. 2002). La dormancia se puede deber a una inmadurez del embrión (Berjak et al. 1984, Baskin y Baskin 1998, Yang et al. 2007), a la impermeabilidad de la cubierta de la semilla (Robertson y Small 1977,  Daquinta et al. 1996), o a algún evento fisiológico que tenga lugar durante el almacenamiento (Yuri 1987, Leubner-Metzger et al. 1995, Baskin et al. 2000, Oracz et al. 2007). A continuación se presentan datos relativos con respecto al proceso germinativo de semillas de palmas reales.

 

PREGERMINACION

El tratamiento pregerminativo de semillas de la palma real ha sido examinado en Almería por Miranda (2011). En una prueba con este tipo de semillas y, a su vez, con las de otra palma, Pseudophoenix argentii, Miranda (2011) ensayó el tratamiento de imbibición con agua, o bien el tratamiento con ácido giberélico o peróxido de hidrógeno.

Como tratamiento inicial, las semillas se escarificaron, para eliminar el efecto de inhibidores de la germinación presentes en el pericarpio. Después de la escarificación, el material se sometió a una prueba de flotabilidad, y tras eliminar las semillas que flotaron (20 %), se introdujeron en una solución de hipoclorito de sodio al 1% durante una hora. Se lavaron con abundante agua y se secaron con papel absorbente. Los distintos tratamientos pregerminativos consistieron en el remojo de las semillas en agua durante 0, 1, 2, 3, 4, 5 y 6 días, en peróxido de hidrógeno, o bien en solución de ácido giberélico. Después, las semillas se ubicaron en bandejas de germinación, donde se sembraron con un sustrato adecuado y húmedo.

Con respecto al remojo de las semillas de la roystonea en agua, Miranda (2011) observó que cuando la imbibición fue de 3, 4 ó 5 d, no hubo diferencias en el inicio de la germinación, aunque sí con los otros tratamientos. Por otra parte, desde el cuarto día hasta el número 12, tampoco se manifestaron diferencias con la imbibición durante 6 días. A partir del día 16, los tratamientos de imbibición en agua durante 2, 3, 4 y 5 días mostraron iguales porcentajes de germinación. Miranda (2011) hizo notar que el tratamiento de 3 días fue el que mostró mayor por ciento de germinación, muy cerca del 100 %. Además, se encontró que las semillas de palmas reales con el tratamiento de imbibición ó remojo en agua, presentaron porcentaje mayor en la germinación que el control y los tratamientos con peróxido de hidrógeno y ácido giberélico. Al comparar los tratamientos de imbibición en agua entre sí, se llegó a la conclusión de que el de imbibición durante 3 días alcanzó mayor porcentaje de germinación en menor tiempo.

En un examen de la biomasa obtenida durante este estudio de tratamientos pregerminativos, Miranda (2011) notó igualmente  que cuando las semillas de palmas reales se imbibieron en agua, se obtuvieron los mejores resultados de biomasa, mientras que el peróxido de hidrógeno fue la forma menos efectiva. De modo general, quedó demostrado que la palma real cubana tiene mayor poder germinativo, valores entre 61-98 % y rápido inicio en la germinación. El tratamiento de imbibición en agua fue el mejor, al considerar el tiempo necesario para el inicio de la germinación, porcentaje de germinación, costo y contaminación del medio.

 

GERMINACION

Se ha dicho, no sin razón, que en muchas especies de palmas, la germinación es lenta, errática y con bajos porcentajes (Yuri 1987, Pinheiro 2001), lo que es aplicable a la palma real (Doria et al. 2012). Obviamente, estos rasgos de la germinación de las semillas de palma real tienen que ver con las características y la dormancia de las semillas. Con el conocimiento de que son muchos los factores que pueden incidir en el proceso germinativo de las semillas de palmas (Broschat et al. 2014), se pudiera citar como referencia el informe de Broschat y Donselman (1987), que dio cuenta de un estudio en el que se involucraron varios factores a evaluar, como determinantes de la germinación de esas semillas. Broschat y Donselman (1987) estudiaron semillas verdes, medio maduras y maduras, que se limpiaron o no, y que permanecieron en remojo con 1 g/L de ácido giberélico durante 48 h, agua por 48 h, o no se remojaron. Las semillas de palmas reales germinaron mejor cuando se lavaron y estaban medio maduras o maduras. Las semillas limpias se pudieran almacenar en bolsas cerradas de polietileno, entre cuatro y nueve meses a 23 °C. Sobre lo mismo, Braun (1988) observó que en la palma real venezolana (Roystonea oleraceae (Jacq. O.F. Cook) tienen una posgerminación muy notable. La mayoría de las semillas germinan con mucha posterioridad con respecto a un primer grupo. El carácter errático de esta germinación ha sido señalado como la resultante de una maduración y posmaduración desigual de las semillas (Braun 1988, Maciel 2001). Igualmente, se ha recomendado la remoción del pericarpio que, a su vez, depende igualmente de la madurez del fruto y de la naturaleza del pericarpio. Maciel (2001) ha señalado que es práctica usada en algunas especies el propiciar el ablandamiento o fermentación del fruto, remojándolo con agua o almacenándolo en bolsas cerradas, para propiciar esta remoción de cubiertas (Broschat 1994). En Cuba, Leiva (1999) ha hecho también estas recomendaciones, a veces empíricas.

Es posible que hasta el presente, la mayor parte de la información racional a la que se puede tener acceso sobre la germinación de palmas reales cubanas, esté asociada a cierto auge en el interés por insertar estas arecáceas en el paisajismo ornamental. Esta actividad, que tiene un importante componente económico, implica entre otras, aumentar la eficiencia en la propagación de la palma real. Los datos que a continuación se refieren corresponden a los informes hechos en Brasil por Penariol (2007) y en Nigeria, por Davies (2011). También están disponibles los informes de Iñiguez (2008) en Ecuador, y de Miranda (2011) en España.

Este recuento comienza con comentarios sobre el trabajo de Penariol (2007), quien empleó tres estadios de maduración, a juzgar por el color del pericarpio, amarillo, rojo y negro, para evaluar la germinación de palmiches con pericarpio o sin él. Penariol (2007) encontró que la eliminación del pericarpio, con independencia del estado de maduración de los palmiches, permitió mayor porcentaje de germinación, así como mayor velocidad de germinación. Los frutos con pericarpio, amarillo o negro, presentaron mayor porcentaje de germinación y lo hicieron de manera más rápida en comparación con los frutos rojos.

Davies (2011) estudió cómo influían en la germinación de semillas de palma real, dos sustratos y cuatro profundidades de siembra. Davies (2011) encontró, de acuerdo con sus resultados, que la semillas sembradas a 8 cm de profundidad emergieron tardíamente, es decir, 7 semanas después de la siembra, y produjeron pocas y  poco vigorosas plántulas en todos los medios probados. Los datos acopiados revelaron que la emergencia más rápida, a los 37 días, tuvo lugar cuando las semillas se plantaron en cáscara de arroz, a 2 cm de profundidad. Las semillas que crecieron en la cáscara de arroz produjeron un máximo de hojas de 4.0, con el mayor peso del tallo de 1.03 g y un máximo valor para el grosor del tallo de 4.33 mm. Sin embargo, el aserrín originó las raíces más largas, 21.83 cm, con peso seco de las raíces de 0.35 g, pero se demoró más en emerger, 37.25 días. Se encontraron los más altos por cientos de emergencia 12 semanas después de la siembra en semillas sembradas a 6 cm de profundidad, en aserrín como en cáscara de arroz. Le siguió el tratamiento con 2 cm en cáscara de arroz, con 97.9 % y después, con 4 y 8 cm el resultado fue 95.8 %. Las semillas sembradas en el aserrín a 6 cm de profundidad, tuvieron la mayor emergencia, 100%.

Los semilleros en cáscara de arroz fueron los mejores, en términos de crecimiento, mientras que la siembra a profundidades de 2, 4 y 6 cm favorecieron la emergencia más rápida de las plántulas, así como su establecimiento. Existió un efecto evidente de la profundidad de siembra y del sustrato en el número de hojas producidas por la palma. En las semanas 12 y 14, después de ser sembradas, se observó mayor número de hojas, específicamente 4, en las semillas sembradas en cáscara de arroz desde 2 hasta 8 cm. Contrariamente, se registró menor número de hojas, 2, en las semillas plantadas en el aserrín a cualquier profundidad de siembra.

El sustrato para la germinación de semillas de palmas es tema de interés en la investigación forestal.  Iñiguez (2008) probó en vivero unos ocho tratamientos pregerminativos, aplicados sobre semillas provenientes de dos sitios, utilizando como sustrato 40 % de una mezcla de suelo de bosque natural, 30 % de arena de río y 30 % de material vegetal descompuesto. Evalúo además, la sobrevivencia de las plántulas a los 90 d después del repique. Como información complementaria analizó el crecimiento en altura y el estado sanitario de las plántulas.

En lo que respecta al origen de recolección de las semillas y su tratamiento, Iñiguez (2008) evaluó dos sitios de acopio del material a germinar, que no trató de ninguna forma, o bien lo remojó o imbibió en agua de 24 a 48 horas, igual lo trató con agua caliente (100 °C). Con respecto al tiempo promedio que necesitaron las semillas, para el inicio como para la finalización de la germinación, hubo diferencias entre los tratamientos, los que necesitaron entre 70 y 75 d para germinar. Por otra parte, la germinación osciló entre los 31 y 35 d. Estuvo claro que en la semilla que más se ablandó, el proceso de germinado fue rápido.

 

CULTIVO EN VIVERO

Se han estudiado varios factores en cultivo en vivero de palmas reales, como la respuesta al estrés hídrico (Gutiérrez et al. 2007, Gutiérrez y Jiménez 2007) o al cultivo en bolsas (Iñiguez 2008). Iñiguez (2008) ha sugerido los factores a tener en cuenta para el cultivo en vivero forestal: el suministro adecuado y permanente de agua, la disponibilidad de mano de obra, así como la disponibilidad de suelo conveniente para el sustrato. Habría que considerar además, que la topografía del suelo sea plana, y que haya suficiente superficie. También habría que tener en cuenta la accesibilidad permanente al vivero y la exposición adecuada para las especies que se cultivarían.

Desde el punto de vista de la producción en vivero, Trujillo (1994) ha considerado que la producción de plántulas en el vivero forestal es una tarea sencilla, aunque se presentan excepciones o variaciones. Las operaciones principales a tener en cuenta en este tipo de vivero serían la preparación del sustrato, la siembra, la protección de esta siembra, el riego, el transplante y el sombreado.

Con referencia a la respuesta al estrés de plántulas de palma real, Gutiérrez et al. (2007) publicaron datos como el potencial hídrico de las hojas y la resistencia estomática. En líneas generales, Gutiérrez et al. (2007) refirieron que el efecto general de la sombra fue uniforme en las dos especies examinadas, y fue más efectivo en amortiguar las variaciones del potencial hídrico que el de la resistencia estomática. Informaron además, que la recuperación de las plántulas por lluvia o irrigación después del estrés fue rápida y completa. Gutiérrez et al. (2007) demostraron que existía efecto amortiguador de la sombra en el deterioro de la hidrología, en el caso de palmas sometidas a estrés, y respaldaron el criterio acerca del empleo de sombra en sistemas agrícolas tropicales (Díaz 2001), debido a que la radiación solar es alta y el estrés hídrico es difícil de predecir y además, frecuente.

 

CULTIVO DE TEJIDOS

El cultivo de tejidos de palmas reales no ha sido, hasta el momento, un tema de interés por parte de  investigadores. Sin embargo, como señalaron Rocha et al. (2006), el cultivar tejidos de las arecacéas, entre otra cosas, permite complementar estudios, como los realizados con Ealeis guineensis,  que se centraron en la fisiología (Namasivayam et al. 2001 y Sharifah 2001), en la bioquímica (Ramli et al. 2002 y Rocha et al. 2006), la genética (Krikorian 2001) o la transgénesis (Christou  2005).

Si se tiene en cuenta el mejoramiento genético, utilizando como herramienta la clonación en las palmas, habría que considerar que se podrían generar simultáneamente miles de copias genéticamente exactas de una palma seleccionada con anterioridad. Entonces, una de las principales ventajas de la clonación estaría, en lo posible, en fijar genotipos de forma más eficiente en comparación con el uso corriente de la semilla sexual (Yuri 1987, Escobar y Alvarado 2004). Con la siembra de material de calidad superior y uniforme, se podría aumentar la productividad del cultivo de las palmas, como se podría hacer con la Elaeis guineensis en un  corto período (Rohani et al. 2000). A modo de ejemplo, se ha calculado que mediante el cultivo de tejidos la productividad podría ser mayor en 20-30 % (Cochard et al. 1999).

Tal vez la embriogénesis somática in vitro de palmas pudiera ser un factor a considerar prioritariamente para el desarrollo de los cultivos de tejidos de roystoneas (Viñas y Jiménez 2011).

 

BIOSEGURIDAD EN EL CULTIVO DE PALMAS

Se ha asegurado que las arecáceas, particularmente las palmas reales cubanas, son más bien poco susceptibles a ser víctimas de numerosas plagas y enfermedades (Mesa et al. 1999). Aparentemente, se ha dedicado más interés al ataque de insectos y enfermedades en el proceso de transplante de árboles adultos destinados al paisajismo, que a lo que ocurre en plántulas cultivadas en vivero (Pittenger et al. 2005).

Broschat et al. (2014) han incluido entre los problemas de las palmas los desórdenes fisiológicos, los problemas nutricionales, las enfermedades y los ataques de artrópodos. El tema sobre ataque de insectos a las arecáceas ha sido tratado por Howard et al.(2001).

 

CRECIMIENTO

El crecimiento de palmas, como la real cubana, ha sido poco evaluado, y la información sobre este tema es escasa. Tal vez, el artículo de Gutiérrez y Jiménez (2007) sobre la investigación hecha en Costa Rica, sea uno de los más recientes. Estos autores cultivaron varias especies de palmas, entre ellas, la palma real cubana, en una casa de mallas bajo un gradiente de sombras. Las palmas habían sido sembradas en bolsas de polietileno. Como resultado informaron que la palma real cubana en sus primeros estadios de vida crece rápidamente, puesto que alcanzó alturas cercanas a los 2 m en el término de un año, cuando comenzaron a ser evaluadas con una altura de aproximadamente 50 cm. En ese momento, contaban con 3 ó 4 horas. En los estudios de Gutiérrez y Jiménez (2007), se evidenció que existe una relación entre el entorno lumínico de las palmas y su crecimiento vegetativo, incluyendo la palma real cubana en este grupo. Además, quedó la sugerencia que este tipo de palma de crecimiento rápido, se puede cultivar en casa de mallas solamente durante dos años. En otro estudio de crecimiento de seis especies forestales en vivero con fines de paisajismo ornamental, Iñiguez (2008), informó que las palmas reales aumentaron su altitud entre 3 y 6 m, cuando crecían después de su plantación definitiva.

En condiciones también de vivero, Francis (1992) informó que plántulas que emergieron en vivero tenían 30 cm de altura seis meses después de la siembra, 40 cm a los ocho meses y cerca de 90 cm a los 15 meses. Este autor aseveró que las roystoneas de Puerto Rico podrían ser cultivadas en contenedores de 4 L hasta alcanzar una altitud de 1.5 m. Según Francis (1992), durante el crecimiento de las plántulas de palma real, desarrollan un bulbo basal y se desarrollan rápidamente en altitud vertical. En cien de estos árboles plantados en ambiente urbano, este autor constató 12.4 anillos de cicatrices foliares entre el primer y segundo metro del estípite, medido a partir de la superficie. En promedio aproximado, esto querría decir además, que cada cicatriz pudiera corresponder a un mes de vida de la roystonea. Igualmente, indicaría que estas palmas crecieron a razón de 1 m/año. Observó también que las cicatrices foliares fueron más estrechas entre los 5 y los 9 m en el tronco, lo que coincidió con la fructificación. Este momento concordó con el desarrollo de cierto engrosamiento del tronco. Francis (1992) indicó que el crecimiento continúa lentamente hasta que el árbol se debilita y muere, puede que entre los 80 y 110 años de edad.

Las palmas reales suelen crecer considerables en altura. Evitar su crecimiento pudiera ser un tema de interés, puesto que cosechar los racimos de palmiche en árboles muy altos es un oficio peligroso. Connor y Francis (2008) informaron valores de aproximadamente 35 m de alto. La altura de las palmas reales puede conspirar contra su presencia en ciudades, por conflictos entre los integrantes del paisaje urbano. En una ciudad floridana, se han informado crecimientos vertical de 9.1 y 18.4 cm/año en palmas reales adultas, de unos siete m de altura, localizadas en la ciudad, según informes de Ali y Bernick (2010). Estos investigadores estudiaron la acción de un inhibidor del crecimiento, pacobrutazol, con vistas a evitar la interferencia de las palmas, por su altitud, con líneas tendidas en las calles.

 

TRANSPLANTE

El transplante de palmas, denominado “moteo” entre los campesinos cubanos (Leiva 1999), es una práctica común que va desde las plántulas hasta ejemplares adultos (Meerow y Broschat 1997, Pittenger et al. 2005). De hecho, existe mucha literatura sobre el transplante de palmas adultas, esencialmente con fines ornamentales, pues ellas crean un paisaje maduro al instante (Pittenger et al. 2005).

Las palmas se consideran tolerantes al transplante cuando poseen estípite, debido a que su sistema radicular está plenamente desarrollado en ese instante (Tomlinson 1990, Meerow y Broschat 1997). No obstante, se ha informado que el éxito de esta actividad es de 70 %, como valor promedio. En una revisión sobre el tema, Pittenger et al. (2005) han sugerido que el restablecimiento exitoso de palmas transplantadas depende de una rápida regeneración de las raíces, lo que evita daños y desecación de los árboles durante el tránsito y la manipulación, y mantiene la suficiente humedad en el suelo que circunda las raíces después del transplante.

En el caso de las plántulas, el transplante implicaría la siembra individualy el cambio paulatino del sustrato. Se necesita disponer de vasijas adecuadas al tamaño de las palmas jóvenes,  en las que se sustituye de manera progresiva el sustrato original del que emergieron las semillas por el suelo natural (Broschat et al. 2014).

En la siembra definitiva, la fertilización y el riego son dos prácticas que se deben tener en cuenta. Se sabe que durante aproximadamente dos meses después de la emergencia, la plántula se provee de nutrientes que aún están en la semilla (Broschat et al. 2014).                   

Con respecto al moteo, Leiva (1999) lo ha definido como el transplante de una palma que ha crecido inicialmente en suelo natural. Es una práctica común en la jardinería, y tiene como ventaja el ahorro considerable de tiempo para contar con palmas viables. Leiva (1999) ha insistido en que debido a su sistema radical fasciculado, las palmas son aptas para la práctica del moteo, el cual tendrá éxito en dependencia del tamaño adecuado del suelo o “mota” que acompañará a la planta al cambiar de sitio. La arboricultura asociada al moteo considera aspectos importantes a tener en cuenta, un premoteo algunas semanas  antes de que la palma sea removida de su sitio, la eliminación de una parte de las hojas adultas, además de todos los racimos de flores y frutos, la protección de la palma transplantada, el riego y el drenaje, así como la fertilización.

 

CONCLUSIONES

Mientras que los estudios acerca del hábitat, la morfología y la taxonomía de las palmas reales cubanas han alcanzado cierto grado de desarrollo evidente, son menos conocidos los aspectos de propagación de estas arecáceas, que abarcarían desde el tratamiento de las semillas hasta investigaciones al trasplante y el crecimiento de la palma real. Esta falta de conocimiento dificulta evidentemente describir una dasonomía coherente con respecto a este árbol. También explicaría la falta de antecedentes que correspondan a una interpretación más económica que sociológica de las palmas reales en escenarios como el cubano, donde la palma real es endémica y omnipresente en el horizonte rural.

Aún entre los conocimientos de arboricultura relativos a las palmas reales, se podría apreciar en los últimos tiempos algún desarrollo evidente en la aplicación de técnicas de transplante de ejemplares adultos de palmas reales, con vistas a su inserción en el paisaje, sobre todo urbano. Esta actividad contrastaría con la práctica tradicional de propagar palmas reales destinadas, esencialmente, a la alimentación del ganado porcino, actividad que permanece sin la introducción de nuevos métodos y técnicas, como el cultivo de tejidos, el mejoramiento genético y la integración de las palmas reales, tal vez cultivadas en plantaciones, en cadenas productivas que incluyan la crianza de cerdos.

 

AGRADECIMIENTOS

Se agradece el respaldo de las bibliotecarias del Ministerio de la Agricultura en La Habana, particularmente de la Sra. Yolanda Fernández, en la búsqueda y localización de referencias bibliográficas que fueron indispensables para la confección de esta reseña, en parte porque no existen otras precedentes. Igualmente, se expresa gratitud a la Universidad Autónoma de Nayarit, particularmente al Posgrado en Ciencias Biológicas y Agropecuarias, por contribuir al intercambio  académico entre Cuba y México, que posibilitó considerablemente el avance del trabajo en equipo.

 

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Recibido: 21/11/2016

Aceptado: 5/12/2016

 

 

F. Grageola. Universidad Autónoma de Nayarit. Email: fgrageola@uan.edu.mx

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