Introducción
En los días que corren millones de personas “leen” memes. La información que se consume es cada vez más dosificada, variable y visual y esto es reflejo de las formas de consumo en Internet: se lee un texto, se viraliza, desaparece y nadie se acuerda del autor en cuestión de días u horas. En ese sentido, ya forman parte de estudios académicos relevantes como nueva forma de comunicación adaptada a nuestra era.
El biólogo evolutivo y divulgador científico Richard Dawkins (1976) concibe al meme como la unidad teórica mínima de información de la transmisión cultural (dígase hábitos, ideas, canciones, etc.) que tiene la capacidad de expandirse y permanecer en un ecosistema social determinado. No obstante, la noción que pervive en la actualidad es entendida como una expresión humorística en la Red de redes, que adquiere mayor relevancia dado que su “carácter reticular y participativo” posibilita una propagación viral de la información (Martínez-Rolán & Piñeiro-Otero, 2017), conservándose su nomenclatura y el principio de la propagación masiva y duradera.
Se trata de formas del discurso que se generan en la red a partir de la interacción social, que tienen un amplio valor cultural y son portadores de representaciones simbólicas (Valverde, 2015) y en el que se integran diversos modos semióticos en la búsqueda de optimizar la intención comunicativa del enunciado y de transmitir conceptos, situaciones o pensamientos mientras se reproduce, comparte y remezcla con gran rapidez por medio de distintas plataformas digitales; de ahí que sean una importante herramienta social que vincula a millones de personas alrededor del mundo.
Varios estudios empíricos (Fuica, 2013; Ávalos, 2015; González et al., (2015); Piñeiro-Otero y Martínez-Rolán, 2016; Vargas y Ruiz, 2019) corroboran que la creación y circulación de memes se ha convertido en una poderosa herramienta para la protesta en las redes, al concebirse como un texto multimodal que posee la potencialidad de constituirse como un discurso político de resistencia. En ese sentido, Piñeiro-Otero y Martínez-Rolán (2016) apuntan que “el componente colectivo y colaborativo de los memes, sumado a su capacidad y eficacia comunicativa, los convierte en fórmulas de excepción para el activismo online” (p.21).
Aunque son muchos los académicos e investigadores que en la última década han estudiado cómo los memes impactan y representan la ideología de una comunidad, se encuentra poca producción teórica o empírica sobre las relaciones que se establecen entre su producción y difusión y el activismo feminista. Es por ello que nos planteamos como objetivo caracterizar el discurso multimodal de resistencia expresado a través de los memes compartidos por el colectivo ciberactivista Memes Feministas, creado en el año 2013 por las investigadoras y activistas españolas Ana Burgos García, Elisa Mandillo Cabañó y Yendéh R. Martínez.
Métodos
La investigación partió de la tipología descriptiva y la perspectiva cualitativa, elección que se sustentó en la posibilidad de descripción del fenómeno en su contexto y de su interpretación integral. Asimismo, presentó un carácter empírico y se afilió al paradigma interpretativo. Como métodos teóricos se emplearon el hermenéutico-dialéctico, el analítico-sintético y el inductivo-deductivo, así como la técnica de la revisión bibliográfica-documental.
Al indagar sobre los mecanismos discursivos empleados por el colectivo ciberactivista Memes feministas para expresar el discurso de resistencia se acudió al método del Análisis Crítico del Discurso Multimodal que propició la mixtura de diferentes herramientas metodológicas y teóricas “siempre y cuando tenga como propósito final descubrir patrones de inequidad social y relaciones de poder en contra de grupos minoritarios” (Cárcamo, 2018, p.149), todo ello como parte de un nuevo paradigma investigativo: el Análisis del Discurso Multimodal.
Se tomaron como referencia algunas herramientas analíticas de Teun Van Dijk (2003), específicamente las estrategias discursivas planteadas por el autor en su reconocido cuadrado ideológico. En aras de examinar los niveles de interacción modal y de orquestación semiótica presentes en los memes, se sumaron los planteamientos de Charles Morris (1985) sobre los niveles de análisis de la imagen: sintáctico, semántico y pragmático, así como los niveles de significación: denotativo y connotativo, a partir del criterio de Roland Barthes (1986).
Se elaboró una guía para el análisis (Anexo) que parte de las posibilidades heurísticas que ofrece el Modelo de cuatro estratos analíticos (discurso, diseño, producción y distribución) formulado por Kress y Van Leeuwen (2001), y que permitió ver a los discursos multimodales como constructores de sentido en múltiples articulaciones.
Para la selección del corpus se utilizó un muestreo no probabilístico intencional por criterio de los investigadores, (Hernández-Sampieri et al., 2010), ya que el estudio dependió de una esmerada selección de memes que abordaron el discurso de resistencia del movimiento feminista y en los que coincidieron puntos de vista altamente críticos sobre el machismo y la cultura heteropatriarcal. Se escogieron 23 memes compartidos entre 2015 y 2020 en las páginas de Facebook del colectivo, Memes Feministas Reloaded-con 34 515 seguidores- y en el perfil de Twitter, @MemesFeministas, con 16 204 seguidores.
Resultados
Características formales y discursivas de los memes
Para la elección de los recursos semióticos que conforman un texto multimodal se tuvo en cuenta, en primer orden, el acceso a un determinado discurso o varios, condición previa para el diseño de un acto comunicativo adecuado a la situación. A partir de la identificación del tema, los personajes o el contexto se pudo determinar los tipos de discursos que se utilizan.
En el caso de los memes compartidos por el colectivo Memes feministas las temáticas correspondieron, entre otros aspectos, a la deconstrucción del amor romántico, la violencia de género, el machismo, el lenguaje inclusivo, el derecho al aborto, el rol de la mujer en la sociedad, la menstruación, el estigma social, la violación, la revictimización de la mujer abusada, el cuestionamiento o la reivindicación del feminismo. Todos ellos aspectos centrales en el activismo de las organizaciones feministas, de modo que pudimos concluir que la elección semiótica de sus creadoras se correspondió, por una parte, con un discurso feminista, y por otra, con un discurso de resistencia.
Los personajes femeninos aparecieron generalmente en una posición de empoderamiento (Fig. 1), contrario a las representaciones habituales de subordinación e indefensión en las que han sido caracterizadas en los medios de comunicación o el entorno digital. Por su parte, los hombres fueron encarnados como misóginos, violentos, machistas o víctimas de su condición de género (Fig. 2) y de las representaciones sociales que derivan de ello. En el modo fotográfico se utilizaron escenas retomadas desde distintos sitios de la red y resignificadas en función de mostrar a las mujeres en situaciones de complicidad y unidad de intereses frente a las expresiones masculinas que buscan refutar o minimizar temáticas centrales del activismo feminista como el machismo, la violencia de género o el ecofeminismo. De esta forma se priorizaron unos personajes en detrimento de otros para colaborar en la construcción de ciertos significados interpersonales e ideacionales.
Al analizar las características de los memes en el corpus seleccionado se evidenció que el humor es un aspecto que se supedita al acto de denuncia o reivindicación, pues se buscó dejar constancia de un posicionamiento ideológico de la realidad antes que hacer reír al receptor. De igual modo, todos los memes analizados respondieron a la característica de la simplicidad pues la composición semiótica se centró en el sentido del mensaje y no en la calidad. Se buscó que el texto fuera fácil de decodificar, por eso evidenciaron un diseño simple y de baja resolución, lo que aumentó sus posibilidades de replicación y difusión.
Una cualidad poco frecuente en estos memes fue la novedad. Ello apuntó a una debilidad en el discurso del colectivo pues no se aprovecharon las declaraciones o hechos actuales vinculados con la política, la cultura, la ciencia, etc., que visibilizan temáticas recurrentes en el activismo feminista o son reflejo de actitudes machistas o violentas. Por otra parte, la noción de viralidad al aplicarse a la muestra resultó limitada pues la mayoría de sus contenidos no han sido ampliamente difundidos en la red, a pesar de que algunos tuvieron un nivel de replicación importante.
La apropiación y uso de una producción cultural de un medio a otro -la intertextualidad- se evidenció en la presencia de elementos de la cultura de masas (películas, programas de TV, caricaturas, marcas, artistas) que contribuyeron a lograr más reconocimiento y expansión. Este rasgo resultó fundamental en la construcción de un discurso de resistencia en las redes pues posibilitó el desarrollo de procesos de reapropiación, recontextualización y resignificación. Por ejemplo, en la figura 3 se pudo ver la referencia directa, en el código visual, a una expresión facial del personaje Phillip J. Fry, de la mundialmente famosa serie animada para adultos “Futurama”, que ha generado memes con una amplia capacidad de remezcla y replicación, pues su diseño parte de una plantilla conocida como Futurama Fry o Fry Meme.
El ejemplo anterior también permitió reconocer otra de las características esenciales en la conformación discursiva del meme: la remezcla. Esta opción semiótica habilita al usuario para crear otros memes al tomar como referencia uno anterior a través de la inserción o modificación de imágenes, textos o referencias nuevas. Varios memes de la muestra respondieron a esta característica, aunque en otros se emplearon recursos semióticos propios, fruto de talleres y grupos de creación que organizaron las integrantes del colectivo ciberactivista.
Otra cualidad consustancial a los memes de la muestra fue la yuxtaposición anómala que describe la aparente incongruencia entre uno o más elementos que los componen; sin embargo, el potencial semiótico de esta característica no debe leerse a partir de elementos que están separados o son autónomos, sino que deben interpretarse como complementarios, interdependientes o visualmente conectados.
En el aspecto del diseño se observó como el predomino de la imagen macro confirma la preferencia entre los usuarios por esta tipología, que se compone de una imagen y un texto sobrepuesto o caption que tiene dos partes: una prótasis o proposición en la parte superior de la imagen, y una apódosis a modo de conclusión, refutación o paradoja en la parte inferior. De esa estructura se derivaron casi la totalidad de otros diseños.
Estrategias del discurso ideológico
En todo discurso ideológico existe un enfrentamiento más o menos explícito entre un grupo social y otro (Sáez-Gallardo, 2022) que se manifiesta a través de la polarización de las características positivas y negativas entre ambos grupos. Esta estrategia global de cualquier discurso ideológico, a partir de un esquema polarizado entre Nosotros y Ellos (Van Dijk, 2003), evidencia como las ideologías se manifiestan dentro de un determinado discurso. En el caso que se investiga fue posible demostrar su realización en el modo lingüístico, en muchos casos reforzada por la información connotativa y denotativa que ofrecieron el modo visual o el fotográfico.
Al examinar el corpus seleccionado sobresalió primeramente las estrategias discursivas básicas de todo discurso ideológico: la autorrepresentación positiva del grupo al que se pertenece o comparte ideas y la representación negativa del grupo antagónico. En la figura 4 pudimos identificar como operan ambas estrategias en un mismo meme. En la prótasis se aludió al empoderamiento de la mujer como sujeto político, así como a la visibilización de sus luchas, mientras en la apódosis -a modo de refutación- se emitió una respuesta vulgar y machista, adjudicada a un personaje masculino.
De las cuatro categorías planteadas por Van Dijk (2003), en la muestra se registraron estrategias que operan en los ámbitos de la argumentación, el significado y la retórica (Figura 5). Una de las estrategias argumentativas que se empleó fue la apertura u honestidad, que “presupone que comportarse deshonestamente, evadir el tema o mitigarlo puede considerarse la base normativa para no tener una impresión negativa de los receptores” (Van Dijk, 2003, p.96). Ello quedó patente en el meme de la Figura 6, en el cual la expresión del interlocutor masculino sugiere que el reconocimiento de su postura feminista se corresponde con valores positivos de honestidad y apertura mientras que, al mismo tiempo, satisface la presentación negativa de su contraparte al sugerir que lo obligan a debatir sobre feminismo. También se identificó el uso de la comparación, entendida -en tanto estrategia del discurso ideológico- como la comparación de los miembros de dentro con los de fuera del grupo, con la finalidad de exhibir una imagen negativa de estos últimos.
En el plano del significado una de las estrategias empleadas fue la descripción de los actores, así la presentación de los hombres como seres débiles o quejosos o las menciones de “machista”, “machirulo” o “macho seductor” refuerzan la visión negativa de estos. Asimismo, pudimos encontrar la estrategia de descripción de la situación al representarse acciones, experiencias y otras situaciones que sugieren ciertas implicaciones sobre las causas y motivos de un fenómeno.
Dentro de las estrategias retóricas que se identificaron se encuentra la dramatización, que resulta en una forma frecuente de exagerar los hechos a favor de una idea o persona; así como la ironía para que el discurso de denuncia fuera más efectivo al atenuarse mediante una expresión sarcástica. Distintas expresiones metafóricas sirvieron, además, como recursos retóricos; frases como “tías del movimiento”, “las violencias que la oprimen”, “dinamitar el sistema sexo-género” y “si el género es construido”, dan cuenta de ello.
Del análisis de las estrategias discursivas empleadas por el grupo ciberactivista Memes feministas se desprendió que las elecciones semióticas de sus creadoras produjeron y reprodujeron una visión negativa de los hombres y el heteropatriarcado y una visión positiva de las luchas feministas y las mujeres, como herramienta política para construir visualmente la protesta feminista a través del meme. Dichas selecciones reflejaron la adopción de una representación ideológica que semiotiza diferenciada y dicotómicamente al feminismo y/o las mujeres y al orden patriarcal y/o los hombres. En efecto, se produce una lucha simbólica entre dos mundos en el que se ridiculiza a los hombres y el patriarcado, a partir del componente humorístico del meme, como contrapropuesta de la reivindicación de las demandas sociales, culturales y políticas de las mujeres y la ideología feminista.
El discurso multimodal de este grupo dio forma entonces, al cuadrado ideológico, tan propio de los discursos ideológicos. Este discurso de resistencia feminista perfila los rasgos del hombre mediante un ataque discursivo que crea identidad por oposición e inscribe una relación entre mujeres y hombres en un plano, ya no de superioridad y dominación (como ocurre con la ideología machista y patriarcal), sino de reivindicación e igualdad.
Construcción de sentidos e interacción modal
Si bien es cierto que diversos modos semióticos interactúan de forma conjunta en los discursos multimodales, podemos señalar que son dos los que predominaron en los memes seleccionados: la imagen (fotográfico) y el texto (lingüístico). Para analizar la riqueza significativa de los memes en su realización material se hizo necesario considerar también los planteamientos de Charles Morris (1985) sobre los niveles de análisis de la imagen y los de Roland Barthes (1986) respecto a los niveles de significación: denotativo y connotativo.
La asunción de estas herramientas semióticas respondió al interés de complementar el complejo proceso de lectura que resulta de la integración de distintos códigos y modos en la construcción del meme. De esta forma, el análisis en los niveles sintáctico, semántico y pragmático permitió identificar de un modo más preciso las características del discurso de resistencia del colectivo ciberactivista.
En la muestra escogida resaltó, en el nivel sintáctico, la función de las imágenes como complemento. Ello respondió, en parte, al predominio de la tipología de imagen macro, caracterizada por la superposición irregular de un texto -casi siempre en función de anclaje- sobre una fotografía o dibujo. Por ejemplo, en el caso de la Figura 7 la imagen funcionó como una repetición del mensaje escrito, así se duplicó visual y textualmente el núcleo semántico que es la muerte por alguna causa violenta (“la potestad de quitar la vida”). El código escrito, a su vez, tuvo una función de anclaje pues determina las connotaciones de la imagen, al inducir al hombre a quitarse su propia vida como respuesta a la violencia machista.
En el nivel semántico se apreció como la relación de complementariedad entre imagen y texto busca resaltar las diferencias en las representaciones sociales entre hombres y mujeres. Mientras a nivel pragmático los memes reflejaron claramente un contenido crítico hacia los discursos discriminatorios y las conductas estereotipadas, en otro sentido reforzaron la validez de las reivindicaciones del movimiento feminista, a la vez que se enmarcaron en las nuevas formas de ciberactivismo social.
Se comprobó, de igual forma, que los modos fotográfico, lingüístico y visual interactuaron tanto en forma de reforzamiento (cuando expresan una misma idea de manera diferente) como de complementariedad (cuando se muestra una dependencia entre estos para construir el significado). El diseño, la imagen y el texto se integraron en pos de emerger el significado multimodal. En ese punto, resaltó como al interior de la relación entre los modos fotográfico y lingüístico, la complementariedad también se empleó como un método para conferir significado a imágenes que por sí solas tendrían poca connotación o estarían vacías de sentido.
En varios casos del corpus la relación de complementariedad entre imagen y texto resultó imprescindible, pues se utilizaron fotografías de personas en primeros planos o planos medios con escasos referentes contextuales debido al recorte digital, lo que podría debilitar la connotación del meme.
Aquí la orquestación del tejido modal no se evaluó por la convergencia armónica entre los modos semióticos, sino todo lo contrario. Si en un reportaje publicado en un medio impreso o digital se evalúa la correspondencia, -en los planos de la expresión y el significado-, entre la titulación, el texto, las fotografías y el diseño visual; en el caso de los memes se consideró como esa interacción buscó ser descuidada o arbitraria en función de condensar la mayor carga de sentido en un mismo texto, con peculiaridades ya reconocidas por los usuarios de la red.
Es importante señalar que el empleo de varios modos semióticos para la construcción de significado no garantiza la efectividad del mensaje per se. En el caso de los memes esta orquestación partió de su combinación ingeniosa, pues cada modo buscó reforzar el sentido paródico del mensaje. En el caso de las imágenes macro estas relaciones se establecieron, sobre todo, a partir del reforzamiento o la complementación, pues el uso desproporcionado de un modo sobre otro afectaría el fin interaccional de la multimodalidad.
Lo anterior tiene mucha relevancia para este estudio al comprobarse que los recursos visuales y verbales colaboraron mancomunadamente para producir una semiosis social de resistencia en relación con las reivindicaciones feministas. En efecto, los modos lingüístico y fotográfico se reforzaron para construir semióticamente a las mujeres -y al feminismo- como positivos; en cambio, a los hombres se les representó como machistas o violentos. A través de ello se buscó, igualmente, interpelar a sectores de la sociedad que se encuentran y reconocen en estos memes. Se pudo concluir que los modos fotográfico, lingüístico y visual contribuyeron a la creación del sentido último del mensaje e hicieron posible la interpretación del discurso del meme como una unidad semántico-discursiva.
Discusión
Memes, discurso de resistencia y ciberactivismo feminista
“El meme (o i-meme) es, en realidad, el primer formato específico de producción de sentido discursivo de las redes sociales”, sostiene Escudero-Chauvel (2020, p.21). Tal aseveración señala la importancia que adquieren en los estudios lingüísticos y comunicativos actuales a la par que se expanden y viralizan en comunidades virtuales en “una verdadera semiosis de reenvíos” (Escudero-Chauvel, 2020, p.16).
Y es que la creación y difusión de estos artefactos digitales cada vez más despierta interés por el potencial político y de reacción que suponen frente al poder. Por una parte, son considerados como un discurso de oposición para deslegitimar a los grupos hegemónicos y favorecer el activismo social, y por otro, como herramientas de esos mismos grupos hegemónicos para mantener el orden de las cosas y transpolar al ciberespacio las prácticas de dominación que asumen fuera del ámbito virtual. En este contexto, resulta interesante no solo el estudio de los discursos generados desde las ideologías dominantes, también las situaciones críticas que se generan a partir del discurso de los que se oponen a estas.
Los memes admiten muchas lecturas y apropiaciones y a su vez producen sentidos antagónicos para decir algo ocurrente, oportuno y significativo dentro de cierta comunidad de pares, que puede ser muy amplia y globalizada, o muy restringida y local, muy abierta e incluyente, o muy cerrada y excluyente. En este sentido, también pueden funcionar como recursos para elaborar la relación de alteridad con los otros a través del humor y la sátira (Pérez-Salazar et al., 2014).
Lo relevante es que el meme se cimenta como una importante manifestación discursiva que permite a la mayoría de las personas opinar o criticar sin la supervisión o mediación de los medios o del sistema político o incluso, posibilita hacer frente al poder desde las herramientas que les ofrece el entorno digital. “Es un medio de expresión y como tal, es un medio liberador, de hacer saber a las demás personas lo que sea que en él quiera declararse, sin censura ni voces de autoridad que lo regulen” (González et al., 2015, p.91).
El empleo de los memes para el activismo online constituye un abordaje innovador en el ámbito de la movilización política. Algunas experiencias investigativas nos remiten al activismo feminista, que los ha aprovechado para lanzar sus postulados (Piñeiro-Otero & Martínez-Rolán, 2016; García-González & Bailey-Guedes, 2020), y que con frecuencia reclama el papel de las mujeres ante el tratamiento que les da la sociedad, la administración pública o los medios de comunicación.
Al ser un género discursivo de reciente interés en el ambiente académico y científico todavía no se ha sistematizado un sólido abordaje teórico y metodológico sobre el tema, que por ahora se difumina en diversas perspectivas de exploraciones empíricas, aunque ya se ha propuesto una caracterización del meme como discurso de resistencia a partir de varios resultados investigativos, sobre todo en el ámbito hispanohablante (Pinto-Sánchez, Causse-Cathcart & Haber-Guerra, 2021).
Consideraciones finales
A partir de los resultados obtenidos mediante la aplicación de los métodos y técnicas utilizados se concluye que el discurso multimodal de resistencia en los memes compartidos por el colectivo ciberactivista Memes Feministas, en sus páginas de Facebook y Twitter, se expresa mediante el empleo de varios recursos semióticos a partir de la orquestación de los modos fotográfico, lingüístico y visual en una sola unidad significativa, en la búsqueda de optimizar la intención comunicativa del enunciado.
En los memes analizados se identifican temáticas centrales en el activismo de las organizaciones feministas a la vez que se identifica a la yuxtaposición anómala, la simplicidad, el remezcla y la intertextualidad como las características más recurrentes en el corpus analizado en detrimento del humor, novedad y la viralidad.
Para la conformación del discurso de resistencia se emplearon las estrategias básicas de todo discurso ideológico en función de transmitir una imagen claramente negativa del hombre y su modo de actuar; invisibilizar sus aspectos válidos y, de paso, construir una imagen positiva del feminismo.
También se llega a la conclusión de que el Análisis Crítico del Discurso Multimodal proporciona una base analítica efectiva para caracterizar y analizar este tipo de discurso, desde la confluencia de diversas perspectivas teóricas y herramientas metodológicas provenientes de la comunicación, la lingüística y el análisis del discurso que facilitan los procesos de interpretación.
De modo general, el meme se ratifica como un medio de expresión alternativo a los discursos hegemónicos desde el cual se pueden articular los discursos del ciberactivismo social y político, siendo así un componente esencial en la cultura digital participativa contemporánea. En este entorno social e investigativo se asienta este trabajo, que aspira a contribuir a los mecanismos de articulación del ciberactivismo feminista a través del estudio del meme como una de las formas de construcción de un discurso contrahegemónico.